Coronavirus en Argentina: confirmaron 20 muertes y 2.228 contagios en las últimas 24 horas

Así, el total de casos desde que inició la pandemia se elevó a 9.045.326, mientras que los fallecimientos suman 128.106

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El Ministerio de Salud de la Nación informó este martes 5 de abril que, en las últimas 24 horas, se registraron 20 muertes por coronavirus y 2.228 nuevos contagios. De esta forma, el total de casos desde que inició la pandemia se elevó a 9.045.326, mientras que los fallecimientos suman 128.106.

En este momento hay 44.562 casos activos en el país. Se trata de personas que fueron diagnosticadas con la enfermedad y aún no fueron dadas de alta en el sistema nacional. En tanto, el total de recuperados asciende a 8.872.658.

Por otro lado, del total de muertes reportadas hoy, 11 son hombres y 9 son mujeres. La provincia de Buenos Aires fue la que más decesos registró con 5 fallecidos.

De acuerdo al parte epidemiológico, de momento, en Argentina hay 468 personas con COVID-19 internadas en terapia intensiva. El porcentaje de ocupación de camas a nivel nacional es del 37,4% y en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) del 38,2%.

De los 2.228 contagios reportados esta tarde, 826 son de la provincia de Buenos Aires; 387 de CABA; 17 de Catamarca; 9 de Chaco; 63 de Chubut; 8 de Corrientes; 260 de Córdoba; 40 de Entre Ríos; 11 de Formosa; 11 de Jujuy; 23 de La Pampa; 4 de La Rioja; 75 de Mendoza; 231 de Misiones; 54 de Neuquén; 51 de Río Negro; 7 de Salta; 18 de San Juan; 14 de San Luis; 46 de Santa Cruz; 50 de Santa Fe; 5 de Santiago del Estero; 1 de Tierra del Fuego y 17 de Tucumán.

¿Cómo puede surgir la próxima variante del COVID-19? Detener la próxima variante peligrosa de coronavirus implica saber de dónde podría provenir. De qué manera mutan los virus y se producen las subvariantes. Los virus cambian todo el tiempo, a menudo de formas que realmente perjudican sus posibilidades de supervivencia. Pero de vez en cuando, esas mutaciones pueden funcionar a favor del virus. Los virus que estornudamos o tosemos pueden ser ligeramente diferente de los que nos infectaron. Eso es porque los virus mutan, especialmente cuando su código genético está hecho de ARN, un primo cercano de nuestro ADN. “Como el virus se reproduce, hay errores al reproducir su código”, indicó por su parte el doctor Mike Ryan, director ejecutivo del Programa de Emergencias Sanitarias de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en una sesión informativa de marzo. “La mayoría de esos errores dan como resultado un virus que no es competente o simplemente desaparece”.

Pero en raras ocasiones, estos accidentes pueden darle una ventaja al virus. Tal vez se vuelva más contagioso. O tal vez se vuelve mejor para escapar de nuestra inmunidad. Sarah Cobey, profesora asociada de Ecología y Evolución en la Universidad de Chicago, explicó en un artículo de opinión en The New York Times, esta semana, que la transmisibilidad del coronavirus llegará a un techo, eventualmente. Sin embargo, es probable que no deje de evolucionar de manera que eluda nuestra respuesta inmunológica.

Un flamante estudio publicado en The New England Journal of Medicine (NEJM) reavivó con fuerza el debate sobre la intervención con plasma de convalecientes en personas contagiadas con COVID. Esta revista científica -considerada la más importante del mundo- llegó a la misma conclusión que el médico pediatra e infectólogo argentino Fernando Polack y sus equipos, en 2020, cuando investigó en la Argentina el uso de esta terapia temprana con plasma, sin todavía existir vacunas disponibles, ni aprobadas, para controlar la letalidad y alta contagiosidad que demostró el nuevo virus.

La investigación hecha en más de mil casos que llevó adelante la Escuela de Salud Pública Bloomberg de la Universidad Johns Hopkins y la Clinica Mayo, entre otras instituciones médico-científicas, evaluó la eficacia del plasma de convalecientes en pacientes en etapas tempranas de la enfermedad, y sin factores previos o comorbilidades de salud, y demostró que es una opción efectiva y segura como tratamiento ambulatorio temprano para la enfermedad.

Infobae dialogó con el infectólogo y médico pediatra Fernando Polack para analizar el trabajo publicado en el NEJM, en su calidad de investigador líder del estudio de plasma de convalecientes hecho en la Argentina. Hoy el plasma de convalecientes no hace falta. Es decir, la idea importante sería que no hay que usar plasma, hay que vacunarse. La solución es la vacuna”, señaló Polack.

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