Son padre e hijo, viven en Banfield, se ofrecieron como voluntarios para la vacuna contra el COVID-19 y ya recibieron la primera dosis

Guillermo y Gerónimo Cabrera son los fundadores de “Te doy una mano”, una ONG que confecciona y entrega prótesis ortopédicas en Argentina y en otros países del mundo. En charla con Infobae, comparten su experiencia en el ensayo clínico que llevan adelante el laboratorio Pfizer y la firma BioNtech

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Guillermo y Gerónimo Cabrera - Voluntarios vacuna Covid19

No te mandés solo. Anotame a mí también”, le dijo Guillermo Cabrera (61) a Gerónimo (21), el menor de sus cinco hijos. Fue después de que el joven lo llamara emocionado para contarle que se había apuntado como voluntario para la vacuna contra el COVID-19.

Unos días más tarde, en medio de la avalancha de voluntarios (se anotaron 25 mil personas, pero sólo 4.500 participarán de la prueba), los creadores de “Te doy una mano”, la ONG que confecciona y entrega prótesis ortopédicas en Argentina y en otros países del mundo, recibieron la noticia de que habían salido sorteados para formar parte del ensayo clínico que llevan adelante el laboratorio Pfizer y la firma BioNtech.

“El único requisito era tener entre 18 y 85 años, vivir en la Ciudad de Buenos Aires o el Gran Buenos Aires (a menos de 60 kilómetros de CABA) y, en el caso de las mujeres, no estar embarazada o en período de lactancia”, cuenta Guillermo a Infobae, aún revolucionado por el pinchazo que recibió el pasado martes 25 de agosto.

Se trata, explica, de la primera de las dos dosis que componen la prueba de la vacuna contra el virus SARS-CoV-2 que el laboratorio estadounidense Pfizer y su par alemán BioNTech, en conjunto con la Fundación Infant, llevan adelante en el Hospital Militar, como parte de la tercera y última fase rumbo a la producción a gran escala.

Guillermo Cabrera tiene 61 años, cinco hijos y vive en Banfield. Se postuló como voluntario para recibir la vacuna del COVID-19 junto a su hijo menor, Gerónimo. El pasado martes 25 de agosto, recibió la primera dosis que completará el próximo 14 de septiembre (@guillermocabrera11)
Guillermo Cabrera tiene 61 años, cinco hijos y vive en Banfield. Se postuló como voluntario para recibir la vacuna del COVID-19 junto a su hijo menor, Gerónimo. El pasado martes 25 de agosto, recibió la primera dosis que completará el próximo 14 de septiembre (@guillermocabrera11)

Un día después, el miércoles 26 de agosto a las 17 horas, fue el turno de Gerónimo. “Soy joven y estoy sano, ¿cómo no me iba a postular?”, apunta en charla con este medio. Los días previos, cuenta, estaba nervioso. “Lo que más me inquietaba era hacerme el hisopado porque me daba impresión. Aunque no sé si me inyectaron la vacuna o el placebo, hay una expectativa y cierta intriga por ver cómo evoluciona mi cuerpo”, dice Gerónimo que, desde entonces, comparte su estado de salud en su cuenta de Instagram @elchicodelasmanos.

Tengo mas de 15 mil seguidores que me preguntan cómo estoy, me dicen que rezan por mí y me agradecen por poner mi cuerpo a disposición de la vacuna”, explica, todavía sorprendido por las muestras de cariño.

Gerónimo tiene 21 años y un espíritu solidario enorme. “Soy joven y estoy sano, ¿cómo no me iba a postular para ser voluntario de la vacuna contra el COVID-19?”, apunta en charla con Infobae.
Gerónimo tiene 21 años y un espíritu solidario enorme. “Soy joven y estoy sano, ¿cómo no me iba a postular para ser voluntario de la vacuna contra el COVID-19?”, apunta en charla con Infobae.

Acerca del proceso de vacunación, tanto Gerónimo como su papá, destacan la organización y el buen trato que recibieron.

