El primer "Lolla" de Imanol

Pocas cosas provocan tanta alegría como el ritual de compartir conciertos con los hijos y participar de su emoción cuando llega el momento de ver a su artista favorito

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Ana Gerschenson, directora de Radio Nacional, con su marido, Fernando González y su hijo Imanol, de 10 años
Ana Gerschenson, directora de Radio Nacional, con su marido, Fernando González y su hijo Imanol, de 10 años

Estamos tirados en el pasto en este Woodstock moderno junto a mi hijo Imanol, de 10 años, a las diez de la noche de un viernes. Los chicos van y vienen, la música suena a todo volumen, y Camila Cabello baila y canta el tema del verano, ése que Imanol escucha intensamente todos los días mientras lee, juega, estudia, o pide poner en el auto. Todo el tiempo.

Hay pogo y gritos de entusiasmo delante del escenario, y seguramente mi otra hija Zoe (16) esté justo ahí con sus amigas, disfrutando de su evento del año, con el que viene soñando hace meses.

No tan lejos, atrás de todo, los papás y los más chicos pueden sentarse a disfrutar tranquilamente de la experiencia de compartir un mega recital juntos, con un perfume similar a los recitales de nuestra propia adolescencia, pero con un escenario ahora vuelto familiar.

Imanol se sabía todos los horarios del Lollapalloza. Varios de sus compañeros de clase ya le habían comentado que iban a ver A Chance The Rappers a tal hora, a Imagine Dragons a tal otra, o también a Camila.

No éramos los únicos. El Lolla se llenó de chiquitos y de mamás que sacaban sandwichitos, empanadas o bebidas de las mochilas, madres que llegaron preparadas porque -se sabe- las colas para comprar comida son larguísimas.

Manos bien agarradas cuando bajan las luces, y a bailar en familia el hit Havana oh na na. El momento es único, aún cuando se sepa que a sólo unos metros los Red Hot Chilli Peppers ya comenzaron a tocar.

Imanol fue a su primer Lolla. Y yo estuve ahí.