El periodista Santiago Cúneo analizó la realidad política de la Argentina durante una entrevista con Infobae. El impacto de la renuncia de Máximo Kirchner a la presidencia del bloque de diputados oficialista, la decisión de Cristina Kirchner de no respaldar el acuerdo con el FMI, el camino que debería seguir Alberto Fernández y las internas del peronismo.
-¿Qué análisis hace del momento de tensión que está viviendo el Gobierno, con la renuncia de Máximo Kirchner a la presidencia del bloque oficialista y el enojo que generó ese movimiento en todo el peronismo?
-Es la primera vez que Alberto Fernández hace algo que no quería Cristina. Acá se produce una ruptura. En lo que respecta a la deuda externa, Cristina quiere default. No es que quería, quiere default. Porque este partido no está terminado. Alberto decidió que no quiere ser el presidente del default. Estamos en una tensión propia de las indefiniciones absolutas que se dieron al momento de armar la fórmula presidencial, que no pasó ningún tamiz de internas o debates. Fue el dedo de Cristina, el autoritarimo, la prepotencia de armar una fórmula presidencial como ella quiso. Y este es el resultado.
-¿Cuál es el resultado?
-Esto es un frepacito tardío. Es un rejunte, una alianza, que está encontrando las mismas crisis que encontró De La Rúa con Chacho Álvarez. Cuando armas algo con el simple objetivo de ganar, sin programa económico, sin programa político, sin sustancia de organización previa que lime las asperezas para poder gobernar, llegas siempre al mismo resultado. Siempre hubo tensiones. Lo que Cristina quiere de Fernández es que sea un títere. Siempre ha querido que sea Chirolita. Esta vez Chirolita cortó un hilo. Alberto Fernández no va a ir para atrás en su definición del acuerdo con el Fondo y Cristina no va a ir para atrás en su deseo de default.
-¿En ese escenario cómo sigue la convivencia de la alianza política? ¿Cómo se sigue adelante gobernando y gestionando con dos miradas tan antagónicas?
-Gestionar no se gestionó nunca. Estamos a dos años de un vacío de gestión absoluto. Usar la palabra gestión es regalarle una interpretación que no existe. ¿Cómo se sigue? La Argentina hoy sigue teniendo algún tipo de cohesión porque los porteros sacan la basura a la mañana. La Argentina está derrumbada desde el punto de vista de lo que es la conducción de la clase política. Los que estamos manteniendo la Argentina funcionando somos los que nos levantamos a trabajar a pesar del gobierno. Los argentinos bien paridos nos levantamos, laburamos, seguimos pagando impuestos para que ellos jueguen a la política, y mantenemos viva una integridad territorial, espiritual, política, económica, filosófica y religiosa a pesar del vacío del Gobierno. Estamos frente a un vacío absoluto de gobierno.
- ¿Pero cómo se sigue entonces?
- El gobierno argentino se va desvaneciendo, se va acabando, se va apagando. Frente a esta crisis institucional, clara y obvia, vendrán los resortes para solucionar esto sin que signifique una implosión definitiva. Para eso muchos van a salir a rodear al Presidente para bancarlo frente a la pelea con Cristina. Eso está pasando, y pasará. Muchos intendentes, gobernadores, sindicatos. Muchos sectores de la sociedad que están hartos de Cristina seguramente saldrán a fortificar un presidente vacío, chirolita, pero que finalmente ha tomado la decisión de confrontar. Va a encontrar muchos amigos. Que no son amigos de él, pero si son amigos de terminar de una vez con el principal problema de la Argentina, que es Cristina por un lado y Macri por el otro.
- ¿Cristina no mide las consecuencias de los movimientos políticos del kirchnerismo?
- No. Cristina es una mujer enferma. No mide consecuencias porque no las puede medir. Necesita urgente que algún psiquiatra le de pastillas para bajar los niveles de ansiedad, de poder y susto con los que se maneja. Deje de ver fantasmas a la noche, acepte si tiene que ir presa, que es un problema personal de ella y no de la sociedad argentina. Cuando nos saquemos de encima este personaje siniestro que es Cristina y el otro que es Macri, la Argentina podrá empezar a caminar. Estamos en manos de dos locos con chalecos.
-Jaime Durán Barba definió a Cristina Kirchner como una líder del conurbano. ¿Comparte esa mirada?
-Cristina hoy se autopercibe únicamente, porque no existe. Los dirigentes del peronismo que le permitieron esa autopercepción, porque con ella facturaba electoralmente, le dieron espacio para mantener una presencia de una inexistente conducción. Cristina ha tenido el valor estructural del peronismo nacional y bonaerense, que se le transfería hacia ella y ella le decía a los que les daban la estructura, que los votos eran de ellos y no de los intendentes y gobernadores. La magia un día se acaba. Los intendentes y gobernadores se dan cuenta que los votos son de ellos y Cristina hoy no vale más del 8% del electorado nacional.
-¿Cristina perdió fuerza e influencia en el peronismo?
- Cristina está acabada desde hace 2 años a esta parte cuando solo buscó su impunidad. Traicionó a sus compañeros, a los presos políticos. Todas las banderas de la campaña 2019 fueron prendidas fuego por ella a cambio de su propia impunidad. A partir de ese instante empezó a traicionar su propio electorado. Y eso fue pasando día tras día. Y hoy no vale nada. Y frente al default, su última bandera es elegir de enemigo al FMI, porque si ella aplaude o festeja un acuerdo con el Fondo, se le terminó la última bandera que tiene para decirle a los propios, que no son peronistas, son sectores progresistas de izquierda, ligados a la peor tradición subversiva y terrorista de Argentina, que la última bandera ya no está.
