Los hijos del vigilador privado que fue asesinado por motochorros en Tres Febrero, cuando intentaba evitar que asaltaran a una vecina, pidieron que la mujer se presente a declarar para poder avanzar con la investigación y dar con el paradero de los delincuentes. "Lo mataron y lo dejaron tirado como a un perro. Quiero que ella venga y declare y explique cómo pasó todo", pidió su hijo Ramón.
"Buscamos testigos; que no tengan miedo. Necesitamos que digan bien la patente de la moto. A la señora que defendió mi padre, a la que le estaban robando, no apareció todavía, no sabemos ni quién es", contó Mónica, la hija de la víctima, al canal Todo Noticias.
La escena tuvo lugar el sábado alrededor de las 20:30 sobre calle General López, en Martín Coronado. Ramón recién había llegado a su garita -ubicada en la intersección de las calles General López y Remedios de Escalada- cuando vio cómo a mitad de cuadra dos asaltantes abordaban a una vecina que acababa de estacionar su Ford Focus.
El hombre no lo dudó y salió en su defensa. "Mi papá nunca tenía miedo, siempre actuaba, siempre defendía", recordó su hijo con una mezcla de nostalgia y bronca.
Lo que el vigilador no pudo percibir fue que los motochorros contaban con la ayuda de un cómplice que les estaba haciendo de campana y que al ver el forcejeo decidió dispararle a quemarropa.
"Escuchó gritar a la chica y mi papá fue a defenderla. No se dio cuenta de que había otro, que fue quien le pegó los tres tiros en el rostro", precisó su hijo.
Según ellos, su padre estaba armado y quiso dispararles a los ladrones pero el arma no le funcionó. "Él tenía una 22 pero no le andaba. La policía dice que sacó el arma y percutó, pero no salieron los tiros, el chorro de atrás lo fusiló. El arma era vieja, no sé quién se la dio a mi papá, nunca le pregunté", contó en otra entrevista brindada a América TV.
Según fuentes policiales, cuando llegaron los uniformados, el vigilador ya se encontraba tendido sobre calle General López sin vida y con heridas en el rostro.
"Nadie se hizo cargo de nada, trabajaba en negro. Hacía seis años que trabajaba. Lo mataron de tres tiros por defender a una mujer con una nena. Mi papá murió por 300 pesos", resaltó Ramón, quien además detalló que ese era el dinero que recibía por cada día de trabajo.
Sus hijos sostienen que hay una cámara de seguridad que podría ayudar a esclarecer el hecho pero que no le quieren mostrar las imágenes. "No nos dieron ninguna explicación de nada", dijeron.
La policía, por su parte, sostiene que la identificación de los asaltantes se ve dificultada, ya que ambos llevaban puestos cascos al momento del ataque. Intervino en el hecho la UFI Nº7 de San Martín.