Tras 15 años de espera fue papá por subrogación en plena cuarentena: “No quería imaginar a mi hija por miedo a que no llegara”

Osvaldo y Claudia debieron afrontar tratamientos de baja y alta complejidad. Tuvieron a Zoe a través de la subrogación de vientre en Ucrania. La pandemia demoró en encuentro, pero ahora festeja su primer Día del Padre: “voy a tener que aprender a no sobreprotegerla”

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Osvaldo es jefe técnico en un canal de televisión, junto a Claudia buscaron durante más de un década cumplir su sueño de ser padres
Osvaldo es jefe técnico en un canal de televisión, junto a Claudia buscaron durante más de un década cumplir su sueño de ser padres

Osvaldo lleva apenas 15 días en su rol como papá primerizo. Zoe, su hija, llegó al mundo el pasado 22 de mayo a través del alquiler de vientre en Ucrania. Se esperaron 15 años, y recién en 2020, en plena pandemia, se pudo cumplir ese hermoso sueño.

Este 21 de junio es un fecha especial para Osvaldo Nakandakare (55): no solo festeja su primer Día del Padre, sino que su hija cumple su primer mes de vida. “Esta fecha siempre la vivimos de manera muy especial en mi casa, con reuniones donde estaba mi abuelo, mis tíos... Y ya estando casado, lo festejábamos reunidos en una gran mesa en la casa de mi cuñado, junto a mis sobrinos”, le cuenta a Infobae.

Por casualidad, tanto en Ucrania como en nuestro país, esta festividad se conmemora el tercer domingo de junio. Será todo un estreno para este papá. “Es un día que soñé mucho”, confiesa, aunque por momentos temió que nunca se concretara. “Durante mucho tiempo imaginé cómo serían mis hijos, pero cuando la ilusión tardó tanto en llegar, preferí dejar de tenerla”, reconoce desde Kiev, donde se encuentra junto a su esposa Claudia (53) aguardando algún vuelo que los deposite a los tres en nuestro país. Algo que, en principio, ocurriría después del 1 de septiembre.

Esta pareja, casada desde 2005, se conoció mediante familiares en común. “Nos organizaron una cita porque decían que nuestro estilo de vida era similar. Ese encuentro derivó en 17 años de pareja.”, explica.

Ambos supieron desde siempre que querían ser padres. “Es algo que anhelaba desde muy chico, te diría desde adolescente. Cuando la cosa empezó a ir en serio, y por nuestra edad, empezamos averiguar con especialistas en fertilidad para adelantarnos a posibles problemas”.

El camino fue muy largo, difícil, y sobre todo frustrante. Sin embargo, nunca bajaron los brazos. En total fueron 15 tratamientos de baja y alta complejidad. Hicieron todo lo posible. “Nunca le contamos a nuestras familias lo que estábamos haciendo, siempre lo reservamos para nosotros. Primero porque es parte de nuestra intimidad, y después para no generar expectativas. Pero se que la abuela (la mamá de Osvaldo) esperaba su nieto”, cuenta.

Como el tan ansiado embarazo no se concretaba, en un momento los alcanzó una sensación casi de desesperanza. Hasta pensaron en detener todo el proceso, resignarse. “Ella le estaba poniendo el cuerpo a todo esto. Nadie nos daba un panorama alentado, pero tampoco nos confirmaba un diagnóstico puntual. Le dije a Claudia, ‘vamos a disfrutar de nuestros sobrinos’”.

El día que conocieron a Zoe, su hija que nació el 22 de mayo a través del método de subrogación de vientre
El día que conocieron a Zoe, su hija que nació el 22 de mayo a través del método de subrogación de vientre

Pero, reconoce, “las ganas seguían vivas. Después de un tiempo retomamos las averiguaciones y dimos con los centros en los Estados Unidos, aunque para nosotros económicamente eran inviable”. El anhelo era tal que pensaron en vender su departamento en Caballito para poder solventar el alquiler de vientre.

Recobraron la ilusión al conocer BioTexCom, una clínica de fertilidad en Kiev. Con una serie de requisitos pedidos por el centro -estar casados, ser una pareja heterosexual y mostrar la incapacidad de uno de los dos por concebir- en 2018 volaron a Ucrania. “Viajamos los 12.000 kilómetros medio a ciegas. Estando en la clínica pudimos entender de qué se trataba, y ahí mismo dejamos las muestras genéticas”.

