"El Fantasma", "Chicho" y Emanuel habían esquivado con éxito la lupa policial durante el último mes. Desde que en el marco de la causa La Salada detuvieron a su jefe, Enrique "Quique" Antequera, y a otros soldados de la barra brava de Boca que trabajaban para él, a principios de agosto pasado, los muchachos se guardaron en una vivienda de Parque Chacabuco. Creyeron que estaban resguardados. Pero no. El clima no escampó. Y durante la madrugada del jueves un equipo de policías de la Ciudad los atrapó cuando salían del departamento.
Hernán Edgardo Ávalos, conocido como "El Fantasma", tenía pedido de captura hace un mes. El fiscal Sebastián Scalera y el juez Gabriel Vitale lo investigan por su participación en la asociación ilícita que, según se lo acusa, comandaba Antequera en su feria Urkupiña, en el predio La Salada. "El Fantasma" era la mano derecha del jefe y de Enrique Aravena, segundo en la línea de mando y otro referente de la barra de Boca.
Avalos, que tenía pedido de captura internacional, estaba escondido de la Justicia junto a los hermanos Roberto Ezequiel "Chicho" Barraza y Emanuel Barraza, también integrantes de "La 12" y soldados de la fuerza de choque que tenía Antequera (preso desde el 10 de agosto pasado) en su feria. Los tres están acusados de los delitos de "asociación ilícita, amenazas y coacciones agravadas".
El ejército paralelo de Antequera en La Salada es uno de los puntos más llamativos del expediente. Integrado por barras de Boca y otros clubes, no sólo controlaba la seguridad de la feria. También cobraba "peajes" a ladrones y mecheras para que robaran con autorización y recaudaba el canon diario que los puestos clandestinos de la calle (fuera de Urkupiña) aportaban para funcionar. "Eran los ejecutores de los cobros de los puestos externos", sintetizó un investigador a Infobae, respecto del rol de los nuevos detenidos.
Los tres estaban escondidos en un departamento ubicado en la esquina de Del Barco Centenera con Avelino Díaz, en el barrio porteño de Parque Chacabuco. Venían siendo vigilados y durante la madrugada del jueves los policías porteños de la división Robos y Hurtos, que los esperaban, los vieron salir. Avalos, cuya captura había sido pedida un mes atrás por el juez de la causa, Gabriel Vitale, pero estaba prófugo por otros episodios anteriores, se entregó apenas escuchó la voz de alto, pero los Barraza salieron corriendo. Tampoco tuvieron éxito en la huida. A los 150 metros ya habían sido atrapados y esposados.
Los apresados quedaron alojados en la división Robos y Hurtos de la Policía de la Ciudad pero en las próximas horas serán trasladados a Lomas de Zamora. Allí serán indagados por el fiscal del caso, Sebastián Scalera, quien también tiene a su cargo la otra causa de La Salada, en la que el principal implicado es Jorge Castillo, dueño de 15 mil puestos, apresado en junio en su casa de Luján, donde se resistió a los tiros.
La detención de Antequera ocurrió el 10 de agosto y también arrastró a otros barras de Boca, entre los que estaba su segundo, Marcelo Fabián Aravena, uno de los líderes de la facción "Lomas de Zamora" de "La 12".
Según la investigación del fiscal Sebastián Scalera, Antequera había armado una empresa de seguridad privada que obedecía pura y exclusivamente a él y que funcionaba bajo un plan delictivo. En la causa figuran casos en los que se da cuenta de la privación de la libertad contra "mecheras" y "pungas" de distintos sexos y edades.
"Las retenían en las instalaciones de Urkupiña en contra de sus voluntades, les ponían precintos en su brazos y las obligaban a soportar golpes de cualquier tipo, hasta que las liberaban", explicó una importante fuente judicial a Infobae.
"La empresa de seguridad que comandaba Antequera no solo se encargaba de mantener el orden contra los robos a través de fuerza de choque, sino también autorizaba a personas, previos pagos, a realizar los robos", agregó la fuente. En esas operaciones estaban involucrados Ávalos y los Barraza.
Este ejército, a través del apriete y el uso de armas, está acusado por Scalera de apropiarse de espacios en las calles de alrededor de la feria e instalar puestos clandestinos en el espacio público. La banda de Antequera alquilaba estos puestos ilegales a cambio de entre 300 y 800 pesos por día, sin contar el cobro por limpieza y seguridad. Además, siempre según la investigación, recaudaban por el estacionamiento en los alrededores, que era manejado por estos barras de Boca.
"Todas esas actividades las realizaban mediante intimidación con armas de fuego. Aparte se pudo acreditar que en la feria en cuestión funcionaba una fuerza parapolicial, que castigaba con golpes y con armas a quienes ellos mismos sindicaban como feriantes que no pagaban", explicó uno de los investigadores.
Además de Antequera y Aravena, el 10 de agosto habían sido detenidos sus socios comerciales y políticos, Roberto Ríos y Edwin Saravia Rodríguez, los barras de Boca de "La 12", Ruperto "Toro" Barraza y Santiago Vélez Robles; los ex policías Nelson Dávalos y su hijo Luis; y los dueños de una agencia de seguridad que funcionaba en La Salada y controlaba Antequera, Néstor López, Diego Barreda, Héctor Agüero y Santiago García. El 17 de agosto pasado, el juez Vitale les negó la excarcelación a todos por "la multiplicidad de situaciones y víctimas y la organización criminal".
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