Versalles y Retiro frente al coronavirus: cómo se vive en el único barrio porteño sin casos y en el que más infectados tiene

Son las dos puntas de la pandemia en CABA. En Versalles no se registra ni un caso positivo de Covid-19, mientras que en Retiro ya se superaron los mil doscientos. ¿Por qué? ¿Se puede pensar en aislar los barrios? Testimonios e imágenes de los vecinos en los lugares más tranquilos y agitados de la Ciudad en relación a los contagios

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Versalles, el barrio con menos casos de coronavirus de Buenos Aires - #Informe

El misterio de Versalles se mantiene. Un misterio alegre, al fin, una noticia de alivio en medio de la pandemia: hay un barrio en la Ciudad de Buenos Aires en el que al cierre de esta nota no se registra ni un caso de coronavirus. Se trata, ya está dicho, de Versalles.

Ni uno de los más de 4 mil casos de la Ciudad corresponde a alguien de Versalles. ¿Por qué? “Difícil dar una respuesta sólida”, dicen fuentes de gobierno. “Hay circulación del virus en la ciudad entonces no se puede decir por qué allí no hay casos”, explican. Pero la estadística sigue firme.

“Para mi es porque es un barrio medio cerrojo”, dice un oficial de la Policía de la Ciudad mientras custodia sus calles. Hay poca gente caminando. Mientras conversamos con el oficial junto a la plaza central del barrio, una mujer sube a un colectivo de la línea 106 que está casi vacío. “Al estar cercado por la General Paz, la avenida Juan B. Justo y además ser lindante con Provincia, hay muchos controles. Entonces en los días en que se mantenía firme la cuarentena no era fácil entrar si no eras del barrio, porque había un puesto de control en cada acceso… Eso tal vez ayudó”, dice el oficial.

Postal de la plaza central de Versalles, hoy cerrada para esparcimiento pero habilitada para circular. (Foto: Lihue Althabe)
Postal de la plaza central de Versalles, hoy cerrada para esparcimiento pero habilitada para circular. (Foto: Lihue Althabe)

Tiene sentido su explicación. Versalles es un barrio de apenas 1.5 kilómetros cuadrados de superficie, tiene más de 10 mil habitantes y está delimitado por las calles Nogoyá, Irigoyen, la avenida Juan B. Justo y la General Paz. Es, dicen los vecinos, “un barrio un poco escondido”. Por eso mismo, para José es poco probable que la gente de otros barrios se acerque a hacer las compras allá para sentirse más segura. Algo de razón tiene: hasta ahora, la mayor fama la merecía el hecho de que en sus calles se filmó Esperando la carroza, y aún hoy al frente de la casa de Mamá Cora hay una placa conmemorativa.

“No creo que venga nadie porque no es fácil llegar, estamos medios recostados en un rincón de Buenos Aires, entonces tal vez eso nos mantiene protegidos”, dice. “Además somos muy cuidadosos”, agrega. Tiene 52 años y hace poco se divorció, por lo cual su mayor preocupación es el operativo que hace cada vez que tiene que buscar a sus hijas, pero toda la familia sigue viviendo en Versalles y eso le da algo de tranquilidad.

(Foto: Lihue Althabe)
(Foto: Lihue Althabe)
Carlos, mecánico del barrio, trabaja en Versalles pero vive en Provincia de Buenos Aires. (Foto: Lihue Althabe)
Carlos, mecánico del barrio, trabaja en Versalles pero vive en Provincia de Buenos Aires. (Foto: Lihue Althabe)

Para Carlos, esa calma es aparente. Él vive en Provincia pero llega cada día a Versalles a trabajar en un taller mecánico. Su rubro fue uno de los primeros en admitirse dentro de las excepciones. “Lo más delicado es el viaje, pero una vez acá el trabajo es tranquilo porque no tenés contacto con nadie. A lo sumo con los clientes, pero te dejan el auto y se van, no es que uno tiene que charlar mucho”, explica desde atrás de su barbijo.

Patricia vive sola en un departamente cercano al taller donde trabaja Carlos. Para ella, el secreto de Versalles es que “no hay demasiada diferencia con cuarentena o sin ella”. Si bien no nació en Versalles, vive ahí desde hace más de 30 años. “Es un barrio muy tranquilo. Lo ves ahora sin gente caminando pero no es por la pandemia, en general es así… seguramente eso ayuda a que estemos más protegidos. Además hay mucha población mayor, que salen menos porque lógicamente están más expuestos… Creo que es por eso principalmente”, arriesga.

Patricia, vecina de Versalles desde hace más de 30 años. (Foto: Lihue Althabe)
Patricia, vecina de Versalles desde hace más de 30 años. (Foto: Lihue Althabe)

Sin embargo, nadie puede explicar la falta de importación intracitadina. Si bien el barrio es tranquilo -y así se lo ve- siguen habiendo trabajadores que se mueven durante el día y vuelven a la noche. Es allí donde comienza el misterio luminoso de Versalles.

