Postergación de las PASO: el Gobierno espera un guiño y la oposición se debate entre alinearse al pedido oficialista o defender el cronograma actual

Juntos por el Cambio debe decidir si avala los planes de la Casa Rosada, que pretende correr las elecciones primarias un mes hacia adelante. Estrategia política, discusiones internas y reproches

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La discusión interna no está saldada. Incluso, está más lejos de cerrarse que hace cinco días atrás, cuando en la Casa Rosada se acercaron posiciones entre el oficialismo y la oposición. No hay acuerdo. Aún no.

Este martes los integrantes de la mesa nacional de Juntos por el Cambio volverán a reunirse presencialmente después de poco más de un año. En el centro de la mesa estará la propuesta del Gobierno para postergar las PASO por un mes. Alrededor, las caras más visibles de la coalición opositora.

De ese cruce de datos y pareceres saldrá una postura común sobre qué posición tener respecto a un posible cambio del cronograma electoral. El gobierno nacional quiere postergar las elecciones por un mes debido al complejo escenario sanitario que se avecina. Los más duros de la oposición se afirman en la idea de que no se pueden cambiar reglas electorales en un año electoral. La línea moderada abre los brazos para negociar.

Máximo Kirchner, Sergio Massa, Eduardo de Pedro, Axel Kicillof y Cristian Ritondo
Máximo Kirchner, Sergio Massa, Eduardo de Pedro, Axel Kicillof y Cristian Ritondo

El último martes, en una reunión que tuvo lugar en lugar en Casa Rosada, Máximo Kirchner le propuso a Cristian Ritondo y Jorge Macri discutir la postergación de las PASO por un mes bajo estrictos criterios objetivos. Evaluar si el contexto sanitario es el adecuado para que se movilicen millones de personas en un día para participar de una elección legislativa.

Hubo una foto, un cruce de opiniones, una promesa de acercar posiciones y una filtración de un acuerdo entre la oposición y el Gobierno que alteró los ánimos en el corazón de Juntos por el Cambio. Los principales referentes de la coalición desmintieron un posible consenso en sus redes sociales. Puertas adentro pidieron explicaciones a los que habían estado en Balcarce 50. El clima se caldeó. El terreno de negociación se empantanó.

En la foto que salió desde el Patio de las Palmeras, en Casa Rosada, Macri y Ritondo aparecían al lado de Máximo Kirchner, Mayra Mendoza, Eduardo de Pedro, Sergio Massa, Martín Insaurralde y Axel Kicillof. Estaban rodeados por los principales dirigentes del Frente de Todos. En especial, por los nombres propios más pesados de La Cámpora. Las fotos son símbolos. Y este símbolo no gustó dentro de la oposición.

Horacio Rodríguez Larreta y Eduardo de Pedro
Horacio Rodríguez Larreta y Eduardo de Pedro

La imagen cayó muy mal en el espacio que fundó Mauricio Macri. No la entendieron. No comprendieron el porqué. Incluso, algunos pensaron que el intendente de Vicente López y el diputado nacional siguieron su propio camino impulsados por el ego.

La realidad es que las PASO no estaban en la agenda de la reunión, pero, en cuestión de minutos, el líder de La Cámpora se encargó de ponerla. La novela posterior corrió a un costado la discusión central sobre las elecciones y puso el foco en la interna de Juntos por el Cambio. Se desdibujo el sentido de la negociación. Los opositores se lastimaron con las espinas de una enredadera.

El martes, a las 18, en un lugar que no quieren decir para poder esconderse de la prensa, la mesa nacional de Juntos por el Cambio discutirá si cierra un acuerdo con el Gobierno para postergar las elecciones primarias o si decide defender la postura de no tocar el calendario electoral más allá del contexto sanitario que pueda existir.

Después de ese encuentro habrá menos grises. La intención es diluir las diferentes posturas que conviven internamente y adoptar una estrategia común. De esa forma se fortalece el espacio, su identidad, el discurso de cara a la sociedad y la línea argumental.

@wadodecorrido
@wadodecorrido

En un principio estaba pautada una reunión entre el ministro del Interior, Eduardo “Wado” De Pedro y los presidentes de los bloques de la UCR, PRO y Coalición Cívica en la Cámara de Diputados para volver a acercar posturas. Iba a ser un almuerzo, el martes, en el Congreso. El encuentro se suspendió porque los dirigentes opositores fueron notificados que la reunión de Juntos por el Cambio iba a ser ese mismo días por la tarde.

Después de la tensión que se generó por la filtración del supuesto acuerdo, los legisladores coincidieron que el mejor camino era postergar la reunión con De Pedro, resolver una postura unificada y tener una respuesta concreta para darle al ministro kirchnerista.

“Es prematuro pensar en un acuerdo”, reflexionó un dirigente radical ante la consulta de Infobae. Otro, del mismo partido, reconoció que el ala dura, donde Patricia Bullrich y Alfredo Cornejo se sientan en la primera fila, podría inclinar la balanza en la reunión del martes y hacer pesar la idea de mantener el calendario electoral como está vigente. Sobre todo después del conflicto que se originó por la reunión en la Casa Rosada.

