El sindicalismo está en pleno proceso de realineamientos. Ningún dirigente habla hoy con Alberto Fernández para darle cauce a sus reclamos y, en cambio, las expectativas gremiales se concentran en los otros dos líderes del Frente de Todos, Cristina Kirchner y Sergio Massa. Por algo el triunvirato que conduce la Confederación General del Trabajo (CGT) se reunirá con el nuevo ministro de Economía apenas asuma el cargo y este lunes hubo un sugestivo encuentro de la Vicepresidenta con Pablo Moyano (Camioneros) y tres de sus aliados.
Mientras, crece el debate en la central obrera acerca de la realización de la marcha del 17 de agosto para que “la política” brinde respuestas a la crisis socioeconómica. El cotitular cegetista Héctor Daer (Sanidad) dijo ayer que “por ahora” se hará la movilización y destacó: “La marcha está justificada; lo que podés analizar al 17 es si siguen vigentes esos objetivos que se propuso, está ratificada pero no está rectificada”. Uno de sus colegas, sin embargo, opinó que “no es una buena señal” mantener la protesta cuando Massa arrancará su gestión y aseguró que suspenderla sería un aporte en esta nueva etapa del Gobierno ya que “el problema macroeconómico es grave”.
El tema surgirá en una reunión de la CGT que se realizará este martes a la tarde para avanzar con la organización de la movilización y mañana, en otro contacto de la mesa chica cegetista que tratará de consensuar las distintas posiciones. Hay quienes advirtieron que el eventual levantamiento de la marcha deberá ser analizado por el Consejo Directivo, que aprobó la protesta en medio de diferencias entre quienes querían manifestarse ante las entidades empresariales porque consideran que son las responsables de aumentar los precios (postura de los moyanistas y los sindicalistas K) y aquellos que preferían apuntar en forma abstracta a “la política” como culpable de haber llevado al país a la crisis actual (como terminaron imponiendo “los Gordos”, los independientes y los barrionuevistas).
Cerca de Massa aseguran que “la CGT es libre” de decidir si marchar o no, aunque admiten que el titular de la Cámara de Diputados “vería con buenos ojos” una postergación de la marcha del 17 de agosto, que consolidaría la sensación de que, aun antes de asumir en Economía, había logrado que bajara el dólar blue y, a la vez, que subieran los bonos, las acciones y la Bolsa. La imagen de un ministro que despierta una expectativa positiva se completaría con la suspensión de la protesta cegetista como símbolo de su influencia.
Massa se reunirá esta semana con los líderes cegetistas Daer, Pablo Moyano y Carlos Acuña (estaciones de servicio), aunque primero deben definirse las medidas económicas. Hubo contactos telefónicos en los que acordaron un encuentro. Los sindicalistas intuyen que el nuevo ministro de Economía consiguió que Cristina Kirchner accediera a mantener en su puesto al albertista Claudio Moroni, ministro de Trabajo sostenido por un sector de CGT, a quien el kirchnerismo busca reemplazar por alguien de su confianza.
Aun antes de asumir su nuevo desafío, el titular de Diputados sumó un significativo caudal de apoyos sindicales. Al comunicado de la CGT, que saludó su incorporación en el gabinete, se sumaron las expresiones de respaldo de distintos dirigentes. Daer, por ejemplo, afirmó que Massa genera “un cambio de expectativas en toda la sociedad” y consideró que podrá “establecer pautas claras hacia un modelo de desarrollo productivo que genere un cambio definitivo y radical para la estructura económica de nuestro país”.
Pablo Moyano lo calificó como “un compañero más dialoguista” y opinó que “es la última alternativa que tiene nuestro gobierno para ir mejorando el tema económico y poder llegar a las elecciones con la posibilidad de reelegir o de elegir al nuevo candidato o candidata del peronismo”. Desde la Unión Obrera de la Construcción (UOCRA), que conduce Gerardo Martínez, secretario de Relaciones Internacionales de la CGT, expresaron su “confianza” en “la experiencia y capacidad de gestión” de Massa, a quien, además, le atribuyó “iniciativa económica, voluntad de diálogo y articulación política, experiencia de gestión y vocación de servicio”.
José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), secretario de Acción Social de la CGT, resaltó que el reemplazante de Silvina Batakis “siempre estuvo del lado del trabajo, los trabajadores y la producción”, y dijo: “Somos conscientes de la capacidad y el compromiso del compañero Massa para hacer frente a los problemas en estos tiempos de crisis y sabemos de su empeño para resolver las cosas que está pidiendo la sociedad”. Para Jorge Sola (Seguros), secretario de Prensa de la CGT, “es un gran gesto político” haber designado a Massa y señaló: “Para poder encontrar una solución en la economía se necesita confianza. Y esto se da con una conducción fuerte y un camino a seguir. La coalición gobernante empezó a tomar decisiones de este tipo. Además de las condiciones que el propio Massa tiene”.
Hace muchísimo tiempo que los sindicalistas no se mostraban tan entusiasmados con el nombramiento de un funcionario. En ese sentido, Massa fue recibido por la mayoría de la dirigencia gremial como si hubiera asumido la presidencia de la Nación y no el Ministerio de Economía. Es lógico: es visualizado como el que puede frenar la crisis y evitar la debacle electoral en 2023.
Pablo Moyano, por su parte, construyó ayer una foto potente en términos políticos: se reunió con Cristina Kirchner en el Senado, adonde estuvo acompañado por aliados como Mario Manrique (SMATA), Omar Plaini (canillitas) y Walter Correa (curtidores). Según publicó el Sindicato de Camioneros en las redes sociales, “conversaron sobre la situación que está atravesando el país y la actualidad laboral de los trabajadores”. No trascendió mucho más acerca del encuentro, que refuerza la adhesión del hijo de Moyano a la figura de la Vicepresidenta, como venía insinuando en las últimas semanas. Por algo el sindicalista no fue al acto en la CGT del 1 de julio para conmemorar la muerte de Juan Domingo Perón, pero sí estuvo al día siguiente en uno presidido por Cristina Kirchner en Ensenada.
El contacto con moyanistas y sindicalistas K se produjo, en realidad, luego de sendas reuniones que la Vicepresidenta mantuvo con dirigentes con los que tenía mala relación: primero, con Daer, y luego con Martínez, Lingeri y Andrés Rodríguez (UPCN).
Los próximos días serán decisivos para determinar la fortaleza del vínculo de la CGT con Massa. Algunos dirigentes temen que se consolide el ajuste económico, pero confían en que habrá “compensaciones” para los trabajadores. Y por eso esperan que el nuevo ministro de Economía les anticipe en las próximas horas las medidas que difundirá este miércoles. Quieren, sobre todo, que les brinde alguna esperanza de que podrá controlar la inflación. Ese tipo de señales serán la clave para saber si se suspende o no la marcha.
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