En el marco de la emergencia sanitaria por la pandemia, en la Ciudad de Buenos Aires ya se recuperaron más de 100 mil vecinos contagiados de coronavirus, que representan el 80% del total de los casos registrados. En las últimas tres semanas, alrededor de mil personas por día superaron la enfermedad.
Los recuperados incluyen a todos los porteños que fueron confirmados con COVID-19 y luego se realizaron un nuevo test con resultado negativo; a los que estuvieron internados en un centro de salud o alojados en una institución extrahospitalaria y ya recibieron el alta institucional; y a aquellos que transitaron la enfermedad con un cuadro leve en su domicilio y ya transcurrieron más de 10 días desde la toma de muestra.
Un elemento clave para la evolución favorable de los vecinos es que puedan recibir una atención médica adaptada a sus necesidades particulares. Con ese objetivo, el Ministerio de Salud reforzó el sistema sanitario para garantizar una atención pública de calidad aún en el momento más difícil de la pandemia. En esa línea, se sumaron nuevas camas de internación; más profesionales y técnicos de la salud; se incorporó nuevo equipamiento; y se adaptaron los hospitales con áreas correctamente delimitadas para la atención de pacientes con coronavirus.
La estrategia de testeo inteligente que lleva adelante la Ciudad se basa en tres pilares centrales: el rastreo territorial de casos, la identificación temprana y el resguardo oportuno.
La detección precoz permite cortar la cadena de contagios al tiempo que se brinda atención sanitaria a aquellos que lo necesiten. Para lograrlo, el Operativo DetectAR lleva adelante la búsqueda activa, se crearon 22 Unidades Febriles de Urgencia (UFU’s) de atención espontánea, y se realizan testeos rápidos y sistemáticos a los trabajadores esenciales (personal de salud, fuerzas de seguridad, agentes de tránsito, etc).
Toda persona que considere que estuvo en contacto reciente con un caso positivo, puede dirigirse al dispositivo más próximo a su hogar para ser testeado preventivamente. Hay dos caminos posibles, si presenta síntomas compatibles con el virus, debe acercarse de manera inmediata a una Unidad Febril de Urgencia (UFU) para ser hisopado. En caso contrario, luego de una semana, es importante que vaya a un Operativo DetectAR para realizarse el PCR con muestra de saliva.
En paralelo, hay diez hospitales porteños que llevan adelante un protocolo de investigación para estudiar la eficiencia del uso del plasma de convalecientes en personas con cuadros graves; se crearon Salas de Rehabilitación post COVID para aquellos pacientes que estuvieron internados en terapia intensiva, que hoy funcionan en cuatro hospitales; y la Unidad de Soporte Ventilatorio no Invasivo para el tratamiento de personas con insuficiencia respiratoria, que se encuentra en el Hospital Fernandez.
Tres historias de vecinos que superaron el COVID-19
- El orgullo de ser personal de salud en medio de una pandemia
Raúl López Godoy tiene 33 años y está en el último año de la residencia para médico clínico en el Hospital Penna. Trabaja en la coordinación de las Unidades Febriles de Urgencias y en la guardia externa del hospital. Hace dos meses se contagió de COVID-19 y cumplió el resguardo en su casa, un momento que describe como “complicado por estar solo”. Sus compañeros de la residencia fueron quienes se ocuparon de asistirlo para que él pueda permanecer en su domicilio.
Recuerda que en el momento en que le comunicaron que había dado positivo sintió miedo y angustia. Raúl es una persona joven y no tiene enfermedades preexistentes pero explica que “nunca se sabe cómo puede reaccionar el virus en el cuerpo de una persona”. A medida que los días pasaban y su situación se mantenía estable se dio cuenta que en su caso “iba a ser una simple gripe”.
“Me siento orgulloso de ser personal de salud, ahora en la pandemia y desde que me dieron el título de médico”, afirma y espera que la pandemia deje aprendizajes para el personal de salud y toda la sociedad, en el cuidado y la solidaridad con los otros.
- Un emotivo agradecimiento a la “guardia pretoriana”
Manuel Mosqueira es uno de los pacientes que estuvo en la Sala de Recuperación Intensiva Post COVID-19 del Hospital Fernández. Su cuadro respiratorio tuvo una evolución desfavorable a los dos días de estar en una sala de internación general para pacientes moderados y debió ser trasladado a la Unidad de Terapia Intensiva (UTI). Permaneció allí una semana y media con necesidad de oxígeno por una deficiencia respiratoria aguda causada por la infección por coronavirus.
Luego, pasó un mes en la sala donde recibió la atención permanente de un equipo médico interdisciplinario conformado por kinesiólogos, clínicos, psicólogos, nutricionistas y fonoaudiólogos. Estos especialistas trabajan con el objetivo de rehabilitar a los pacientes que, luego de una internación en terapia intensiva, presentan secuelas motoras y cognitivas. Realizan un seguimiento integral de cada paciente de forma personalizada, logrando que su período de recuperación sea mucho más corto que el habitual.
