Un chico de 13 años que subía el Aconcagua debió ser rescatado de urgencia

El joven, estadounidense, escalaba junto a su padre. Tuvo un edema cerebral a cinco mil metros de altura, pasó la noche con asistencia médica en la montaña y fue rescatado esta mañana en helicóptero

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La cima del Aconcagua está a 6,962 metros (aconcagua.com.ar)
La cima del Aconcagua está a 6,962 metros (aconcagua.com.ar)

Un chico de 13 años, oriundo de Estados Unidos, subía hacía la cumbre del cerro Aconcagua -de 6.962 metros- el lunes por la tarde cuando sufrió una descompensación a 5 mil metros de altura y debió ser rescatado.

El adolescente iba acompañando a su padre, Timothy Horvath (48), guía de montaña, a mil metros de la cima cuando sufrió un edema cerebral, producido por la falta de oxígeno y aclimatación. Allí, los médicos de la montaña más alta de América lograron estabilizarlo durante la noche y solicitaron auxilio del helicóptero de rescate para poder trasladarlo.

El chico comenzó a sufrir mareos, náuseas y una parálisis facial cerca de las 19 horas, los primeros síntomas del edema cerebral que lo afectaba por la falta de aclimatación a las alturas. El joven andinista debió ser asistido con oxígeno y medicado con Dexametasona (para disminuir la hinchazón del cerebro) durante toda la noche y ya está fuera de peligro.

Una ambulancia lo esperaba en la base para trasladarlo al hospital de Uspallata
Una ambulancia lo esperaba en la base para trasladarlo al hospital de Uspallata

Los miembros de la empresa con la que los Horvath realizaban la expedición junto a siete personas lo bajaron desde el lugar donde ocurrió la descompensación -Campo Tres de Guanacos, a unos 5.560 metros de altura- en una camilla y con oxígeno hasta Plaza Argentina -un campamento a 4.100 metros de altura- donde dos policías de la Patrulla de Rescate de Alta Montaña, un médico y un guardaparques se encontraron para brindarle asistencia primaria.

Cuando mejoró la visibilidad, cerca de las 7 de la mañana, un helicóptero lo trasladó a la base del cerro, donde una ambulancia del Servicio Coordinado de Emergencia lo esperaba para llevarlo al hospital de Uspallata.

Si bien los menores pueden participar de las expediciones que hagan sus padres en la cima más elevada en América a través de la autorización de un juez de familia, especialistas expresaron su preocupación por si tienen la capacidad física y psicológica necesaria para poder completar la aventura sin riesgos.

El edema cerebral que sufrió el menor es una de las consecuencias más graves del mal agudo de montaña (MAM). Se produce una inflamación en el cerebro que puede producir convulsiones, confusión, aturdimiento y daños permanentes al sistema nervioso. Si las neuronas continúan sin oxígeno o glucosa, se puede producir la pérdida de conciencia o la muerte.

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