-¿Cómo puede sobrevivir la coalición política si Cristina boicotea el acuerdo con el FMI y Alberto Fernández busca una negociación con el Fondo?
- Se va a mantener la institucionalidad porque nadie se quiere hacer cargo. La oposición no tiene ninguna vocación de anticipar los tiempos políticos. Y esto hace que tenga posibilidad de continuidad institucional un gobierno que ya no existe. La alianza de gobierno hoy son dos personas. Alberto Fernández y Sergio Massa. El kirchnerismo ya está afuera. Alberto tiene posibilidades de buscar una alianza que lo arrime a terminar su mandato. Del otro lado Cristina lanza su operación personal de subsistencia, que es romper con este Gobierno porque se va para un lugar que no quiere ir. Todas estas especulaciones políticas se van a terminar si esta crisis económica, inflacionaria, tarifazo, impuestazo. Si todo esto colma el hartazgo de la gente, sin expectativa en materia económica, el gobierno no va a resistir.
-¿El Gobierno está roto, está fracturado?
-Hace mucho tiempo. Nació fracturado. Porque claramente Alberto Fernández nunca cambió de opinión sobre Cristina. Lo único que hizo fue guardarse las opiniones a cambio de ser presidente.
-¿Y la relación política de los dos?
-Es inexistente. No se hablan. La última vez que sucedió un encuentro en Olivos fue cuando Cristina le ordenó viajar a China porque sino viajaba ella. Pero en otro contexto. No había pasado lo que ha pasado ahora. Cristina quería default y viaje a China. Ahora hay charlas con el Fondo y una carta de intención, y viaje a China. Eso no es lo que quería. Quería que viaje defaulteado.
-¿Hizo bien Alberto en irse a esta gira dejando en Argentina una crisis institucional y política en marcha?
- Es una locura que Alberto deje el país en manos de Cristina. Hizo bien en acordar una carta de intención con el Fondo e hizo mal en irse del país y dejarlo en manos de Cristina. En estas horas el Presidente debería definir quienes son los que van a reemplazar a todos los funcionarios camporistas en el Gobierno. No puede sostener esta situación sin tomar control de su propio gobierno, si es que realmente va a sostener la posición.
-¿Le tiene que pedir la renuncia a todos los que son funcionarios o ministros de La Cámpora?
-A todos. Y decirle a la Vicepresidenta que si no está de acuerdo, se tiene que ir. Porque es la vicepresidenta de un gobierno. Cuando la vicepresidenta sufrió el voto de Cobos, le pidió la renuncia. Si la Vicepresidenta no está de acuerdo con lo que está haciendo el Presidente, se tiene que ir.
-¿Con que espalda política se queda si le declara la guerra a La Cámpora?
-Después de la marcha espantosa y vomitiva a los Tribunales, tenes mucha espalda sacándote todo eso de encima, que teniéndolo con vos.
-¿Debe Fernández patear el tablero. Reestructurar su gobierno con una mirada más parecida a la de él y más alejada de la de Cristina?
-Si el Presidente sigue vinculado a la foto de (Amado) Boudou y (Luis) D’elia de ayer, el Presidente está cada día peor. Debe cortar de raíz con Cristina y su sequito.
-¿En la marcha contra la Corte lo que se ve es una embestida del kirchnerismo contra la Justicia?
-Veo un grupo de cachivaches impresentables buscando dos líneas en los diarios, intentando ocupar un espacio interno dentro de un gobierno fracturado, para quedarse con algunos planes sociales, algunos contratos y seguir viviendo sin trabajar. No hay nada. Es un grupo de impresentables que no representan nada. Le hacen mucho daño a la sociedad.
-¿Los gobernadores, intendentes, sindicalistas, movimientos sociales, cómo quedan parados?
-Los sindicatos todos alineados con Alberto Fernández. Las organizaciones sociales aliñadas con Cristina salvo los sectores de Emilio Pérsico, el “Chino” Navarro y Juan Grabois, que van a estar teniendo cajas y ministerios del lado del Presidente. Y el kirchnerismo buscando el espacio de centro izquierda. Aglutinando desde el trotskismo hasta el viejo partido intransigente. Tratando de mantener la centralidad y autoridad dentro de la centro izquierda, planteando un alineamiento internacional con China, defaulteando al FMI y planteando que han sido traicionados por Alberto Fernández. Ahora se debe desarrollar la lucha por mantener el poder.
-Pensando en el 2023, ¿qué escenario visualiza para el oficialismo y la oposición?
-En el 2023 ninguno de los espacios conocidos va a ser gobierno. Ninguno. Ni Cambiemos ni el Frente de Todos. Vamos a asistir a dos bloques que se van a reorganizar con pedazos sueltos de todos los espacios. Y vamos a asistir a dos frentes grandes que se conformarán por empatía o por necesidad. Y que se van a construir sobre la base de una hipotética grieta. Pero vamos a volver a los tiempos de la alianza delarruista. Te vas a encontrar con propuestas que, lejos de ser pura y con pertenencia, van a ser una oferta multicolor, transversal, que van a nuclear un pedazo de cada cosa. La sociedad está harta de cristinismo y de macrismo. Los que tengan aspiraciones de conducir el país no lo van a poder hacer desde ninguno de esos dos espacios.
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