Una voz de peso en la Coalición Cívica consideró ante este medio que es lógico sentarse a analizar la posibilidad de una postergación y que la decisión final tiene que ser la suma de las partes. Es decir, el rompecabezas completo donde se encastran los intereses de cada sector de la coalición.

Máximo Kirchner fue el encargado de hacerle la propuesta a la oposición durante el encuentro en la Casa Rosada (Gustavo Gavotti)
Máximo Kirchner fue el encargado de hacerle la propuesta a la oposición durante el encuentro en la Casa Rosada (Gustavo Gavotti)

En el PRO no cierran las puertas a un acuerdo. “Se tiene que discutir todavía”, resumen. El dolor de cabeza que generó la discusión por la reunión en la Casa Rosada los obligó a poner la pelota bajo el pie y recalcular el camino público que quieren seguir.

Además, más allá de la consideración de cada sector, la decisión que se tome puede estar afectada por la estrategia política, que subyace en el fondo de cualquier negociación entre propios o con el sector que está en la vereda opuesta.

El Gobierno quiere postergar las elecciones porque, más allá de la complicación sanitaria, tiene una ventaja que trae aparejado el corrimiento. Ganará tiempo para vacunar más gente y para que la recuperación económica pueda mostrar algún indicio más claro que lo poco que se vio hasta ahora.

Argentina comenzó a vivir el impacto de la segunda ola de coronavirus (EFE/ Juan Ignacio Roncoroni/Archivo)
Argentina comenzó a vivir el impacto de la segunda ola de coronavirus (EFE/ Juan Ignacio Roncoroni/Archivo)

Es, en definitiva, una carta ganadora ante la sociedad antes de que los argentinos acudan a las urnas. La oposición conoce ese objetivo oficialista y lo incluye en el análisis de la modificación del cronograma. Nadie se da un metro de distancia. Nadie.

Dos meses atrás, el Gobierno puso sobre la mesa tres posibilidades respecto a las PASO: suspenderlas, postergarlas o votarlas el mismo día que las elecciones generales. Desde un principio en Juntos por el Cambio la única puerta que dejaron abierta fue la de posponer los comicios, entendiendo que así lo ameritara la situación sanitaria.

Esa puerta se cerró dos veces. La primera vez fue cuando el ex ministro de Salud Ginés González García dijo públicamente que en septiembre estarían vacunados todos los argentinos, pero sostuvo que no estaban dadas las condiciones para votar en agosto. La oposición advirtió la contradicción y estalló de bronca.

Los integrantes de la mesa nacional de Juntos por el Cambio volverán a reunirse presencialmente después de 1 año de hacerlo por teleconferencia
Los integrantes de la mesa nacional de Juntos por el Cambio volverán a reunirse presencialmente después de 1 año de hacerlo por teleconferencia

La dirigencia opositora aseguró en los medios y en las redes sociales que lo único que le interesaba al Gobierno era cumplir su estrategia electoral. Entonces, endureció su postura y dejó saber que el margen para negociar una postergación se había achicado a la mínima expresión.

Con el tiempo y con bajo perfil, las negociaciones entre ambas partes empezaron a fluir otra vez. Las charlas avanzaban en la dirección que el Gobierno quería. Pero la reunión del último martes y la filtración del acuerdo que no se cerró, volvió a empantanar la negociación.

La diferencia entre la primera y la segunda vez es que se consumió un mes y medio. El cronograma electoral puede alterarse hasta una cierta fecha. Hay límites para la manipulación del calendario.

La convocatoria para las PASO las debe realizar el gobierno nacional con una antelación no menor a los noventa días previos a su realización. Las elecciones primarias se deben llevar a cabo el segundo domingo de agosto. Tres meses hacia atrás de esa fecha pone en agenda 8 de mayo como el límite para definir si los comicios se van a realizar o no.

Según el cronograma electoral dispuesto, las PASO se deberían llevar adelante el 8 de agosto (NA)
Según el cronograma electoral dispuesto, las PASO se deberían llevar adelante el 8 de agosto (NA)

Juntos por el Cambio tiene que definir el camino que quiere seguir. O se alinea al pedido de la Casa Rosada, poniendo el contexto sanitario en el centro de la decisión o se aferra a la idea no cambiar las reglas a pocos días de la votación.

Esa definición determinará el camino a seguir del gobierno de Alberto Fernández. Si hay acuerdo, se negociará y se postergarán las PASO. Si no se llega al consenso, el Frente de Todos tendrá que decidir si cumple con lo prometido por el Presidente y Máximo Kirchner de no modificar el calendario en el que caso de que no haya consenso con la oposición, o avanza con el proyecto de todas formas, ya que cuenta con los votos para aprobar la modificación en el Congreso.

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