Cuidaba a su padre con cáncer, ambos contrajeron COVID, pero él murió en 20 días: “Era un toro y este virus lo derribó”

Noelia iba todos los fines de semana a asistir a su padre Toribio. El virus se coló, ella lo tránsito con malestar general y fiebre, él sufrió una neumonía bilateral. “Tenía la responsabilidad de acompañarlo y paso todo esta tragedia”

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Antes de la pandemia: padre e hija se encontraba en La Parilla de Guille, en San Justo, para compartir momento en familia. Toribio recién iniciaba la quimioterapia
Antes de la pandemia: padre e hija se encontraba en La Parilla de Guille, en San Justo, para compartir momento en familia. Toribio recién iniciaba la quimioterapia

“No lo derribó el cáncer, ni la enfermedad cardíaca. En 20 días se lo llevó el COVID-19”, dice Noelia Trevisan (34), quien hace seis meses enterró a su padre Toribio (74). “Este lunes estaríamos festejando su cumpleaños, en cambio iré a visitarlo a la Chacarita donde está enterrado. Es el hombre más valiente que conocí, él tenía muchas ganas de vivir “, se lamenta.

Toribio, más conocido como Don Tilo en el ambiente musical, era herrero y bandoneonista. Estuvo casi tres semanas internado en la terapia intensiva del sanatorio Finochietto de CABA. Durante un año y medio había seguido un tratamiento oncológico, pero el 21 de octubre de 2020, luego de contraer COVID-19, su cuerpo dijo basta. No pudo contra el virus.

Noelia también transitó el coronavirus, aunque de otra manera. “El día que me dan el alta médica por COVID-19 los médicos deciden internar a mi padre. Ya estaba muy mal, el virus le había provocado una neumonía bilateral aguda... le estaba necrosado el tejido”, recuerda con angustia.

Sus días en internación, Noelia estuvo aislada porque tenía Covid pero hablaban por videollamada
Sus días en internación, Noelia estuvo aislada porque tenía Covid pero hablaban por videollamada

Noelia, es una de las cuatros hijos de Toribio. Divide su tiempo entre la maternidad, el trabajo en un registro automotor y sus estudios Derecho y trabajo social. Eso no es todo, durante mucho tiempo todos los fines de semana se trasladó desde Zona Oeste hasta Zona Sur para asistir a su padre. Un domingo de septiembre hizo lo que hacía siempre, ir a acompañarlo. “Imaginate que los cuidados eran extremos porque mi viejo era paciente de alto riesgo así que siempre me mantuve distante, con barbijo puesto a toda hora, sin contacto físico... no sé en qué momento el virus se coló”, dice.

El miércoles siguiente, cuando Noelia volvía del trabajo en el transporte público se descompuso. “Me subí al colectivo con dolor puntual en la cabeza y me bajé con fiebre y dolor en todo el cuerpo. Tenía que ir a hasta lo de mi madre -también paciente riesgo ya que tiene EPOC- a alcanzar un sobre con plata. Lo único que hice fue entregárselo a la cuidadora e irme volando a casa”, relata.

Llegó a su casa en Lomas del Mirador y allí la esperaban sus dos hijas. “Les expliqué que me tenía que aislar por preocupación, pero con dos nenas chicas es casi imposible. Me metí en la cama, me tomé la temperatura y el termómetro marcó 38.2. A la mañana siguiente tenía tos fuerte”. Todo indicaba la presencia del virus. Se hisopó y le dio positivo.

Mientras tanto Toribio seguía con sus sesiones de radioterapia, iba por la número 17. “A las pocas horas me llama para decirme que se siente mal, le hacen un hisopado y dio negativo, por eso los médicos lo mandaron a la casa”, relata Noelia.

En 72 horas el cuadro de Don Tilo había empeorado. No podía respirar. Lo debieron ingresar de urgencia porque ya tenía una neumonía bilateral. Esta vez el PCR dio positivo. “Estuvo solo porque el resto de la familia estaba aislada por prevención”, cuenta su hija.

Durante su internación transitó la enfermedad con altos y bajos. “Ni bien tuve el alta me dediqué a cuidarlo. De a ratos se lo notaba mejor, pero con esta enfermedad todo es tan incierto...”.

Toribio Arturo Trevisan, su verdadero nombre, nació en Colonia Reconquista el 17 de mayo de 1945, en el norte de Santa Fe. Aprendió las primeras notas musicales a los siete años con un acordeón de dos hileras
Toribio Arturo Trevisan, su verdadero nombre, nació en Colonia Reconquista el 17 de mayo de 1945, en el norte de Santa Fe. Aprendió las primeras notas musicales a los siete años con un acordeón de dos hileras

En los momentos donde se sentía bien Noelia y su padre compartían charlas cotidianas. “Hablaba bajito, casi sin fuerza, aunque nos dijimos esas cosas que no hay que esperar a último momento para decirlas. Trataba de darle ánimo y vislumbramos su vuelta a casa…”.

El 21 de octubre su cuadro empeoró y los médicos, junto a la familia, deciden conectarlo al respirador. “No es una decisión sencilla porque sabíamos las consecuencias de salud que traen. No queríamos que sufra más, su cuerpo estaba muy deteriorado...”. Lo conectaron a las tres de la tarde. A las diez de la noche había muerto.

“Era un toro con ganas inmensas de luchar por la vida, vino esta pandemia a derribarlo”, dice aún con angustia. Hace una pausa y retoma: “Qué paradoja, no sé donde se contagió, pero fui a cuidarlo y pasó todo esto”.

A seis meses del hecho, Noelia vive las secuelas físicas y emocionales de haber atravesado la enfermedad y haber perdido un familiar. “Vivimos una tragedia, sigo con miedo y una fatiga crónica, ya no sé si son secuelas emocionales o físicas. Tenemos que seguir estrictos en los cuidados porque mi madre también es paciente de riesgo”, resalta. “No hay que llegar a la pérdida de un ser amado para hacerlo”, advierte.

Toribio Arturo Trevisan, su verdadero nombre, había en Colonia Reconquista el 17 de mayo de 1945, en el norte de Santa Fe. Había aprendido las primeras notas musicales a los siete años con un acordeón de dos hileras. “La música fue su verdadera pasión. Nos enseñó que con esfuerzo se llega a donde uno desea. No dejo nunca de luchar, incluso internado”.

Y finaliza emocionada: “No quiero quedarme con la lucha de estos últimos días, porque duele mucho... me duele todavía. Prefiero quedarme tarareando las melodías que componía y levantarme temprano con sus mates amargos”.

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