“Una vez que te confirman la fecha, te pasan a buscar en auto por tu domicilio y te llevan hasta el Hospital Militar. Allí, te reunís con un médico al que podés hacerle todas las preguntas que quieras. Estuve 35 minutos haciéndole preguntas. Quería saber, por ejemplo, si por mi edad podía llegar a tener un problema. Me dijo que ’No’ y me quedé muy tranquilo”, cuenta Guillermo. Hace una pequeña pausa y agrega. “En lo que va de mi vida me hice una infinidad de estudios médicos, pero nunca viví una experiencia de este tipo. Te subliman como voluntario”, sostiene.

Durante la entrevista, cuentan los Cabrera, se les hizo un cuestionario acerca de sus antecedentes clínicos. “Por ejemplo, te preguntan si tenés alguna enfermedad preexistente, como hepatitis o HIV”, dice Guillermo. Tras el hisopado, a cada voluntario se le realiza una extracción de sangre. La parte de la vacuna está a cargo de una enfermera, que es la única que sabe si te aplican la vacuna o un placebo.

“Después te dejan media hora en observación y te acompañan hasta la puerta donde hay otro auto que te lleva de vuelta a tu casa. Además te dan un termómetro digital y un teléfono para que vayas cargando determinados datos que te van pidiendo”, explica Guillermo.

En 2017 Guillermo Cabrera y su hijo Gerónimo crearon la ONG “Te doy una mano”. Al día de la fecha -cuentan- llevan entregadas más de 400 “manos de juguetes” y porta sueros para niños que están internados o que reciben tratamiento de quimioterapia (@elchicodelasmanos)
En 2017 Guillermo Cabrera y su hijo Gerónimo crearon la ONG “Te doy una mano”. Al día de la fecha -cuentan- llevan entregadas más de 400 “manos de juguetes” y porta sueros para niños que están internados o que reciben tratamiento de quimioterapia (@elchicodelasmanos)

Aunque se dedicó toda la vida al rubro inmobiliario, Guillermo Cabrera cultiva, desde hace décadas, una faceta solidaria que arrancó con su participación en los bomberos voluntarios de Lomas de Zamora y luego continuó en los comedores del barrio.

Desde 2017, además, creó la ONG “Te doy una mano” junto a su hijo Gerónimo. Al día de la fecha -cuentan- llevan entregadas más de 400 “manos de juguetes” y porta sueros para niños que están internados o que reciben tratamiento de quimioterapia.

¿Si tuvo miedo de postularse como voluntario? “Desde el momento en que hemos ido a repartir prótesis a África, donde hemos dormido en cuchetas y sacudido las zapatillas para descartar que hubiera escorpiones adentro, el miedo no existe”, bromea Guillermo.

“Además, desde el primer llamado te aclaran que no te van a inyectar la enfermedad sino las proteínas para ver si tu organismo genera anticuerpos. La idea aportar un granito de arena, sino lo hacemos los seres humanos nadie más lo puede hacer”, agrega el hombre de 61 años.

"Te doy una mano"es un emprendimiento familiar solidario a través del cual se confeccionan y entregan prótesis ortopédicas. Al día de la fecha llevan entregadas más de 400 “manos de juguetes” (@elchicodelasmanos)
"Te doy una mano"es un emprendimiento familiar solidario a través del cual se confeccionan y entregan prótesis ortopédicas. Al día de la fecha llevan entregadas más de 400 “manos de juguetes” (@elchicodelasmanos)

A su experiencia en Mozambique, donde el cien por cien de las prótesis fueron para personas mayores de 60 años, (“Todos ex prisioneros a los que les habían amputado las manos”) Guillermo y su hijo también viajaron tres veces al impenetrable chaqueño.

Como ahora no podemos entregar manos, porque es un proceso que se hace de manera personal, lo que hicimos fue fabricar y donar 13 mil máscaras faciales que se entregaron a través de Correo Argentino, a personal de salud y de seguridad y a voluntarios de comedores de las provincias más afectados por el COVID-19”, dice Guillermo.

Mientras tanto, él y su hijo esperan la segunda fecha de aplicación, que será el próximo 14 de septiembre (Guillermo a las 16 y Gerónimo a las 17 horas). Si todo sale bien, el cronograma de vacunación finalizará en 2022. “La tercera visita será a mediados de octubre; la cuarta dentro de seis meses; la quinta dentro de un año y la sexta a los dos años”, se despide Gerónimo.

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