Fin de la pesadilla: la familia argentina varada en Qatar recibió la ayuda del "salvador" menos pensado

La familia Agüero pudo conseguir los cuatro pasajes de regreso a Buenos Aires gracias al aporte de uno de los empresarios más ricos y famosos del fútbol mundial. La historia de un calvario con un final de ficción

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Era un calvario, la solución permanecía invisible y el panorama a futuro resultaba cada vez más preocupante. Hasta que la ayuda llegó desde el lugar menos imaginado. La familia argentina Agüero, cuya madre y tres hijas se encontraban varadas en Qatar debido a un conflicto diplomático internacional, pudo destrabar su situación gracias a la ayuda… del millonario presidente del club Paris Saint Germain (PSG).

Hace poco más de una semana, Gabriel Agüero, un chef argentino radicado en Qatar, había hecho un pedido desesperado a Infobae: su esposa Valeria y sus tres hijas, Bernardita, Renata y Emilia, no podían regresar a Buenos Aires. Sus pasajes de avión habían sido dados de baja a raíz del conflicto con los países del Golfo Pérsico.

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Así, el cocinero precisaba unos USD 6.000 (unos $105 mil) para poder comprar cuatro nuevos pasajes y que su familia abandonara el país antes de que se acabara el período de la visa. Sin embargo, el dinero no estaba y tenían tiempo solo hasta septiembre para resolver el conflicto. De otra manera, Agüero corría serios riesgos de ir preso.

El caso explotó en la Argentina. Así, personas de todos los rincones del país se mostraron curiosos o intentaron ayudar a su manera a la familia Agüero para poder finalizar la pesadilla.

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Una de ellas fue Marcelo Simonian, el hijo de un empresario homónimo, que es el dueño de la compañía Dodici Corporation y representa, entre otros jugadores, a una de las estrellas del PSG, el cordobés Javier Pastore.

"En la misma noche que salió publicada mi historia, me llamó un chico que se llamaba Marcelo Simonian. Me dijo 'yo sé que te puede parecer raro este llamado, pero mi padre suele trabajar con qataríes y ahora está con algunos de ellos en Francia. Él te va a ayudar", relató Agüero a Infobae.

Así, el joven puso en contacto al chef con el empresario, quienes se relacionaron exclusivamente por mail. "Yo no tenía idea de quién era este hombre ni de cómo iba a ayudarme. Yo lo único que quería era que me pudieran hacer algún tipo de descuento para pagar los pasajes. A mí nunca me gustó que me regalaran nada, yo me hice de abajo y para poder juntar la plata de esos pasajes iniciales tuve que pasar casi un mes comiendo y durmiendo en el restaurante", aseguró.

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El contacto se hizo efectivo, pero empezó a haber 'desencuentros' entre la extrema humildad del necesitado y la abundancia de la oferta del empresario: "Me preguntó '¿Qué necesitás?', a lo que respondí 'necesitaría ayuda para poder costearme los pasajes'. Y me sacudió "¡No, nene! ¿Qué necesitás?", comentó Agüero con humor.

El empresario Simonian le aseguró que él se encargaría de resolver el asunto y a la mañana siguiente envió un mail escueto de una única palabra: "¡Solucionado!".

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Pasaron tres días y nadie lo volvió a llamar. El propio Simonian le dijo a Agüero que lo llamarían el viernes 4, pero ningún qatarí lo hizo. En su momento, el chef no lo sabía, pero nadie lo llamó porque era el mismo día de la presentación oficial de Neymar en el club parisino.

Durante el fin de semana, Agüero recibió un llamado desde un teléfono de Qatar y allí se hizo la luz: "Hola, Gabriel, mi nombre es Ahmar, lo llamo de parte de Nasser Al Khelaifi y nosotros nos vamos a hacer cargo de los pasajes de su familia. El señor Nasser me dijo explícitamente que resuelva el problema de los pasajes, así que ¿cuándo quiere viajar?".

La emoción al leer esas palabras en su pequeña laptop de una oficina del hotel Zubarah fue evidente. Agüero rememoró cada día de esos dos meses de sufrimiento en los que no había una salida posible.

"Cuando me enteré de que se trataba del presidente del PSG no lo podía creer. Me sentía algo así como la Cenicienta. Parecía un cuento de ficción lo que había pasado. Incluso pensé que nadie me creería cuando lo contara a mis amigos", le dijo Agüero a Infobae.

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El problema fue solucionado por el propio presidente de uno de los clubes más ricos de la actualidad. Así, el miércoles por la mañana, Valeria junto a sus tres hijas emprendieron su vuelo directo a Buenos Aires y arribaron el mismo día por la noche.

Atrás quedaron el calvario y las pesadillas. Ya era tiempo de ponerse a retomar la actividad en el local de ropa femenina y de ayudar a las tres niñas a reinsertarse en sus escuelas.

Así se terminó la fábula. Desde aquel 5 de junio en el que se les comunicó la baja de sus pasajes hasta el 9 de agosto, cuando la mayor parte de la familia Agüero volvió a pisar el suelo natal. Y todo gracias al mismo hombre que horas atrás había protagonizado uno de los sucesos comerciales más importantes en la historia del fútbol.

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