Agustín es uno de esos trabajadores. Y lo más curioso: su lugar de trabajo es el Barrio 31 (dentro de Retiro), el cual se destaca en la estadística por ser el barrio con más casos de la Ciudad de Buenos Aires.

Agustín vive hace un año en Versalles pero trabaja en el barrio de Retiro, específicamente en el barrio Padre Carlos Mugica. (Foto: Lihue Althabe)
Agustín vive hace un año en Versalles pero trabaja en el barrio de Retiro, específicamente en el barrio Padre Carlos Mugica. (Foto: Lihue Althabe)

Conversamos con él mientras espera unas medialunas en la vereda sobre Arregui. “Tenemos protocolos sanitarios y los cumplimos estrictamente por una cuestión de seguridad, pero es importante seguir yendo al barrio a hacer el trabajo. De hecho, cada vez es más fundamental”, explica. Para él, dejar de ir a Retiro no es una opción. Cumple cada una de las medidas que le indicaron y sigue haciendo el tránsito del lugar con menos casos al lugar con más. No renunciar a eso es, quizás, la mejor de las respuestas posibles ante el pánico de los que se olvidan de los otros.

Retiro, la otra cara de la ciudad

La avenida Libertador divide el barrio en dos. De un lado, las calles de Retiro está apenas habitadas: una mujer con campera blanca y barbijo del mismo color arrastra un carrito individual de compras por Arroyo, un hombre de sobretodo negro y bufanda azul lleva con correa corta a su perro por la vereda de Juncal rumbo a la Plaza San Martín. En la puerta de supermercado sobre la calle Esmeralda se forma una fila de gente que espera, a su distancia, el turno para entrar a hacer las compras.

Fila para entrar a un supermercado en la calle Esmeralda, en el barrio de Retiro.
Fila para entrar a un supermercado en la calle Esmeralda, en el barrio de Retiro.

Nadie habla entre sí. Saben que el barrio de Retiro es acaso el más peligroso de la Ciudad de Buenos Aires al menos en materia de contagios. Es que allí se concentran más de 1400 casos de coronavirus positivos (de los más de 4600 casos confirmados que hay en la ciudad).

Sin embargo, las calles de esta parte del barrio no son las más representativas. Al otro lado de la avenida Libertador están quienes viven expuestos al verdadero peligro del contagio. Es que el Barrio Padre Carlos Mugica (ex Villa 31) es donde se concentran la mayor cantidad de casos (más de 1400) y es por sus calles donde más circulación del virus hay.

La semana pasada, la muerte de Ramona Medina (víctima en última instancia del covid-19 pero mucho antes de la postergación y la desigualdad social), sacudió las cosas en el barrio. Es que ella misma había denunciado a comienzos de mes la falta de agua y el peligro al que se exponían. El socorro no llegó a tiempo. Hoy el barrio vive aturdido por su muerte pero alerta por las que vendrán si no se controla la situación.

La Plaza San Martín, sobre la avenida Libertador, en la esquina de la terminal de Retiro.
La Plaza San Martín, sobre la avenida Libertador, en la esquina de la terminal de Retiro.
En las calles del barrio Padre Carlos Mugica la población sale con mascarillas. Los casos que se regristraron ya superan los 1400. REUTERS/Agustín Marcarian
En las calles del barrio Padre Carlos Mugica la población sale con mascarillas. Los casos que se regristraron ya superan los 1400. REUTERS/Agustín Marcarian

“Se vive con dolor, como todos en el país imagino. No es ninguna materia de orgullo ser el barrio con más casos pero tampoco creo que se trate de una competencia. Si bien vivo en la parte del barrio menos afectada, me parece injusto ver como una amenaza al barrio 31. Hoy puede ser que ahí esté el mayor número de casos, pero el virus entró ahí seguramente por alguien de acá… A fines de controlar los contagios está muy bien mapear los casos, pero mal usada esa información solo es fuente de estigmatización, así que no me gusta pensarlo así”, dice Luciano, vecino del barrio de Retiro y trabajador voluntario de una ONG que colabora en comedores populares pero prefiere no nombrar.

La mayor cantidad de los vecinos del barrio prefieren no hablar. El miedo a conversar con extraños está mucho más presente que en Versalles, donde cada una de los personas que nos encontramos en el recorrido se detuvo a charlar. En Retiro las cosas son distintas. A nadie hay que culpar por tener miedo o extrema prevención. Tal vez los hábitos que se perdieron primero sean también los primeros que recuperemos cuando todo esto sea parte de la historia.

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