Ante la llegada del verano, Entre Ríos prohibió las quemas de campos hasta febrero

La decisión también se debe a la aparición de alertas amarillas y a que el pronóstico de precipitaciones es más bajo de lo usual. La medida prevé prisión de tres a diez años para quienes violen la norma

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El infractor deberá presentar su defensa por escrito
El infractor deberá presentar su defensa por escrito

Ante la llegada de una nueva ola de calor y el anuncio de alertas amarillas por las altas temperaturas, la Secretaría de Ambiente de Entre Ríos resolvió extender la prohibición de cualquier tipo de quemas en la provincia hasta el próximo 28 de febrero de 2023. La decisión también se debe a que el pronóstico de precipitaciones es más bajo de lo usual.

A través de la normativa, el Gobierno aclaró que la medida puede extenderse dependiendo de las condiciones meteorológicas que se presenten a futuro. Y al mismo tiempo destacó que, en caso de incumplirse, el infractor deberá presentar “su defensa por escrito en los siguientes diez días hábiles”, y ante un nuevo incumplimiento podrá ser “reprimido con prisión de tres a diez años si hubo daños de bienes”.

La decisión se toma a raíz del alto índice de peligrosidad de incendios, el cual fue indicado por la Secretaría de Ambiente de Entre Ríos a través de la resolución 3.132. Como extra, se pronostica un verano con presencia de La Niña. Esto generará un clima con precipitaciones menores y temperaturas mayores a las normales.

Los incendios ocurridos en la zona del delta del río Paraná ocasionaron "pérdidas importantes en plantaciones forestales, pastizales y bosques nativos (www.elentrerios.com)
Los incendios ocurridos en la zona del delta del río Paraná ocasionaron "pérdidas importantes en plantaciones forestales, pastizales y bosques nativos (www.elentrerios.com)

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De tal forma, con esta iniciativa se busca reducir el origen de nuevos focos de incendios, como los ocurridos en la zona del delta del río Paraná, que ocasionaron “pérdidas importantes en plantaciones forestales, pastizales y bosques nativos”, según remarcó el organismo.

En ese sentido, la secretaría de Ambiente provincial consideró que las “quemas incontroladas ponen en riesgo la vida humana” y provocan contaminación ambiental en asentamientos poblacionales cercanos a los focos ígneos. Desde esta, señalaron que la decisión fue tomada en concordancia con “el Plan de Manejo del Fuego y en virtud de lo establecido en la Ley Provincial Nº 9.868 de Manejo del Fuego”.

Con la idea de reforzar la medida, también rige un decreto de emergencia ambiental emitido por el gobernador, Gustavo Bordet, por el que se suspenden las autorizaciones de quemas en la zona del Delta entrerriano.

La Secretaría de Ambiente solicitó no arrojar fósforos o cigarros encendidos en rutas y caminos (REUTERS/Marcelo Manera NO RESALES)
La Secretaría de Ambiente solicitó no arrojar fósforos o cigarros encendidos en rutas y caminos (REUTERS/Marcelo Manera NO RESALES)

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Por último, la Secretaría de Ambiente solicitó no arrojar fósforos o cigarros encendidos en rutas y caminos, no tirar basura ya que botellas y vidrios pueden iniciar fuegos con el efecto lupa junto a los rayos del sol, y no hacer fogatas en lugares no autorizados.

Uno de los peores años

La provincia también sufre por la cantidad de incendios que se produjeron en el Delta durante este 2022, estos mismos representan el 62% del total registrado en todo el país. La mayoría se registró en Entre Ríos, pero también en la frontera provincial con Santa Fe y una zona del norte de la provincia de Buenos Aires.

Como pasa habitualmente, el mes con mayor cantidad de incendios fue agosto: casi el 60% de la superficie quemada en el Delta del Paraná se registró en ese tiempo. Lo mismo ocurrió en 2020, el peor año de las últimas décadas y, según los expertos, esto ocurre por una práctica vinculada a la actividad ganadera.

“El sector ganadero utiliza una práctica arcaica de quemar los pastizales viejos para darle lugar, con la llegada de la primavera, a los nuevos. Creen erróneamente que quemar lo que quedó ayudará a ‘limpiar’ el campo para que las lluvias de septiembre alimenten los nuevos brotes. Esto está demostrado que no sirve”, explicó Leonel Mingo, líder de la campaña de Humedales en Latinoamérica de Greenpeace.

Para colmo, la situación se ve complicada por el contexto ambiental, el cual parte de una sequía histórica y con la bajante del río Paraná. “Este fuego antes se terminaba apagando por las características propias del Delta del Paraná, que tenía muchos canales de agua en movimiento, la mejor forma de controlar un incendio. Pero desde 2020, las bajantes del río más la sequía dieron lugar a pastizales secos sin canales. Ya no hay nada que controle el fuego, entonces los incendios se desmadraron”, agregó el ambientalista.

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