Manuel destaca, sobre todas las cosas, el valor humano y el trato del equipo de salud para con él y con todas las demás personas que están recuperándose en la misma sala. Los describe a todos como “un ejército de Dios”.
- Celia, una referente del Barrio 31 que se enfrentó al COVID-19
Celia Cardozo vive en el Barrio 31, donde fue la tercera contagiada de COVID-19. Tiene 46 años y vive junto a su pareja e hijo de 11 años. Dedica sus días a trabajar en la cooperativa “Jesús Obrero”, donde realizan actividades sociales para ayudar a los vecinos del barrio.
Celia empezó con síntomas el 20 de abril y decidió acercarse al Hospital Fernández, donde la internaron durante un mes. Agradece la ayuda y atención que recibió por parte de los médicos y a los voluntarios del Gobierno de la Ciudad, quienes estuvieron atentos a su recuperación durante los días que transcurría su enfermedad. Para Celia lo más importante para recuperarse es tener “fuerza y fe”, nunca tuvo miedo y siempre recibió el apoyo de sus seres queridos
Cuatro pilares clave en el abordaje de la pandemia
Refuerzo del sistema de salud público
Desde el comienzo de la pandemia el Ministerio de Salud trabajó en el refuerzo del sistema sanitario para poder brindar una atención pública de calidad; y en estrategias de detección temprana de casos para así evitar la propagación del virus.
Se incorporaron 1.950 camas en hospitales especialmente destinadas a pacientes con coronavirus: 450 de terapia intensiva y 1.500 de internación general; y hay 5.000 más para pacientes leves que no requieran de cuidados especiales entre hoteles y el Centro de Resguardo Costa Salguero.
En cuanto a los recursos humanos, se sumaron más de 4.600 personas al sistema hospitalario: 1200 médicos; 2300 enfermeros; 290 kinesiólogos; 122 bioquímicos; y 750 entre técnicos especialistas de la salud, personal de administración y servicios generales. Por otro lado, para el seguimiento epidemiológico de los ‘contactos estrechos’, los dispositivos en los barrios, los testeos rápidos y sistemáticos al personal de la Ciudad, y los hoteles especialmente preparados para recibir pacientes leves, se incorporaron 1300 personas entre médicos, enfermeros, profesionales de la salud y técnicos especialistas.
A su vez se crearon 22 Unidades Febriles de Urgencia en hospitales de la Ciudad, se trata de espacios anexos a la guardia para atender a los pacientes con fiebre y síntomas sospechosos de COVID-19 de forma segura.
Tratamiento con plasma
Actualmente, diez hospitales del sistema público de salud de la Ciudad llevan adelante un protocolo de investigación sobre la eficiencia del uso del plasma (la parte líquida de la sangre) de personas recuperadas para el tratamiento de pacientes que están atravesando con dificultad la enfermedad. Se trata de los hospitales Durand, Álvarez, Argerich, Fernández, Muñiz, Pirovano, Tornú, Santojanni, Ramos Mejía y Penna. En total, 2.138 voluntarios realizaron la entrevista para donar plasma, de los cuales 754 cumplían con los requisitos y ya lo hicieron, y 775 pacientes lo recibieron.
Salas de Rehabilitación post COVID
Con el objetivo de contar con espacios para el tratamiento de pacientes que estuvieron internados en la Unidad de Terapia Intensiva (UTI) a causa de un cuadro de coronavirus grave, se crearon las Salas de Rehabilitación Intensiva Post COVID-19. Actualmente se encuentran funcionando en el Hospital Argerich, el Hospital Fernández, el Hospital Álvarez y el Hospital Pirovano, con un total de 40 camas disponibles para este fin. Una vez que el paciente recibe el alta hospitalaria se propone continuar su seguimiento clínico y terapéutico adaptado a sus necesidades, en el CESAC o CEMAR de cercanía a su domicilio.
Unidad de soporte ventilatorio
En el Hospital Fernández se creó la Unidad de Soporte Ventilatorio no Invasivo para el tratamiento de pacientes con insuficiencia respiratoria. La iniciativa es implementada en Argentina por primera vez y permite brindarles a los pacientes un mejor intercambio de oxígeno y proteger al pulmón del daño que puede producir la respiración agitada debido a la enfermedad.
Estas terapias de presión respiratoria positiva sirven para todos aquellos pacientes que requieran asistencia respiratoria debido a patologías preexistentes como obesidad, EPOC o insuficiencia cardiaca. Se pudo demostrar a partir del tratamiento que los pacientes lograban recuperarse más rápidamente de la enfermedad con un promedio de internación de siete días y evitando un peor cuadro de la enfermedad. El 80% de quienes fueron atendidos en la Unidad obtuvo el alta médica.
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