Las denunciantes de Cristian Aldana se reunieron a celebrar "por la Justicia": "Nos da asco hasta nombrarlo"

El músico fue condenado a 22 años por corrupción de menores. Las diez jóvenes que lo acusaron se juntaron en una radio de Colegiales

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(Fotos: Matías Arbotto)
(Fotos: Matías Arbotto)

"Nombrarlo ya nos da asco, es lo que él quiere, perpetuarse como dominador por su ego y narcisismo", dice una de las diez denunciantes del ex líder de la banda El Otro Yo, Cristian Aldana. Todas están de acuerdo. Aplauden, sonríen, se sienten liberadas, como quien cierra una etapa que no desean volver a atravesar.

Durante la noche del Día del Amigo, las diez jóvenes que acusaron y lograron que Aldana sea encontrado culpable por por el Tribunal Oral Criminal Nº 25, integrado por los jueces Rodolfo Bustos Lambert, Ana Dieta de Herrero y Rodolfo Goerner, tuvieron otro motivo para celebrar: no es la venganza contra un hombre que les hizo mucho daño, sino la liberación que sintieron al cerrar una etapa en la que pusieron cuerpo y alma para que sus desgarradores testimonios encontraran eco en organizaciones feministas y, sobre todo, en la Justicia.

El sábado por la noche, las diez mujeres que denunciaron a Aldana convocaron a la prensa en la radio La Bici, en Colegiales, un espacio cultural y social en el que la mirada feminista cumple un rol importante.

"Conferencia de prensa y festejo por cierre de juicio, ya no nos callamos más", decía el flyer de la convocatoria. La conferencia duró 20 minutos. "La idea no es hacer un show, sólo cerrar una etapa, debemos seguir con nuestras ocupaciones, sueños o estudios", dijeron desde el entorno de una de ellas.

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"Nosotres no nos callamos más. No queremos que nos llamen víctimas, somos denunciantes. Ni que demos una nota y su foto ocupe la página principal, ya mostraron bastante su cara, ahora muestren las nuestras. Tampoco queremos que nos entrevisten, como ya me pasó, y pongan de fondo una canción de El Otro Yo. Me están revictimizando y además dando regalías a él", dice Felicitas Marafioti. "Pasamos años sin saber que lo que había ocurrido había sido una serie de abusos", dijo Charlie Di Palma.

"Dejen de visibilizar al macho, eso es lo que le gusta a él", dijo una de ellas y hubo aplausos.

"En toda esta etapa aprendimos muchas cosas. La lucha colectiva apartidaria, contra una cultura machista. Muchos nos trataron de locas. Yo no quise aparecer en el video, pero escuchaba a muchas personas que decían: ellas fueron a la casa de él. Nos culpaban a nosotras. Y yo en su momento era adolescente y creía lo que había pasado era una hazaña de adolescencia, pero eso nos hacía creer él, que nos unía algo especial. Nos instalaba la idea, nos manipulaba y nos ultrajaba. Había una metodología", cuenta Guadalupe Carballeira.

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Jazmín, también denunciante de Aldana, está de acuerdo: "Una piensa: ¿es normal lo que pasó? Pero después comprobás que fue un abuso. Y tenés que escuchar: si no lloras es que no te pasó nada, una si se ríe no fue violada. ¿No podemos sanar y reír? Por un lado a él se lo presentaba como un músico, egocéntrico y narcisista, y nosotres como basuras ultrajadas. Como carne herida. Un abuso te marca para siempre, pero no queremos ser las abusadas por (…). Podemos sanar, reparar y que todo esto que pasó ayude a otras mujeres a denunciar y no ser tratadas como culpables. Yo creo que en un momento fui víctima, pero la mirada de cada una es subjetiva", cuenta Jazmín.

Para todas ellas fue como una manera de desahogarse, de dar un cierre a tanto dolor. "Es un final. Empieza otra etapa. Yo no quiero dar notas de esto. Ya está. No quiero recordar más lo que ocurrió. Nos da asco nombrarlo. El está en la caja donde tiene que estar y nosotras acá, libres. Aquí se encuentra la mujer que tomó mi denuncia. Yo hablaba y decía: ¿está bien lo que estoy haciendo? Porque se entra en esa confusión. ¿Tuve la culpa de algo? Pero a medida que iba contando con miedo, escucho que ella (la señala), decía: 'Qué hijo de puta'. Y eso me ayudó a liberar y contar más. Pasé del miedo a contar todo", cuenta Felicitas.

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A su lado está Ariell Carolina Luján, la primera en denunciar a Aldana, hace diez años. "Me trataron de loca, de mentirosa. Si esto lo construimos desde el dolor, desde la alegría podemos hacer mucho más por les chiques. La denuncia contra Miguel del Pópolo, de La ola que dijo chau, ayudó a que nuestros testimonios se visibilicen. El video lo grabamos sin puesta en escena, y no pensamos que iba a ser visto por más de un millón de personas".

En una de las marchas contra Aldana, el propio músico asistió vestido de monja, con una guitarra y cantando "el amor vence al odio". Justamente ese atuendo usaba, según las denunciantes, para las fiestas que organizaba y en las que, según considera la Justicia probado, abusaba y corrompía menores aprovechando su dominación y la admiración que generaba desde arriba del escenario.

Hoy, todo eso se acabó. Hubo aplausos, sonrisas, abrazos y lágrimas.
Cuando uno de los presentes preguntó a las jóvenes qué pensaban hacer estos 22 años, sonrieron y se miraron entre ellas. "Seguir sanando, y seguir con nuestras vidas", dijo una de ellas. Luego se abrazaron y brindaron pero en ausencia de la prensa. "No queremos hacer de esto un circo, ni de festejar desde el odio. Sólo celebramos que se hizo Justicia".

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