El castigo de la luz

Compartir
Compartir articulo
infobae

El titán Prometeo era hijo de Japeto y de la ninfa oceánica Clímene. Era astuto y poderoso, y no les temía a los dioses. De hecho, muchas veces los desafiaba y hasta los engañaba. Según se cuenta, su primer embuste tuvo como destinatario al padre de los dioses, Zeus. Al parecer, realizó la siguiente maniobra antes de ofrecer un buey en sacrificio: dividió al animal en dos partes; en una colocó la piel, la carne y las tripas, y en la otra –más voluminosa– ubicó los huesos cubiertos solo con grasa. Le dio a Zeus entonces la posibilidad de elegir qué animal prefería. El dios optó por la grasa, que lucía apetitosa, pero se encontró con que debajo solo había huesos. Desde ese momento los hombres comen la carne de los bueyes y queman los huesos para honrar a los dioses.

Algunas versiones del mito explican también que fue el propio Prometeo el que moldeó a los primeros hombres, mientras que otras aseguran que ya habían sido creados por Zeus. Como sea, se dice también que estos primeros hombres vagaban por la Tierra como fantasmas. "Desconocían el arte de excavar las piedras y trabajarlas, de cocer ladrillos con barro, con los troncos caídos del bosque tallar maderos, y con todas estas cosas construirse viviendas. Pululaban bajo el suelo, en cavernas donde jamás penetraba el sol, como inquietas hormigas. No conocían las señales seguras anunciadoras del invierno, de la primavera con sus flores, del verano con su riqueza de frutos. Cuanto hacían era sin plan ni concierto."

Interesado en estas criaturas, Prometeo decidió instruirlas. Les explicó el funcionamiento de los astros, y les enseñó a contar y a escribir, también a dominar a las bestias, a sembrar y a navegar. Les mostró cómo extraer metales y cómo usarlos para fabricar objetos.

Al poco tiempo, los dioses resolvieron convocar una suerte de asamblea para determinar las obligaciones y los deberes de los humanos. A la reunión acudieron mortales y divinidades. Prometeo, que estaba encariñado con las criaturas de la Tierra, acudió en su defensa. Quería evitar que los olímpicos sacaran ventaja de los hombres y les impusieran cargas excesivas o se aprovecharan de ellos.

Pero Zeus no tenía pensado perdonar tan fácilmente el engaño del buey ideado por Prometeo, de modo que decidió vengarse perjudicando a sus adoradas criaturas terrenales. Les negó terminantemente el último don que necesitaban para llegar a la civilización más completa: el fuego. Prometeo, que no soportó la idea de mantener a los mortales alejados de ese bien tan preciado, decidió robarlo. Mientras los dioses dormían, tomó un carnoso tallo de hinojo y lo prendió fuego en una llama del monte Olimpo. Y con esa tea bajó a la Tierra para premiar a sus queridos seres humanos. A las pocas horas ya ardían hogueras en diferentes lugares del planeta.

Al divisar los resplandores de las llamas, Zeus montó en cólera e ideó dos castigos. El primero, para los hombres: les envió a la engañosa Pandora. El otro, para el titán: le encomendó a Hefestos que lo llevara al Cáucaso y que lo sujetara con cadenas indestructibles sobre un peñasco al borde un precipicio insondable. Muy a su pesar, porque le tenía afecto al titán, Hefestos cumplió con la labor ordenada.

Para completar el sufrimiento, Zeus mandó un águila (otros dicen que un buitre) para que le comiera el hígado al condenado. Como el titán era inmortal, cada noche el hígado se regeneraba, y el ave regresaba al día siguiente para reanudar su dolora tarea.

Algunos dicen que el castigo de Prometeo encadenado fue eterno. Otros, en cambio, aseguran que duró treinta mil años, y que finalmente fue liberado por Hércules, que colocó en su lugar al centauro Quirón.

**

Prometeo es la típica divinidad díscola a la que gusta desafiar la autoridad de los dioses. Todas las mitologías del mundo están llenas de personajes así. En este caso no es un mortal el que instiga la cólera de los dioses, sino un titán que quiere elevar a sus criaturas. Se trata de una especie de dios secundario que ve con candor a esos seres humanos torpes que no saben todo, y pretende iluminarlos, otorgarles dones. Esto, como vemos, genera la ira de Zeus, la voz cantante del Olimpo. En cierto sentido, este mito es similar al de Ícaro y Dédalo: hay una cierta verdad a la que el hombre no debe acceder, y que solo está reservada a los dioses, que se ofuscan si son contrariados. En este caso se trata del fuego divino que traerá conocimiento y saber. El precio por acceder a estas revelaciones es alto. Para Prometeo: una dolorosa tortura. Para los humanos: los males del mundo que estaban ocultos en la caja de Pandora. De eso trata este mito, de la pena que supone acceder a la luz, al despertar.

Creo que nuestras vidas, las más virtuosas, son precisamente un camino hacia el despertar. Pero con una diferencia: somos nuestros propios Prometeos y también nuestros propios Zeus. Es decir: cada tanto percibimos que la luz puede ser nuestra, y nos la queremos otorgar, pero también cada tanto sentimos que esa luz es demasiado brillante, que no la merecemos, y nos boicoteamos, por ende nos castigamos. Porque como digo siempre: para despertar al tesoro de la verdad no hay más que mirar en nuestro interior. No hay verdades externas. Todo está en nosotros. Todo viene del ser. Cuando vemos a la divinidad que nos habita, somos como Prometeo, y nos premiamos con la luz. Y cuando olvidamos nuestra esencia real, cuando triunfan nuestros personajes, somos como Zeus enojados y nos volvemos a sumir en la oscuridad. La idea es que esos momentos de recuerdo sean más largos que los momentos de olvido. Que rápidamente podamos volver a la verdad de lo que somos.

