Con 43 años, Julio Veloso se había convertido en un contendiente para el poder narco barrial de la zona oeste del conurbano bonaerense. El fiscal Antonio Ferreras a cargo de la UFI Nº9 de Morón ordenó escuchas telefónicas a dos líneas que se extendieron durante 7 días con más de 40 horas de conversaciones, además de tareas a la Superintendencia de Investigaciones del Tráfico de Drogas Ilícitas de la Delegación Morón de la Policía Bonaerense.
Tenía un bunker en la zona del Barrio Nuevo en Libertad, partido de Merlo, así como una casa en La Matanza, su cuartel general. Sus soldados amenazaban a vecinos para que no hablen, según fuentes policiales, tenían hasta un chofer: sus dealers contaban con custodia armada. Sus lugartenientes tenían alias coloridos: “Chuky”, “El Ocho” y “Langosta”, que solían andar armados, los encargados de la comercialización. La concubina de Julio fue señalada como la presunta encargada de llevar y traer la droga. “El Oso”, otro hombre de la banda, era quien vigilaba los kioskos. La intervención al teléfono de Julio reveló presuntos aprietes en el barrio.
El lunes por la noche, la Bonaerense allanó cinco objetivos entre el Barrio Nuevo y Rafael Castillo. Había armas: una ametralladora FMK3 de calibre 9 mm, dos sus cargadores con 50 municiones, una escopeta 12/70, más de 400 balas y cartuchos además de dos chalecos antibalas. Uno tenía la inscripción de “Gendarmería Nacional”.
También había droga: medio kilo de pasta base en un ladrillo y más de cinco kilos de cocaína.
Julio fue detenido en Rafael Castillo, lo interceptaron mientras viajaba en un Renault Logan junto a dos hombres, ambos de nacionalidad argentina. Los bunkers de la banda cayeron uno tras otro. El primero tenía 300 envoltorios de polvo, lo controlaban dos jóvenes de 25 años en la zona de Barrio Nuevo. De vuelta en Rafael Castillo, la sede central reveló 4500 envoltorios y el medio kilo de pasta base más un handy, los chalecos antibala y una balanza.
Veloso no fue el único en caer esta semana.
En la Villa Loyola en San Martín, un grupo de policías de la Bonaerense se hizo pasar por médicos que circulaban en una ambulancia. Fueron detenidas 18 personas. Además, se secuestraron 24 kilos de marihuana y dos de cocaína. La investigación y los operativos fueron concretados por efectivos de la Delegación San Martín de la Superintendencia de Investigaciones de Tráfico de Drogas Ilícitas y Crimen Organizado, que contaron con el apoyo de personal de la Departamental, un caso a cargo de la UFI Nº16 de la jurisdicción. Los delincuentes tenían una curiosa leyenda en su bunker, anotada en un papel rayado y pegado en la pared: “Entrás acá y te morís”.
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