Sus padres compraron una hostería en 1993, estuvo cerrada durante 10 años y hoy reabre en plena pandemia

Se llama Lagos del Furioso y está enclavada en un paraíso de la provincia de Santa Cruz. En febrero de 2020, Gregorio -el hijo del matrimonio propietario- junto a Alejandro, su amigo de la infancia, volvieron a poner el marcha el proyecto familiar en un año extremadamente difícil para el turismo

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La hostería se llama Lagos del Furioso esta situada en Santa Cruz. Se puede llegar en avión a Comodoro, El Calafate o Balmaceda o manejando por la ruta 40 o la carretera Austral de Chile.
La hostería se llama Lagos del Furioso esta situada en Santa Cruz. Se puede llegar en avión a Comodoro, El Calafate o Balmaceda o manejando por la ruta 40 o la carretera Austral de Chile.

“¿Y la gente cuándo viene?”, le preguntó de manera inocente Alejandro Azpiazu (50) a su amigo Gregorio Cramen (50) mientras disfrutaban de la belleza extrema de Santa Cruz. Alejandro, amigo desde la infancia de Gregorio (ambos de Buenos Aires) pasaba unos días de vacaciones en la casa que formaba parte de la hostería Lagos del Furioso, que funcionó desde 1993 hasta 2008 en uno de los lugares más hermosos y remotos de la Patagonia.

La hostería había sido un proyecto de Jorge Cramer y Ana Bas, padres de Gregorio. Un matrimonio aventurero, amante del sur del continente, que viajaban a menudo para descubrir nuevas escenografías. Allá por 1992, guiados un poco por el libro del misionero Alberto María de Agostini y otro poco por la intuición, encontraron el sitio perfecto para dar vida a una hostería.

Jorge Cramer y Ana Bas montaron el lugar en Santa Cruz de manera especial. Hoy, su hijo Gregorio tomó la posta
Jorge Cramer y Ana Bas montaron el lugar en Santa Cruz de manera especial. Hoy, su hijo Gregorio tomó la posta

En medio de la nada, se enamoraron de una chacra en Santa Cruz, ubicada entre los lagos Pueyrredón y Posadas. Un sitio histórico, donde funcionaba una suerte de aduana interna de una gran propiedad de 500.000 hectáreas, perteneciente a capitales ingleses, que a principios del siglo XX iba del Pacífico al Atlántico.

“Compraron el lugar en plan de casa de veraneo... un poco lejos “, bromea Gregorio. Lo que jamás se imaginaron es que iba a terminar “convirtiéndose en una relación de treinta años”, le cuenta Cramer (cineasta y padre de dos hijas) a Infobae. “Un poco fue por locura, otro poco por las ganas de hacer cosas y sobre todo de una gran conexión con el sitio y el ambiente natural”, agrega.

Ana la diseñó, Jorge la construyó. La pusieron de pie, y brindaron un servicio de hospedaje por casi 16 años. También formaron parte de la red de Estancias Turísticas que llegó a tener más de 40 miembros. Hoy muchos cerraron, y entre cambios generacionales y profesionalización quedan pocos. Lo mismo le sucedió al matrimonio, que en 2008 prefirió terminar con Lagos del Furioso. Por eso la reanudación de la hostería es celebrada, ya que renueva la red de hosterías y estancias turísticas.

Un paraíso en el sur
Un paraíso en el sur

En febrero de 2020, Alejandro terminó de convencer a Gregorio de reabrir el proyecto familiar. Le propuso hacer una prueba sin plazos, con la ayuda de más amigos. Esa pregunta (“¿Y la gente cuándo viene?”), no había sido del todo inocente.

Pero pronto llegó la pandemia, y por momentos dudaron en seguir adelante frente a tanta incertidumbre. Además, volver a ponerlo en funcionamiento implicaba toda una carga emotiva, y cierta osadía como la que tuvieron Jorge y Ana. “Tenía unos veintipico cuando vine por primera vez, y quedé impactado. Es un lugar sumamente especial para mí. Mis padres se dividían el año entre Buenos Aires y Santa Cruz para poder llevar a cabo su proyecto. Ahora los entiendo, porque tuve que poner en pausa mi trabajo para lograr esta reapertura”, reconoce.

Y sigue “esta es una zona en la que hay pocas opciones de alojamiento, un lugar remoto donde cada estancia y cada poblador tiene una historia particular. La Patagonia tiende a expulsar a sus habitantes, y los que quedan son los más testarudos, los que aguantan las inclemencias del tiempo y las duras condiciones”.

Los espacios renovados sin perder la calidez de la chacra original
Los espacios renovados sin perder la calidez de la chacra original

Un lugar increíble

La hostería está construida en lo que fuera el destacamento de frontera, muy cerca de Chile. Se puede llegar en avión hasta los aeropuertos de Comodoro Rivadavia, El Calafate o el de Balmaceda, en Chile. También por la la ruta 40 y la carretera Austral de Chile. Los pobladores vecinos son descendientes de Emma Miglio, una piamontesa que llegó a la zona a principios del siglo XX, cuando no había casi presencia de hombres. En esos años todavía vivían muchos tehuelches. Todo eso se respira en Lagos del Furioso.

La reapertura más osada

“Estamos con muchas ganas, a la vez súper expectantes para que podamos recibir a los visitantes este 28 de diciembre. Estos últimos cuatro meses fueron de mucho trabajo, dedicación y organización”, reconoce Gregorio.

Si bien durante todo el tiempo que estuvo “cerrada” Gregorio la mantenía como lugar de visita para amigos y familiares, volver a ponerla en marcha llevo una planificación importante, desde una remodelación hasta la puesta en marcha del negocio.

En esta nueva etapa tiene 9 habitaciones para alojar hasta 30 personas. Le agregó conexión de wifi. Y posee sala de lectura, comedor y un mirador a los lagos. Además tiene una filosofía autosuficiente para preservar el ecosistema patagónico, cubiertos por una red sustentable de agua potable, electricidad, gas, internet por satélite, riego, energía solar y eólica.

La belleza del paisaje de la Patagonia Austral
La belleza del paisaje de la Patagonia Austral

Algunos de los habitantes naturales de la región, cuenta Gregorio, son “cisnes, caiquenes, bandurrias, patos salvajes, flamencos, ñandúes, guanacos, zorros y pumas. El bosque también es el refugio de la mara y muchas especies autóctonas en peligro o amenazadas. Las truchas arco iris, las percas y los pejerreyes patagónicos pueblan los lagos y los ríos”.

Y sigue, entusiasmado: “el lugar es el paraíso de los fans del senderismo, trekking o running. Otras actividades que se pueden realizar son cabalgata, mountain bike, avistaje de fauna autóctona, pesca con mosca desde la costa o embarcados, paseo en lancha, windsurf, kite o simplemente dedicarse a reflexionar en un lugar donde el tiempo parece estar detenido. De noche, sumergirse en la observar las estrellas”.

En la temporada 2020/2021, un año difícil, esperan una ocupación del 30% de los visitantes. “Nuestro gran público siempre fueron turistas extranjeros, esperamos que los argentinos se animen a venir porque estamos con entusiasmo y tenemos todas las condiciones sanitarias para una estancia segura y única. Queremos reabrir y disfrutar de todo lo que se viene”.

Entre las visitas más esperadas, está la de Ana, corazón de la hostería. “No vendrá a trabajar, pero si a acompañarnos y celebrar”.

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