Luego de casi tres días de irrupción de incendios forestales en diferentes puntos de la provincia, bomberos voluntarios y brigadistas especializados lograron contener todos los focos de incendio que se habían desatado en Córdoba durante las últimas horas.
Así lo indicaron fuentes gubernamentales. Los funcionarios explicaron que entre la noche del martes y la mañana de este miércoles se realizaron trabajos intensos en las zonas afectadas, logrando así contener el fuego que se había propagando incesantemente.
La buena noticia acerca de la situación que mantenía en alerta a toda la población local fue desarrollada por la Secretaría de Riesgo Climático, cuyas autoridades llevaron tranquilidad, aunque advirtieron que, si bien no hay incendios activos, persisten perímetros inestables.
En la zonas permanecen actualmente los bomberos, quienes mantienen la guardia para evitar que se reinicie la actividad ígnea. El fuego, según indicaron a Télam, arrasó pastizales y algunos sectores con forestación constituida en su mayoría por pinos.
Uno de los focos principales iniciados en la provincia fue el que afectó la región de Traslasierra, en el departamento San Carlos Minas, donde entre las poblaciones de El Durazno y La Argentina trabajaron 45 efectivos y un avión hidrante del Servicio Nacional de Manejo del Fuego.
Asimismo, durante la jornada del martes, las autoridades provinciales reportaron la existencia de otro foco peligroso que se desarrolló en un sector conocido como Loma del Tigre, que se encuentra en la jurisdicción de Villa Berna, ubicada en el área del Valle de Calamuchita.
Acerca de este foco de incendio, a las 20 horas, el Ministerio de Gobierno y Seguridad de la Provincia de Córdoba comunicó que había logrado ser contenido a partir de las tareas llevadas adelante por más de 75 bomberos y los dos aviones hidrantes que trabajaron en la zona. No obstante, señalaron que las tareas de enfriamiento en el terreno aún continuaban para evitar que las llamas volvieran a propagarse.
De esta manera, la cartera especializada en seguridad indicó que no habría riesgo de interfase, debido a que el fuego mantiene una distancia de 1.500 metros de las viviendas más cercanas al sitio. Según la información que consignó Cadena 3, el saldo del incendio provocó que se perdieran pastizales y flora autóctona del lugar.
De acuerdo a un informe realizado por la Federación de los Bomberos Voluntarios de la provincia, unas 7.645 hectáreas fueron afectadas por los incendios forestales que se combatieron en el primer semestre del año. La información fue obtenida por medio de los datos recabados por los 12 cuarteles regionales que funcionan en el territorio.
De esta forma, la asociación precisaron que de la porción damnificada, 4.597 hectáreas era destinada a actividades agrícolas, 1.432 para uso ganadero, 333 para pastoreo de hacienda, 423 para la alimentación de bañados, 638 de monte autóctono y 234 que pertenecía al territorio de las reservas naturales.
La investigación señaló que la mayoría de los incendios reportados eran de origen rural, lo cual habría tenido un fuerte impacto en la industria agropecuaria. Una de las principales consecuencias fue la quema de rastrojos, es decir, los cultivos secos que suelen quedar en el suelo después de una cosecha y que ayudan a fertilizar la tierra. En este sentido, el impacto del fuego habría generado una pérdida de fertilidad en el suelo y generaría un menor rendimiento en la siguiente temporada de siembra.
La cifra que los productores agropecuarios deberán invertir para poder reutilizar las tierras después de los incendios sería de cientos de miles de pesos. Entre los más afectados aparecen los cultivadores de maíz, aunque también se estiman costos extras para los productores de girasol, sojeros y para los encargados de la producción de sorgo.