Diez pasos para combatir el consumo de drogas por expertos argentinos

El problema de las adicciones es una cuestión de salud en el que se debe integrar a los diferentes actores de la comunidad. Luego de la tragedia de Time Warp, en la que cinco jóvenes fallecieron por el policonsumo de drogas de diseño, diferentes referentes del mundo científico, médico y social se reunieron en la Ciudad de Buenos Aires para determinar cuáles son las claves para erradicar el flagelo de las adicciones.

Para los especialistas "el consumo se entiende como una interacción constante entre tres elementos: un contexto social, una persona con disposición y una o más sustancias".

"El uso de sustancias debe comprenderse como una cuestión global que puede afectar la salud e integridad física, como así también el desarrollo de toda la sociedad. El problema de las sustancias afecta a toda la población, aunque las particularidades de los consumos varían en función de los contextos socioeconómicos y culturales", aseguran en el informe desarrollado tras las reuniones.

De los encuentros participaron el jefe de Toxicología del Hospital Fernández, Carlos Damín; la jefa de Internación del mismo centro de salud, Silvia Cortese; la médica psiquiatra especialista en adicciones Geraldine Peronace; la investigadora especialista en Bienestar Psicológico y Salud, Solange Espíndola; el rector de la Universidad de Buenos Aires, Alberto Barbieri y el coordinador de Sacerdotes Villeros, Gustavo Carrara, además de funcionarios públicos y personalidades de la cultura y el arte.

Las 10 claves para abordar la problemática

Abordaje: la perspectiva debe ser comprensiva e interdisciplinaria, ya que debe tener en cuenta las coyunturas cambiantes y las necesidades de cada población. Las intervenciones que se diseñen deben considerar el estilo de vida del individuo y el contexto familiar, para ello es fundamental estudiar los factores que motivan a los jóvenes a consumir sustancias.

Participación: la sociedad civil debe ser incluida en los debates sobre previsión del consumo y promoción de la salud. Se debería crear un plan que incluya todos los temas que comprenden al consumo. Prevención, información y tratamiento dirigido a desincentivar el uso de sustancias –con especial foco en el alcohol y en el tabaco–.

Además, resaltaron la importancia de generar información sobre los efectos del consumo y, a su vez, generar alternativas, mostrando otros modos de distracción, diversión posibles e incentivar hábitos saludables. También se debería facilitar el acceso a tratamientos de abusos de sustancias.

Ciencia: se debería promover el desarrollo de investigaciones y relevamientos exhaustivos y continuos del consumo de sustancias, teniendo en cuenta la edad, el sector social, la ubicación geográfica y el nivel de estudios, entre otros factores.

Foco: los especialistas resaltaron que se debería priorizar las intervenciones orientadas a la prevención del consumo de sustancias. Un Programa Integral de Prevención debe abarcar tres niveles: universal, selectiva e indicada. La prevención universal debe generar acciones que lleguen a toda la población a través de un marketing social preventivo, de acuerdo a las líneas evolutivas críticas y a los barrios y sectores sociales más vulnerables. Por su parte, la selectiva trabajará sobre los grupos epidemiológicos de riesgo y que ya han tomado contacto con las sustancias. La indicada debe estar dirigida a personas con consumo y con rasgos asociados: violencia, síntomas psiquiátricos, conflictos legales, entre otros.

Abarcativa: las campañas deben estar orientadas a todas las edades, como estratos sociales.Esto se debe a que los jóvenes y los niños tienden a imitar las actitudes y los comportamientos de los mayores. El modelo debe apuntar a fortalecer las aptitudes personales, mejorar la autopercepción, y lograr que los jóvenes comiencen a diseñar metas
de estudio, de deporte y artísticas, entre otras.

Articulación: el trabajo en conjunto entre ministerios y secretarías, para maximizar los esfuerzos para el cumplimiento de las leyes vigentes, como a la vez evaluar las similitudes y diferencias entre las leyes nacionales y de la ciudad sobre la temática, buscando complementariedades sinérgicas entre ellas.

Acceso: para que las políticas tengan éxito se debe contemplar la manera más rápida de reducir los riesgos y daños ocasionados por las sustancias. En ese sentido, los servicios destinados a tratar la dependencia deben estar a disposición y ser de fácil acceso. Esto debe incluir a las personas que viven en situación de calle.

Desincentivar: las publicidades que invitan a consumir alcohol, tabaco y medicamentos deberían prohibirse. "El marketing vigente propone medidas que promueven el uso de estas sustancias a partir de la banalización del consumo e incentivación al uso exploratorio
y/o 'recreativo'. Esto produce una baja en la percepción del riesgo para la salud de las personas y deteriora la salud pública", explican desde el informe.

Difusión: las instituciones públicas que brindan servicios de atención en sus diferentes modalidades deberían tener espacios para poder promover su trabajo hacia la comunidad.

Capacitación: Otro de los agentes sociales que deben participar son las instituciones de seguridad. Pero para eso deben profundizar sus conocimientos con respecto al trato de los usuarios y el resguardo de su seguridad hasta la intervención del equipo de salud.