El primer intento de transferencia no funcionó, y tuvieron que volver al país. Insistieron. Y se dio. “No me olvido más el 11 de septiembre 2019 se hizo el procedimiento, y el 25 nos confirmaron a través de un e-mail que la beta dio positivo”, cuenta Osvaldo feliz.

La ecografía que confirmaba el sexo, una nena
La ecografía que confirmaba el sexo, una nena

-¿Cómo te enteraste que ibas a ser papá ?

-Estaba en el trabajo, y Claudia me mandó un mensaje contándome la noticia. Después de 15 intentos fallidos, lo tomé con mucha calma. No se lo contamos a nadie hasta el día de Navidad.

A la distancia siguieron todo el embarazo. Llegando a la mitad de la gestación, recibieron la confirmación del sexo: tendrían una nena.

El alquiler de vientre es una práctica que abre el debate en el seno del feminismo. Por un lado, hay quienes sostienen que es una de las formas de la explotación del cuerpo de las mujeres, dado a que hay que pagar a la gestante. Por el otro, hay quienes la defienden sosteniendo que la decisión reafirma la autonomía del cuerpo de cada mujer.

-¿Cómo fue la elección del nombre?

-Cada uno hizo un listado, el único que coincidimos fue Zoe, así que fue el ganador. Elegimos un segundo nombre, pero en japonés, por nuestro origen: Kaori, que se traduce como fragancia.

El 22 de mayo, casi una semana antes de la fecha prevista de parto, nació Zoe Kaori Nakandakare, como afirma la partida de nacimiento provisoria de la clínica BioTexCom.

Pero por la pandemia, y el cierre de los vuelos, recién en 29 de mayo la pareja -gracias a la gestión de un empresario argentino y un DNU especial-, pudo viajar a conocer a su hija. Tuvieron que permanecer dos semanas en aislamiento, y el 10 de junio la tuvieron en brazos por primera vez.

Zoe pesó casi 4 kilos cuando nació el pasado 22 de mayo, por la pandemia, su papá la conoció el 10 de junio
Zoe pesó casi 4 kilos cuando nació el pasado 22 de mayo, por la pandemia, su papá la conoció el 10 de junio

Amor a primera vista

En una ceremonia especial, junto a las otras ocho parejas que viajaron a Ucrania para buscar a sus hijos, finalmente pudieron conocer a Zoe. “No me contuve cuando la ví, es demasiada linda. Se pone muy colorada cuando llora, es bastante inquieta, y movediza”.

-¿Cómo te ves en este rol de padre?

-Voy a ser bastante sobreprotector. Me voy a tener que controlar un poco.

-¿De qué manera se organizan con Zoe?

-Tratamos de dividir las tareas, aunque a veces no lo logramos y hacemos todo de a dos. Le cambio los pañales, le preparo la mamadera y bueno... el gran desafío es hacerla dormir, probé cantarle hasta el Himno Argentino, y funcionó.

-¿Qué valores le quieren inculcar?

-Todas las herramientas para que sea feliz y pueda elegir lo que quiera hacer. Y bueno, la perseverancia, que siempre vaya para adelante.

-¿Qué es lo más importante que aprendiste como papá en ese poquito tiempo?

-Estoy en pleno proceso de aprendizaje. Lo que me sorprendió es todo lo que hay tener en cuenta a la hora de cuidarla, hay muchas cosas que considerar: la esterilización de la mamadera, su preparación, esperar que se enfríe, que duerma en cierta posición... ¡y esto recién empieza!

Osvaldo se define como un papá sobreprotector
Osvaldo se define como un papá sobreprotector

Sin planes de vuelta para Buenos Aires

Hasta el 01 de septiembre los vuelos comerciales siguen suspendidos. La pareja continúa con su vida en un departamento alquilado en Ucrania. “La cuarentena es flexible, los locales están abiertos, podemos salir a pasear. Ahora estamos los tres juntos disfrutando de esta vida en familia. Es lindo poder tenerla las 24 horas, en Buenos Aires estaría trabajando y no podría compartir este tiempo”.

A 12.000 kilómetros de casa, luego quince años de espera y en en medio de una pandemia, este Día del Padre es muy distinto a todo lo que se imaginó Osvaldo, porque la realidad superó sus mejores sueños.

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