La evidencia genética sugiere fuertemente que al menos un miembro de una pareja casada que volaba desde Estados Unidos a Hong Kong infectó a dos asistentes de vuelo durante el viaje, advierte una investigación publicada en la revista científica Nature. Las cuatro personas con infección por coronavirus del síndrome respiratorio agudo severo habían viajado en el mismo vuelo desde Boston, Massachusetts, Estados Unidos, a Hong Kong, China. Los investigadores descubrieron que sus secuencias genéticas de virus eran idénticas, únicas y pertenecían a un clado no identificado previamente en Hong Kong, lo que sugirió fuertemente que el virus se puede transmitir durante los viajes aéreos.
Investigadores dirigidos por Leo Poon en la Universidad de Hong Kong y Deborah Watson-Jones en la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres estudiaron a cuatro personas en el vuelo de principios de marzo. Dos eran marido y mujer que viajaban en clase ejecutiva. Los otros eran miembros de la tripulación: uno en clase ejecutiva y otro cuya asignación de cabina se desconoce. Los pasajeros habían viajado a Canadá y Estados Unidos antes del vuelo y dieron positivo por el nuevo coronavirus poco después de llegar a Hong Kong. Los auxiliares de vuelo dieron positivo poco después.
El equipo descubrió que los genomas virales de los cuatro eran idénticos y que su virus era un pariente genético cercano de algunas muestras de SARS-CoV-2 de América del Norte, pero no del SARS-CoV-2 prevalente en Hong Kong. Esto sugiere que uno o ambos pasajeros transmitieron el virus a los miembros de la tripulación durante el vuelo, dicen los autores. Y añaden que ningún informe previo de propagación en vuelo ha sido respaldado por evidencia genética.
“Dadas las historias de casos y los resultados de la secuenciación, la secuencia de eventos más probable es que uno o ambos pasajeros contrajeron SARS-CoV-2 en América del Norte y transmitieron el virus a los asistentes de vuelo durante el vuelo. El único lugar donde las 4 personas estuvieron muy cerca durante un período prolongado fue dentro del avión. Los pasajeros y la tripulación de cabina no suelen pasar por el mismo proceso de facturación en los aeropuertos antes de embarcar", aseguraron los investigadores.
Y agregaron: “Aunque no podemos descartar por completo la posibilidad de que los asistentes de vuelo estuvieran infectados antes del abordaje, la secuencia de virus única y la identidad del 100% en todo el genoma del virus de los 4 pacientes hacen que este escenario sea muy poco probable”.
Los informes anteriores de probables transmisiones en vuelo de SARS-CoV-2 carecen de evidencia genética. Durante enero-marzo de 2020, la Asociación de Transporte Aéreo Internacional recibió 3 informes de presunta transmisión en vuelo. El rastreo de contactos de 2 pasajeros que volaron desde China a Canadá no ha arrojado indicios de infecciones secundarias del vuelo. No obstante, los resultados de la prueba del SARS-CoV-2 han sido positivos para cientos de asistentes de vuelo y pilotos; al menos 2 han muerto.
“Nuestros resultados demuestran que el SARS-CoV-2 se puede transmitir en aviones. Para prevenir la transmisión del virus durante el viaje, deben continuar las medidas de control de infecciones”, concluyeron los principales autores de la investigación.
Volar en avión: no tan seguro como la industria de las aerolíneas nos harían creer, pero mucho más seguro de lo que pensamos
Según los expertos, el riesgo de contraer el coronavirus en un avión es relativamente bajo si la aerolínea sigue los procedimientos establecidos por los expertos en salud pública: garantizar el cumplimiento de requisitos esenciales de seguridad como el uso de máscaras faciales, espaciar los asientos disponibles y examinar a los pasajeros enfermos. Sin embargo, según los hallazgos develados por una investigación, el contacto con superficies contaminadas o personas infectadas al abordar, mover o desembarcar de la aeronave puede desempeñar un papel fundamental en la transmisión de infecciones durante el vuelo.
Un caso de un brote misterioso en un avión fue estudiado por científicos en Corea del Sur. En esta oportunidad se trataba de un vuelo entre Italia y Corea del Sur en marzo en donde seis de los 299 pasajeros dieron positivo por coronavirus al llegar al país asiático. Lo atípico no es ese caso sino el de una mujer de 28 años quien 8 días después del aterrizaje y de cumplir la cuarentena obligatoria, presentó síntomas y dio positivo a COVID-19. Su contagio no fue por vía respiratoria sino por mala higiene de manos, indica el estudio.
Si bien los especialistas ya no piensan que tocar objetos y luego tocarse los ojos, la nariz y la boca con las manos sucias es la principal fuente de transmisión de COVID-19, el informe sobre la transmisión durante el vuelo sugiere que una persona asintomática puede propagar la enfermedad a través de las superficies de una aeronave.
En este contexto, el doctor Elmer Huerta, prestigioso oncólogo peruano, médico y comunicador radicado en Estados Unidos, explicó en un podcast especial de la CNN, Coronavirus: Hechos vs. Ficción: “El gran misterio fue saber cómo se contagió esta mujer quien había estado encerrada en su departamento en Italia durante tres semanas antes del viaje. Tampoco había tomado transporte público para ir al aeropuerto de Milán y usó una mascarilla N95 durante las once horas de vuelo, excepto -como ella lo confesó- cuando fue al baño”.
Y añadió: “La respuesta la dio el análisis de los datos referentes al viaje. Uno de los seis pasajeros que fue positivo y asintomático estuvo sentado tres hileras delante de la mujer y se supo que usaron el mismo baño. Es muy posible -dicen los investigadores- que el contagio no haya sido por vía respiratoria porque hay una alta eficacia en los filtros de aire de los aviones. Si no que muy probablemente el paciente infectado asintomático dejó el virus en alguna superficie del baño que la mujer tocó”.
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