En febrero pasado un hecho consternó a la localidad bonaerense de Capilla del Señor. Los padres de Luna Desiree, de 5 años, llevaron tres veces a su hija al Hospital Municipal San José, donde los médicos les aseguraron: "No es nada grave". Poco después los mismos doctores confirmaban la muerte de la nena. Ahora una joven de 22 años, que dio a luz a un bebé sin vida tras una cesárea, denunció negligencia y maltratos de dos profesionales.
El martes 9 de abril, Débora Borge fue hasta el hospital San José a hacerse un monitoreo. La joven de 22 años llevaba 40 semanas de gestación. Según declaró, le dijeron que su bebé estaba perfecto. Ese mismo día por la tarde, acostada en su cama, creyó romper bolsa.
Débora, madre primeriza, volvió al hospital donde la recibió en la guardia la obstetra M.Z., que le aseguró que todo seguía estando bien con el embarazo, que no había roto bolsa o quizás solo la primera capa. Poco después apareció la ginecóloga S.S.. "Tenés miedo", recuerda que le dijo apenas la vio.
S.S. realizó un tacto y según declaró Borge ante la justicia el viernes 26 de abril: "Fue en forma bruta porque me hizo doler". Esa tarde le realizaron más monitoreos, siguieron los tactos, según sus palabras siempre bruscos y dolorosos. Escuchó que bajaban los latidos del corazón de su bebé y se lo dijo a las médicas. Le repitieron que todo estaba bien.
Existe una secuencia que la joven todavía repasa en su cabeza. Sintió que su bebé se movía para un costado, al mismo tiempo que S.S. sacaba rápidamente la mano. Su vagina despidió líquido y sangre. A la obstetra y a la ginecóloga les cambió el semblante, describió la joven. Sintió también que empezaban a tratarla mejor.
"Y bueno si no empuja", le dijo súbitamente S.S. a M.Z. y ambas abandonaron la habitación sin decirle nada. No volvieron. Quienes entraron fueron las enfermeras y los médicos del nuevo turno. Ella había ingresado cerca de las 15 y ya eran las 20. Su familia aguardaba afuera. Tenía miedo.
Los dos nuevos médicos, el doctor M.G. y la obstetra D.C. se encontraron con una escena que no era la que les habían descripto sus colegas en el cambio de guardia. "Una mujer en trabajo de parto y con fiebre", les dijeron. Realizaron un monitoreo y no encontraron los latidos del bebé. Repitieron el proceso con un nuevo aparato y el resultado fue el mismo. Algo andaba mal y desde hacía ya tiempo.
El médico le preguntó a Debora si sentía al bebé y ella respondió que no, por lo que ordenó que la llevaran de urgencia a cesárea. Siempre en base al relato de la denuncia pudo saberse que M.G. llamó a las dos médicas para que volvieran al hospital y les reprochó no haberle advertido sobre la gravedad de la situación. A las 21 se practicó la cesárea y S.S. -que había regresado- estuvo en el quirófano.
Lo primero que escuchó Débora fueron los gritos desgarradores de su pareja, Cristian Rodríguez, de 23 años, desde el pasillo. "Bueno, ya te habrás dado cuenta de lo que pasó", le dijo S.S.. Poco después M.G. le confirmó a Borge que el bebé había nacido muerto, que no habían podido hacer nada.
Para Débora y su pareja la muerte de su bebé pudo haberse evitado. Ella realizó una denuncia ante la Justicia y él hizo lo propio en sede policial. No es la primera vez que el hospital enfrenta acusaciones contra miembros de su staff médico.
En febrero pasado el caso de Luna Desiree, una nena de 5 años que murió luego de que sus papás la llevaran tres veces al hospital y distintos médicos les aseguraran que "no era nada grave", hizo que el hospital quedara en la mira.
Tal es el impacto que tuvieron las denuncias, en especial la de Luna Desiree, este martes el Consejo Deliberante local, por decisión unánime, citó al intendente municipal, Adrián Daniel Sánchez, para que dé explicaciones sobre los distintos casos e informe si se tomaron medidas para con los médicos involucrados.
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