Harta de escuchar situaciones de violencia, creó un servicio de remis exclusivo para mujeres

“Fem Remis” nació como respuesta a la necesidad de “viajar tranquilas” de las alumnas de Maru Odorizzi, profesora de zumba, y su idea pronto se viralizó. De reinventarse a atender el deseo de seguridad de las pasajeras. Su historia

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Una conversación después de una clase de zumba debajo de los árboles del Parque de Lomas fue una alarma para María Odorizzi (44). Una de sus alumnas contó una experiencia desagradable sobre un viaje en Uber, otras sumaron las propias y todas coincidieron en lo que les pasa en esos momentos: temor por viajar con hombres desconocidos, miedo cuando cambian el recorrido o cuando están en zonas que no les son habituales o son peligrosas... Esos sentires, sumados a los propios fueron suficientes para que tomara la decisión que marcaría no solo un nuevo rumbo laboral para esta madre de dos hijos, sino que haría de ella un servicio confiable para sus congéneres.

“Escuchar esas historias me llenó de impotencia y de bronca, porque pese a que socialmente se ha avanzado muchísimo en cuanto al reconocimiento de nuestros derechos falta mucho respeto y esto lo vivimos desde que somos chicas. Y les sigue pasando a pibas que empiezan a manejarse solas como a señoras grandes... ¡Todas tienen miedo! Entonces es una mezcla de sensaciones, sobre todo, porque a muchas mujeres el miedo las paraliza porque esas vivencias se sienten muy feo. Y a mis 44 años noto con estupor cómo algunos hombres nos siguen considerando tontas y simples objetos”, le dice María a Infobae y explica por qué decidió crear Fem Remis y poner su auto al servicio de otras mujeres para que sientan que ahora pueden trasladarse tranquilas.

Las veces que tuve que dejar mi auto en el mecánico y llamar otro por alguna app viví lo mismo que mis alumnas. Creo que todas tuvimos alguna experiencia negativa viajando con hombres desconocidos. En el último viaje que hice en Uber, en lugar de llevarme a mi casa por el camino más cercano y directo, el conductor dobló para otro lado y le pedí que regresara porque conocía la zona. ‘Te estás alejando’, le dije y respondió que ese camino le marcaba el GPS... ‘¡Apagalo y yo te indicó el camino porque lo conozco de memoria’, insistí... Lo hizo de mala gana, pero esas situaciones generan mucho miedo e inseguridad mientras suceden y es por eso que ahora muchas chicas me escriben por privado agradeciendo por este servicio, porque se sienten seguras con otra mujer al volante porque lamentablemente eso que pasa son vivencias graves que siguen estando naturalizadas”.

 Maru asegura en cada viaje un espacio seguro, distendido y sin ningún imprevisto porque la idea es “generar confianza con las chicas”.
Maru asegura en cada viaje un espacio seguro, distendido y sin ningún imprevisto porque la idea es “generar confianza con las chicas”.

La oriunda de Banfield es profesora de zumba y conocida por las clases que desde hace años da en distintos gimnasios y lugares al aire libre en el sur del Conurbano. Durante la cuarentena, y en los meses de inactividad de su rubro, ya había pensado en trabajar con su auto para sobrevivir en los momentos de incertidumbre económica. “Me las rebusqué vendiendo ropa interior por internet y haciendo los envíos con mi auto porque había que salir a trabajar”, reconoce mientras toma un descanso en su extensa jornada laboral.

“Arranco a las 8 y sigo hasta la medianoche; por la tarde doy una hora de zumba. Los fines de semana también hago viajes”, explica y asegura que dar clases es la actividad que ama hacer. “Me costó mucho poder hacer el profesorado y pagar la membresía, pero es lo que amo”, admite.

Pensando en las repercusiones de su idea laboral, que arrancó solo para conocidas pero que pronto se viralizó con un posteo en su perfil de Facebook, alienta a otras mujeres a seguirla: “Les propuse a algunas chicas que también salgan a trabajar con sus autos, pero se sienten inseguras y temerosas. Yo estoy acostumbrada a moverme porque manejo desde los 17 años y muchas chicas con las que hablé usan sus coches para hacer lo mínimo, pero no pierdo las esperanzas. Ojalá se animen porque es una fuente de trabajo y un servicio que las demás mujeres necesitan”.

Maru dando clases al aire libre. Las vivencias desagradables de sus alumnas la alentaron a ofrecer un servicio de remis para mujeres.
Maru dando clases al aire libre. Las vivencias desagradables de sus alumnas la alentaron a ofrecer un servicio de remis para mujeres.

Desde que inició su nuevo emprendimiento no deja de recibir llamados de adolescentes y adultas mayores que requieren de sus servicios y no dejan ocultas palabras de agradecimientos para ella. “Lo que más me sorprende es la cantidad de chicas jóvenes que me piden viajes y que cuentan las horribles situaciones que vivieron durante los recorridos en los que el conductor cambió de camino o directamente les dijeron cosas desagradables, por eso están tan agradecidas por sentir que conmigo pueden viajar seguras”, lamenta.

Pese a que vuelve a subrayar el avance social para las mujeres en distintos rubros, lamenta que “sigue habiendo hombres en la calle que cuando ven chicas al volante nos mandan a lavar los platos”. “Hay mucho ninguneo y va más allá de que se den cuenta de que estoy trabajando, simplemente maltratan o insultan a mujeres al volante porque ellos no se dan cuenta de que lo fundamental en la calle es el respeto al otro y los cuidados que hay que tener cuando se maneja. La gran mayoría de las mujeres somos respetuosas y ellos no, esa es la gran diferencia”, compara.

Sobre el final de la entrevista, Maru pide: “Tenemos que seguir cuidándonos entre nosotras. Cada vez que salís seguí mandando tu ubicación en tiempo real a una amiga. Sé que es feo vivir así, pero estamos en una situación muy delicada y complicada y no nos queda otra opción. Y las aliento a todas a seguir luchando por nuestros derechos, siempre”.

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