Muchos científicos, poca ciencia

Pablo Kreimer, docente, sociólogo y doctor en Ciencia, Tecnología y Sociedad, visitó InfobaeTV para hablar de las condiciones en que los científicos argentinos realizan sus investigaciones

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Del mismo modo que se invirtió más dinero en educación, comparado con el producto bruto de otros años, y fue tan ineficaz, me imagino que eso tiene que haber tenido un correlato en la ciencia. ¿Puede decirse que ese esfuerzo se vio reflejado en la producción científica?

Yo diría que el balance es agridulce. Por un lado uno no puede más que ponerse contento cuando la ciencia ocupa un lugar más o menos relevante en el discurso público y si eso viene acompañado con mejores recursos, eso en principio es algo bueno. Después hay que abrir el paquete y ver en qué se gastó toda esa plata. Efectivamente el aumento fue significativo, desde el 2003 al 2013 se gastaba un 0,3% del PBI y se gasta actualmente un 0,6 por ciento. También en el 2007 se creó el Ministerio de Ciencia y Tecnología, lo cual sube el rango institucional de las políticas científicas. Todo eso es muy positivo. Pero después uno está obligado a observar los resultados y los resultados son un poco decepcionantes. Es muy difícil evaluar el desempeño de un sistema de Ciencia y Tecnología, hay que tomar muchos indicadores pero internacionalmente se usa la producción de artículos científicos como uno de los indicadores. Para el último período Brasil produjo, cada 100 investigadores, 26 artículos científicos, chile produjo 54, Colombia 27, México 30 y Argentina 18. Uno tiene que preguntarse por qué. Las respuestas son varias, lo primero es que las condiciones no son buenas, a pesar de todo este aumento de recursos. El promedio de subsidios estuvo entre 10 y 15 mil dólares por año que iba sólo para la élite científica.

¿Qué es lo que tiene que solventar el investigador?

Tiene que ir a un congreso internacional porque tiene que enterarse de lo que pasa en el mundo, presentar sus trabajos para que los otros los discutan, tiene que comprar equipamiento , tiene que comprar materiales consumibles, todo eso cuesta muchísimo dinero, con u$15.000 no se compra nada.

Otro dato es que los salarios siguen siendo muy bajos. Un investigador de la más alta categoría en la Argentina llega a u$2.500 cuando a nivel internacional es por lo menos el doble.

Y el último elemento es que no hay una política en la formación de los jóvenes investigadores. Ahí tenemos una crisis importante en las universidades porque el grueso de las universidades no están financiados como las elites del CONICET o como algunos grupos, la mayor parte de los grupos universitarios tienen 10 o 15 mil pesos por año para trabajar en investigación.

Yo vi una discusión que tuvo con quién fue la presidente del Conicet y lo que me llamó la atención es que, más allá de las diferencias que puede haber en cómo uno entiende la ciencia, había discusiones mucho más elementales y absurdas, tales como cuánta plata ganaba alguien y uno decía que el dólar lo tomaba a tanto, etc… ¿Cómo se puede restablecer un lenguaje común entre filósofos, psicólogos y demás, que pareciera ser que en la misma realidad ven cosas tan distintas?

Dicho así parece un poco exagerado pero hay un núcleo que es cierto. Nosotros podemos discutir la interpretación de los datos pero tendríamos que ponernos de acuerdo que esos datos representan a la realidad. Cuando yo decía los datos de los científicos, tengo la impresión de que la cantidad durante el gobierno anterior aumentó, hoy las estadísticas hablan de 75.000 investigadores. Yo tengo la impresión de que no está bien medido, de que no hay esa cantidad en la Argentina. Si aceptamos esa cifra, tenemos que decir que son muy poco productivos, ahora, si decimos.. no, son más productivos no producen sólo 18 artículos por año cada 100 investigadores, en realidad están produciendo 25, 30, entonces tengo que aceptar que tenemos menos investigadores y ahí estamos de nuevo en lo mismo, tenemos que construir datos en los que estemos de acuerdo. No podemos seguir discutiendo sobre la construcción del a información, tenemos que discutir sobre la interpretación y ahí podemos disentir.

La calidad de la formación en las universidades ha bajado muchísimo. Usted decíaa antes que USD 15.000 para un grupo de investigación era muy poco. Entonces si en lugar de tener 15 para 200 grupos, tuviéramos 50 grupos con USD 40.000, la ciencia podría ser más productiva.

Dos respuestas. Sobre las universidades, a mí hay un tema que me preocupa mucho que es una particularidad de las universidades públicas argentinas (y algunas privadas son todavía peores) que es la persistencia de la dedicación simple o parcial. Estas dedicaciones simples o parciales no hacen que un profesor viva de la profesión de investigador, por lo tanto no está full time en la universidad, no puede tener tiempo para discutir con los estudiantes. Ese es un aspecto, el otro aspecto es la falta de planificación ¿cuál es el modelo de formación universitaria de largo plazo que tiene la Argentina? ¿qué tipo de carreras de priorizan? ¿qué hacer con los chicos que vienen del secundario con una formación que no les permite hacer una carrera universitaria? Ahí es donde se forman los nuevos investigadores que es una cuestión muy problemática.

La segunda respuesta tiene que ser doble. Tiene que haber lo que se llama un funcionamiento básico para que todos los grupos de investigación puedan funcionar, con $10.000 por año que tienen grupos universitarios, pagan el café y hasta por ahí nomás.

En la ciencia como en toda otra actividad social, hay clases altas, medias y bajas, pero todos tienen derecho a existir, entonces pueden llegar a desarrollar distintos tipos de conocimientos. Ahora uno después puede decir "tengo unos temas que son altamente prioritarios para la sociedad" y a esos financiarlos más.

¿Esto que usted mencioná ahora no se veía antes? Porque cuando uno escucha a ciertos científicos parece como si hasta diciembre hubieran estado en el apogeo científico… ¿qué pasó con ellos?

No lo sé, lo que podría decirte yo es que ni antes estábamos en el mejor de los mundos ni ahora estamos en el peor, y viceversa. Yo creo que hay problemas, hay factores importantes a tener en cuenta, hay buenos investigadores en la Argentina, hay buenos laboratorios, vale la pena seguir apoyando. Hay cosas que se hicieron mal, hay que revisarlas y repensar básicamente la política y pensar en un horizonte de mediano a largo plazo articulado a otras cuestiones.