La madre separada de sus hijos e internada a la fuerza en el Moyano finalmente recuperó a su familia

Miryan Melgarejo, oriunda de Paraguay, madre migrante y sola, enfrentó una decisión del Consejo de los Derechos de los Niños del Gobierno de la Ciudad durante casi dos meses. El día después y el miedo de que todo vuelva a ocurrir

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Miryan Melgarejo.
Miryan Melgarejo.

Fue el jueves pasado, el 21 de noviembre. Miryan Melgarejo firmó los papeles y fue tan pronto como pudo, tomó un taxi acompañada de una psicóloga de la Defensoría del Pueblo. Primero llegó a San Martín, al hogar donde estaba su hijo menor, de un año. Luego, a otro hogar en Capital donde estaba el mayor, de nueve. Habían pasado casi dos meses. Los había visto en visitas esporádicas, unas cuatro ocasiones, el mayor lloraba cada vez que veía a su mamá irse del hogar, se quebraba.

Los chicos no estaban ahí porque quisieran, o aparentemente, porque lo necesitaran. La decisión de separar a Miryan de sus chicos fue tomada por el Consejo de los Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes del Gobierno de la Ciudad. El mismo Consejo decidió que podía volver con ellos. “Evolución favorable”, apunta una funcionaria como motivo principal. El Consejo, a lo largo de esos dos meses, afirmó que disponer de la situación de los chicos estaba dentro de sus potestades.

Miryan, madre migrante, sola, oriunda de Carapeguá, Paraguay, a 85 kilómetros de Asunción, alquiló una pieza en la Villa 1-11-14, sufrió violencia de género y denunció a un hombre dos veces en 2016, con dos causas que recayeron en un mismo juzgado, la echaron de un taller de costura por estar embarazada. Así, quedó en la calle.

Llegó con sus dos hijos en el Hogar 26 de Julio para mujeres en la avenida Belgrano, barrio de Montserrat. El 4 de septiembre pasado, una ambulancia del SAME fue enviada al Hogar junto con un patrullero de la Policía porteña. Una denuncia que provenía del lugar aseguraba que Miriam estaba “fuera de sí”, en un estado de excitación psicomotriz. Según afirmaron policías al médico del SAME que la atendió, dos “abogados” habrían llegado para “quitarle a los chicos”, lo que le provocó una crisis.

Tiempo después, Miryan terminó internada en el Argerich, donde se le requirió una evaluación psiquiátrica. Sus dos hijos la acompañaron. La internación le generó una tensión considerable a los menores, particularmente al mayor, que asistía a la escuela y no pudo volver.

A los chicos finalmente se los quitaron. El martes 26 de septiembre por la madrugada, dos abogados del Consejo de los Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes del Gobierno de la Ciudad llegaron para llevarse a los menores, contaban con un oficio firmado por una abogada de la guardia jurídica permanente de la institución. Los hermanos serían alojados en hogares de tránsito, separados el uno del otro, algo que prohíbe la normativa vigente. Myrian fue sedada, luego se la llevaron.

A la mañana siguiente, una médica del hospital formuló una denuncia en la Defensoría del Pueblo. La médica aseguró que no había motivo para que le quiten a los chicos. Tampoco para que la internen a ella en el hospital Moyano de Barracas.

Miryan se escapó del psiquiátrico de mujeres, una institución de puertas abiertas. Guardó bajo la lengua la medicación que le daban, evitaba que se desintegren las pastillas. Cerca de la noche, Myrian tomó coraje y vio la puerta, aceleró el paso y corrió. "Y me subí a un taxi, me fui, a lo de mi cuñada, que guarda mi plata. Las pastillas que me daban las tiraba, lo que hacían era incorrecto”, dijo Miryan en aquel entonces: “Me estaba preparando para escaparme y buscar a mis hijos”.

Horas después, una psiquiatra de la institución denunció su fuga a la comisaría 4D de la Policía de la Ciudad, donde quedó asentado que Myrian había sido internada por un diagnóstico de “descompensación psicótica”. La psiquiatra también dejó constancia que Myrian es “sumamente violenta, razón por la cual debe ser medicada”.

Casi dos meses más tarde de esa fuga, el día después de que recuperó a sus hijos, Miryan habla con Infobae, que reveló y siguió de cerca su caso, que la entrevistó cuando pedía ayuda. No parece “sumamente violenta”. Todo lo contrario.

El aviso de búsqueda de Miryan luego de su salida del Moyano.
El aviso de búsqueda de Miryan luego de su salida del Moyano.

En un banco de Plaza Constitución, acompañada de sus hijos, Miryan asegura: “Hoy voy a ir a la escuela y al jardín, voy a ir al McDonald’s, a pasear. Pensé muchas veces en este día. Gracias a Dios y a todos los que me ayudaron a recuperarlos, para estar con mis dos chicos otra vez. Mi hijo más grande lloró: ‘Al final terminó la pesadilla’, me dijo cuando lo fui a buscar. Los fui a ver 4 veces. Mis hijos estaban bien. Los atendieron bien. Cuando se despedían de mí, mi hijo mayor se quebraba. ‘Mamá, yo quiero estar con vos y con mi hermano’." Miryan cree que su hijo sufre un considerable daño psicológico tras sus días en el hogar. Retomará un tratamiento psicológico en un CESAC del Gobierno porteño, apunta.

La Defensoría del Pueblo fue clave para que recuperara a sus chicos con apoyo jurídico de abogados, el CELS también se interesó por su situación e intervino en el caso. Las mujeres que la rodean a Miryan fueron otra clave: una amiga de la zona sur la alojó y la acompañó en todo este tiempo, comparte su casa con ella y sus hijos hasta que pueda encontrar un trabajo y un alquiler. “Yo necesito trabajar, quiero trabajar, de lo que sea, cualquier cosa”, dice, “estoy teniendo entrevistas de trabajo, estoy buscando un alquiler. Me van a dar el subsidio habitacional”.

Documento: uno de los papeles del Consejo que recibió Miryan mientras fue separada de su familia.
Documento: uno de los papeles del Consejo que recibió Miryan mientras fue separada de su familia.

Miryan ya tiene sus hijos, pero espera una respuesta. Quiere saber por qué el Consejo de los Derechos de los Niños la separó de su familia. “Me tiene que explicar por qué me sacaron a mis hijos, qué motivo había. Los días en el Argerich todavía los tengo en la cabeza, cuando me inyectaron y me arrebataron a mis chicos", dice. El CELS, por su parte, evalúa hacer una presentación sobre la situación según fuentes en el organismo. “Intervenciones injustas y violatorias de derechos”, definió la Defensoría del Pueblo en un comunicado reciente.

El miedo persiste, Miryam teme que lo que le ocurrió vuelva a pasarle otra vez, que el Estado le quite a sus hijos nuevamente. “Voy a recuperar el tiempo perdido”, afirma, en Plaza Constitución junto a sus chicos.

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