Alberto Fernández viajará a la asunción presidencial de Luis Arce y tiene previsto encontrarse con Evo Morales en Jujuy

Se trata del primer viaje al exterior desde la irrupción de la pandemia y es una señal de política exterior hacia el Mercosur y la Casa Blanca, que tenían otras expectativas sobre la evolución institucional en Bolivia

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Alberto Fernández y Luis Arce, presidente electo de Bolivia
Alberto Fernández y Luis Arce, presidente electo de Bolivia

Alberto Fernández hizo una apuesta personal y política cuando sucedió la crisis institucional en Bolivia. Rescató a Evo Morales y le concedió asilo en la Argentina, y apostó a un triunfo de Luis Arce frente a las posiciones de la OEA, el Mercosur y la Casa Blanca. Morales repite como una letanía “Alberto me salvó la vida”, y Arce lo espera en La Paz como invitado especialísimo a su asunción presidencial del próximo domingo.

La agenda presidencial establece que Alberto Fernández viajará en un vuelo privado hasta La Paz, el sábado 7 de noviembre, acompañado por Felipe Solá, Gustavo Béliz, Juan Pablo Biondi, Julio Vitobello y Eduardo Valdes, si no hay cambios de último momento en la comitiva oficial.

Acorde al programa enviado a la Cancillería argentina, la ceremonia de asunción presidencial está prevista para las 10:40 (hora de Bolivia) del domingo 8 de noviembre. “Acto Central de la Solemne Asamblea Legislativa Plurinacional y Posesión del Excelentísimo Señor Presidente Constitucional del Estado Plurinacional de Bolivia, Luis Alberto Arce Catacora, y del Excelentísimo Señor Vicepresidente del Estado Plurinacional de Bolivia, David Choquehuanca Céspedes”, informa la agenda oficial.

Después de la asunción presidencial, Alberto Fernández y los otros invitados especiales posarán para la foto protocolar, compartirán un almuerzo junto a Arce y serán llevados a una platea privilegiada para presenciar un “Desfile Cívico y Honores Militares”.

Antes de abandonar La Paz, el Presidente y Arce mantendrán una reunión para analizar la futura agenda bilateral entre Argentina y Bolivia, que estuvo en un impasse por la caída de Morales. Alberto Fernández no regresaría directo a Buenos Aires: evalúa viajar hasta Jujuy para encontrarse con Morales, que recién llegará a Bolivia hacia fines de la próxima semana.

El Presidente es amigo Morales, pero prefiere separar sus vínculos afectivos de la relación bilateral con Bolivia. Alberto Fernández sabe qué significa estar mediatizado por una figura con ascendencia política, y por eso no quiere que el líder cocalero aparezca como su nexo obligado con Arce.

Alberto Fernández no tiene intenciones de fortalecer esa lógica de poder en sus relaciones exteriores con La Paz. Arce fue ministro de Morales, y le debe mucho de su triunfo electoral, pero el jefe de Estado argentino considera apropiado que las diferentes agendas no se mezclen cuando interactúe con los dos protagonistas excluyentes de la realidad de Bolivia.

La Casa Rosada será muy puntillosa al momento de explicitar que Alberto Fernández no se vinculará con Bolivia a través de Evo Morales y que la relación bilateral con Arce no será intervenida por el líder cocalero y su obvia influencia política. Eso no implica que el Presidente enfríe su relación personal con Morales, que ya sabe cómo serán las reglas de juego desde la asunción de Arce, prevista para el próximo domingo 8 de noviembre en La Paz.

Alberto Fernández utiliza sus redes sociales para respaldar la transición política en Bolivia
Alberto Fernández utiliza sus redes sociales para respaldar la transición política en Bolivia

La candidatura de Arce fue resistida por la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Casa Blanca, mientras que fue apoyada Alberto Fernández, Nicolás Maduro, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y el Grupo Puebla. El futuro presidente de Bolivia deberá reconstruir toda su agenda regional y sus colegas de Argentina y México jugarán un papel clave para encontrar una equidistancia y un balance geopolítico entre el denominado bloque bolivariano y los países de América Latina que están más cerca Washington.

Si no hay cambios bruscos en la agenda oficial, Alberto Fernández concluirá sus reuniones con Arce y volará hasta Jujuy para encontrarse con Evo Morales. La intención del líder cocalero es reconocer al presidente su amistad y perspectiva regional durante un acto tradicional- político que se haría en la frontera entre Argentina y Bolivia.

Ese acto está previsto para el 9 de noviembre, y no se descarta que a continuación, en San Salvador de Jujuy, Alberto Fernández y Gerardo Morales compartan un café. El Presidente y el gobernador radical tienen buena relación política y ambos apuestan por una mesa de diálogo para fijar una agenda común entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio.

Alberto Fernández y Evo Morales durante un encuentro en Bolivia
Alberto Fernández y Evo Morales durante un encuentro en Bolivia

La cercanía de Alberto Fernández con la futura administración de Arce coloca en un desafío geopolítico al presidente argentino. Arce fue ministro de Evo Morales, tiene excelentes vínculos con Cuba, Venezuela, Rusia y China, y descree del libre comercio y la hoja de ruta regional que empuja la Casa Blanca.

En este contexto, y desde la perspectiva de Washington, el presidente argentino puede quedar atrapado en un laberinto bolivariano o transformarse en un backchannel que permita resolver eventuales crisis diplomáticas en la región. De hecho, Donald Trump –a través de su asesor Eliott Abrams– le pidió colaboración para forzar la aparición de seis empresarios norteamericanos que Nicolás Maduro tenía detenidos en condiciones ilegales, y el líder populista cumplió con el pedido del presidente argentino.

“Lo hago porque me lo pediste vos”, le dijo Maduro a Alberto Fernández. Ocurrió antes de la pandemia, la cuarentena y la posibilidad de la derrota Trump frente al candidato demócrata Joe Biden.

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