El doble femicida que asesinó a puñaladas a su ex pareja, Karina Apablaza y a la hija de ella, Valentina, permanece prófugo desde el jueves por la tarde y es intensamente buscado en la localidad de La Oveja, en Neuquén.
El agresor, identificado como Lorenzo Muñoz, de 40 años, interceptó y atacó a las dos víctimas en plena vía pública, cuando ambas caminaban rumbo a su casa tras completar la inscripción de la menor en la escuela. Las abordó en un lugar donde no hay otros domicilios ni viviendas alrededor.
De acuerdo a la hipótesis que manejan los investigadores, habría matado primero a la pequeña, de 11 años, y luego a la madre, de 31. La niña recibió nueve puñaladas, mientras que a su madre le dieron seis impactos. Y tras la agresión se dio a la fuga, huyendo por los bosques de la zona.
La Policía busca a Muñoz en los poblados de Varvarco, Barracas y Plottier, donde el prófugo tiene familiares directos. La búsqueda se realiza por tierra y por aire. Se desplegaron todos los recursos disponibles para dar con el hombre que, como nació y se crió en el lugar, cuenta con un gran conocimiento del terreno y además tuvo entre dos y tres horas de ventaja para huir, indicaron las fuentes policiales.
El amplio operativo nacional e internacional comprende un área de rastreo que se extiende por las provincias patagónicas y el sur de Chile, debido a que creen que existe la chance de que cruce la frontera y se dirija a las localidades trasandinas más cercanas, Los Angeles y Chillán.
En el rastrillaje participan alrededor de 80 efectivos policiales con dos perros entrenados, 24 motos, varios vehículos, caballos y un helicóptero, más el apoyo de Gendarmería Nacional. Y en las próximas horas se agregará un avión. Al operativo también se sumaron de manera solidaria algunos vecinos del poblado.
Karina y Valentina se habían mudado hace unos meses de Cutral Co a Las Ovejas para vivir con Muñoz, a quien la joven conoció en 2016 en una fiesta del pueblo. Pero al poco tiempo se separaron. Y en octubre del año pasado, la mujer denunció que se ex pareja había abusado de la hija.
Por este hecho, en la audiencia de formulación de cargos del 3 de noviembre, Muñoz fue imputado de abuso sexual simple (un delito con penas inferiores a los tres años y cuya ejecución es en suspenso, es decir, que no es de cumplimiento efectivo) y se le dispuso una orden de restricción de acercamiento.
Para quienes lo conocían, esta acusación no sorprendía. El hombre, que trabajaba de auxiliar de servicio en colegios de la provincia, había tenido varios conflictos durante sus funciones laborales. La Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) emitió un comunicado en el que afirma que "ha sido constantemente trasladado de escuela en escuela por las denuncias que las compañeras radicaban contra él".
En concreto, desde la organización señalaron que se registraron cinco episodios de violencia de Muñoz. "Hemos acompañado esos procedimientos, solicitando al Consejo Provincial de Educación el cese en el cargo de este femicida, intervenciones todas que fueron desestimadas por los diversos funcionarios, tanto judiciales como del Ejecutivo provincial", acotó el manifiesto.
Y concluyó: "Muñoz es culpable de femicidio, pero el Poder Judicial y el Poder Ejecutivo son culpables de la desprotección, del incumplimiento de las normativas y de los pactos internacionales en materia de sanción, erradicación y prevención de la violencia machista".
A pesar de la prohibición que regía, Muñoz violaba la restricción perimetral y buscaba cruzarse con Karina. En cada ocasión, le decía "Dios te bendiga" o la saludaba al pasar. De acuerdo a la fiscal que entiende en la causa, Sandra González Taboada, ella no tomó esos encuentros como intimidantes. No obstante, dio aviso al Juzgado de Familia, ente que a su vez notificó a la Fiscalía.
La Oficina Judicial, el órgano encargado, fijó el encuentro por la agravación de las medidas cautelares para las 10 de la mañana del viernes. En la audiencia de acuerdo de condena -así lo acordaron con la defensa para resolver sin necesidad de juicio- se barajaban dos posibilidades: dictarle prisión preventiva a Muñoz o ponerle comparendos semanales para que deba presentarse en sede judicial y tenerlo más controlado.
La pequeña localidad del norte neuquino tiene poco más de 2.000 habitantes. Los vecinos dicen que al ser un pueblo chico, "se conocen todos". Una portera que trabajó con Muñoz dijo al diario Río Negro que el caso más grave del que tenían conocimiento sobre él era de la violencia que ejercía contra su ex esposa, a quien golpeaba y con la que tuvo dos hijos, detalló la mujer.
Los habitantes realizaron una marcha el jueves por la noche por toda la localidad. Las manifestaciones se replicaron en Chos Malal, en la V Circunscripción judicial, donde se llevaba adelante la denuncia contra Lorenzo Muñoz por abusar sexualmente de Valentina. Allí, un grupo de mujeres colgó carteles en repudio al accionar de la Justicia. Para mañana se está organizando una nueva convocatoria.
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