Agustina Solange Bustos murió desangrada en las escalinatas de un edificio del barrio Rucci, en Bahía Blanca. Fue asesinada de una puñalada por tres menores de edad mientras le robaban la mochila. Su crimen conmocionó a los vecinos de una ciudad que se ha visto golpeada en las últimas semanas por distintos episodios marcados por la violencia y el horror.
La víctima era una estudiante de enfermería cuyo objetivo era convertirse en médica, pero murió a los 19 años después de haber sido atacada por tres chicos de 14, 15 y 17. Los agresores fueron detenidos la mañana del miércoles cuando se intentaban esconder en un descampado de Piedrabuena y Arias. Tenían en su poder un cuchillo serrucho con marcas de sangre y a pocos metros apareció el bolso de la Agustina.
La indignación no se hizo esperar y decenas de personas se acercaron al barrio del Plan Federal y atacaron a piedrazos y golpes la entrada de la casa de dos de los detenidos, que son hermanos. Ante la serie de hechos, la gente expresó su cansancio y reclamó justicia.
Uno de ellos es Eduardo Aníbal Bustos, el papá de Agustina. Tras la pérdida de su hija, el hombre manifestó su dolor y pidió a las autoridades que intervengan para que este tipo de actos no se repitan. "No existen las palabras para describir lo que siento. Estoy leyendo en los medios que estos chicos -los detenidos- ya tenían antecedentes y los vuelven a dejar libres", dijo.
"Es indescriptible la impotencia que tengo. Ella era una excelente amiga, iba a la universidad, yo me mato laburando para que ella tenga lo mejor, me levanto a las 5 de la mañana y me acuesto a las 10 de la noche, todo el día en la ruta. Y viene un pibito de estos y me dejó sin nada", sostuvo Eduardo en el programa Bahía Hoy.
Devastado, Eduardo afirmó que "la vida de mi hija no me la van a devolver, me acerco al cajón y espero que se levante, pero no va a pasar". "Tenemos que dejarnos de joder con esta gente, si no los pueden contener que los maten a ellos, y no que ellos nos maten a nosotros", añadió.
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