El Frente de Todos reorganiza su bloque de diputados y busca dejar atrás la renuncia de Máximo Kirchner

Con el cimbronazo político dejó las extraordinarias en un segundo plano y se especula con que solo habrá una sesión durante febrero. Cuáles serán los ejes de la nueva conducción de Germán Martínez

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Alberto Fernandez y Germán Martínez
Alberto Fernandez y Germán Martínez

A pesar de que el período de sesiones extraordinarias comenzó esta semana, la actividad en la Cámara de Diputados es subterránea. Por un lado, Juntos por el Cambio enfrenta tensiones internas mientras espera que el Gobierno termine de negociar con el staff técnico del FMI para conocer la “letra chica” del acuerdo por la deuda. Por el otro, el Frente de Todos intenta reorganizar su bloque a contrarreloj tras la renuncia de Máximo Kirchner antes de entablar las conversaciones con la oposición para conformar las Comisiones a las que deberán girar los proyectos.

El flamante jefe de la bancada oficialista, Germán Martínez, se había comunicado el mismo miércoles con sus pares de la oposición para pedir 72 horas de tregua para organizarse. Por lo que las negociaciones sobre la organización parlamentaria recién comenzarán -en el mejor de los casos- este lunes.

En tres días Martínez habló en persona o telefónicamente con Máximo Kirchner, Sergio Massa y más de 80 diputados del bloque. Entre los principales planteos que escuchó de la tropa oficialista se destacaron tres: trabajar para mantener la unidad del Frente de Todos, la necesidad de canalizar mejor los debates internos para poder concentrarse en la confrontación con Cambiemos y poner en marcha una conducción más abierta y colectiva que le de volúmen político al bloque.

La designación de Martínez como jefe de la bancada oficialista fue bien recibida por la oposición, que lo reconoce como un hombre de diálogo y con experiencia (fue mano derecha de Agustín Rossi cuando éste comandaba el bloque kirchnerista). Dentro del oficialismo la designación del santafesino también trajo un poco de alivio. “Conoce el paño y habla con todos los sectores, su nombramiento no echa nafta al fuego”, reconoció un diputado crítico del acuerdo con el FMI.

Tras el bombazo anunciado por Máximo, en el bloque reina la calma y la expectativa. La gran mayoría de los diputados coincide en la importancia de no fomentar más la grieta interna, pero saben que el momento de la votación sobre la deuda será delicado. Hasta ahora nadie lleva un “poroteo” de los legisladores que rechazarían el proyecto, e incluso los más críticos reconocen que hay posibilidades de acompañar dependiendo de la coyuntura y los acuerdos. “Falta mucho y las posiciones no están tan cristalizadas, todavía se puede hacer uso de la persuasión”, explicó un legislador que votará favorablemente.

Para evitar más cambios bruscos, el nuevo jefe de bloque ya expresó que ve con buenos ojos la continuidad del equipo que venía trabajando con Máximo. La secretaria parlamentaria Paula Penacca -mano derecha del líder de La Cámpora- seguirá en su rol, y se descarta que Cecilia Moreau, quien puso a disposición su renuncia, continuará como vicepresidenta del bloque.

Máximo Kirchner y Cecilia Moreau (Maximiliano Luna)
Máximo Kirchner y Cecilia Moreau (Maximiliano Luna)

En el entorno de Martínez calculan que para el lunes se habrá puesto en contacto con todos los legisladores del bloque. Recién ahí el oficialismo retomará el contacto con la oposición para conformar las Comisiones. La forma en que se reparten -y sus presidencias- es muy importante para controlar el proceso legislativo, y además la reciente paridad de fuerzas entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio hará que las tratativas sean más duras.

Por eso, de ambos lados de la grieta pronostican que habrá apenas una sesión -última semana de febrero- en el período extraordinario, donde seguramente se tratarán algunas de las leyes del “Paquete Kulfas” (Cannabis, Desarrollo Agroindustrial, Hidrocarburos, Electromovilidad, Industria automotriz) y la ley de Respuesta Integral al VIH.

Sesionar aunque sea una vez es lo mínimo para que la convocatoria del Ejecutivo no se convierta en un sinsentido. Además, la conducción del bloque oficialista preferiría que los diputados nuevos acumulen la mayor cantidad de experiencia antes del inicio de las sesiones ordinarias, donde se tratarán proyectos de gran relevancia política como el acuerdo con el FMI. La falta de gimnasia parlamentaria también afecta a los otros bloques, algo que quedó se vio durante las sesiones de diciembre.

Aunque no está en el temario de las extraordinarias, todos se preparan para el debate del acuerdo con el FMI. Si bien los sectores más duros de la oposición plantearon, tal como dijo públicamente Patricia Bullrich, que Juntos debe abstenerse si todo el kirchnerismo no apoya el acuerdo, en el oficialismo se muestran tranquilos porque calculan que la oposición no tiene tanto margen para oponerse. “Es lógico que salgan a profundizar la pelea interna que tiene el Gobierno pero van a terminar votando a favor. No por el Gobierno sino por el FMI. Ellos pretenden gobernar en 2023 y no pueden dar esa señal de hacer caer un acuerdo”, explica a Infobae otro diputado.

Desde la Coalición Cívica reclamaron que hay que “actuar con responsabilidad” y no estar mirando lo que hace Cristina Kirchner. Un claro mensaje para los halcones. Y en la misma línea se expresan los radicales comandados por Mario Negri. El jueves el bloque de la UCR tuvo una jornada de trabajo donde debatieron, entre otros temas, el acuerdo con el FMI.

Nosotros entendemos la importancia del acuerdo con el FMI para no entrar en default y tampoco en una mora con el vencimiento del 21 de marzo, ya que demorar un pago puede repercutir negativamente en otros aspectos”, detalló uno de los legisladores presentes. Aunque todos aclaran que para acompañar como mínimo tienen que conocer los detalles del acuerdo negociado por el ministro Martín Guzmán.

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