Despierta del adormecimiento quien entiende la riqueza de su ser, quien acepta que no precisa nada de los demás, porque el propio corazón trae toda la información que hace falta para alcanzar la felicidad. Despierta aquel que acepta que no debe repetir las fórmulas o las creencias equivocadas que durante décadas han tratado de inculcarle los demás.

Despierta quien logra moldear su propio destino, y sobre todo quien deja de culpar al afuera por los errores, por las equivocaciones o los fracasos. Despierta el que se cae y lo intenta de nuevo, el que aprende de los errores y el que intenta tomar decisiones nuevas y creativas. Esa es nuestra luz, la luz de los dioses del Olimpo. Y no hay castigo. Si sabés entender, nunca más habrá el castigo de la oscuridad por haber llegado a esa luz tan brillante.

Si estás adormilado, vas a hacer del placer pasajero tu modo de obtener felicidad. Una felicidad ilusoria, que desaparece en cuanto aparece. Vas a vivir del: "Si me llaman seré feliz, si me invitan a salir seré feliz, si esa persona se fija en mí voy a sentirme feliz, si me compro el último modelo de auto seré feliz…". Buscar la felicidad a través de los sentidos sólo puede proporcionar placeres pasajeros.

La persona adormilada, que vive en un estado mental meramente enfocado en lo físico, sólo conoce el bienestar mediante la comida, la compra de cosas materiales, las salidas, las adicciones, etc. Vive cambiando de un deseo a otro y nunca nada le es suficiente para sentir un placer permanente. Una vez que obtiene lo que desea, quiere algo más. Lleva una vida muy superficial. No tiene profundidad, no tiene calidad. Vive en el mundo de ilusión inconsciente, creyendo que su felicidad depende de lo externo.

Estar despierto, en cambio, es tener la atención en el momento presente. Es ser conscientes de lo que está sucediendo instante a instante, sin contaminar el momento del ahora con experiencias del pasado o con las expectativas del futuro. Lograr conectar con el vacío interior es el gran desafío de la humanidad. Vivimos manteniendo un diálogo interno de palabras inconexas que nos mantienen en un adormecimiento peligroso. Nuestra voz interna habla continuamente; si te detenés por un instante y observás ese dialogo, el ruido mental se atenúa. En India dan el siguiente ejemplo: el océano en su superficie está agitado, ésa es la mente con su diálogo interno ininterrumpido. Sin embargo, el océano en su profundidad está en calma, al igual que cuando ponemos conciencia al momento presente y observamos lo que estamos pensando; esas palabras internas van disminuyendo hasta sumergirse en la profunda paz del ser.

La verdadera felicidad y el verdadero despertar surge cuando te reconectás con tu esencia divina, que es la que te da la fuerza de afrontar las situaciones más difíciles con la comprensión de que nada sucede por casualidad y que todo es un aprendizaje. Si comprendemos que somos mucho más que el cuerpo, que somos almas experimentando la vida como humanos, entonces veremos las situaciones fortuitas de otra manera.

Últimas Noticias

La oposición venezolana rechazó las nuevas inhabilitaciones impuestas por Maduro: “Hay que recuperar el Estado de derecho”

El candidato presidencial de la Plataforma Unitaria Democrática, Edmundo González Urrutia, expresó su solidaridad con los sancionados: el alcalde Elías Sayegh, los ex diputados Tomás Guanipa y Juan Carlos Caldera y los ex alcaldes Josy Fernández y Carlos Ocariz
La oposición venezolana rechazó las nuevas inhabilitaciones impuestas por Maduro: “Hay que recuperar el Estado de derecho”

112 fotos: la cena aniversario de la Fundación Libertad

El presidente Javier Milei participó del encuentro de la entidad que preside Gerardo Bongiovanni. Asistieron el primer mandatario de Uruguay, Luis Lacalle Pou; el ex presidente de España, José María Aznar, y el ex presidente, Mauricio Macri
112 fotos: la cena aniversario de la Fundación Libertad

El Gobierno oficializó el aumento de la Tarjeta Alimentar

Los montos actualizados se percibirán en el mes de mayo en un intento del Ejecutivo de recomponer el poder de compra de los sectores vulnerables
El Gobierno oficializó el aumento de la Tarjeta Alimentar

El presidente electo de Taiwán nombró a su equipo de seguridad nacional ante la escalada de amenazas por parte de China

El actual secretario general de la Presidencia y ex alcalde de la ciudad de Taichung, Lin Chia-lung, será el nuevo ministro de Asuntos Exteriores en sustitución de Joseph Wu, que pasará a encabezar el Consejo de Seguridad
El presidente electo de Taiwán nombró a su equipo de seguridad nacional ante la escalada de amenazas por parte de China

Empleadas domésticas: cuánto deben cobrar en cada categoría con el aumento del 11%

Ninguna empleada cobrará menos de $2.000 por hora por el trabajo realizado durante el mes de abril. El detalle según la función de cada trabajadora
Empleadas domésticas: cuánto deben cobrar en cada categoría con el aumento del 11%
MÁS NOTICIAS