El embajador argentino en Francia y su familia se contagiaron coronavirus

El diplomático, su esposa y una de sus hijas se recuperan luego de haber contraído el virus. En España también hay una funcionaria argentina en tratamiento

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Mario Verón Guerra, quien aún es embajador argentino en Francia
Mario Verón Guerra, quien aún es embajador argentino en Francia

El gobierno argentino tenía planificado un recambio de embajadores políticos a partir del mes de marzo o abril. En sesiones extraordinarias, el presidente Alberto Fernández envió los pliegos de una docena de dirigentes que salvo alguna excepción superaron rápidamente y sin sobresaltos el trámite parlamentario. Todos lograron el Acuerdo de la Cámara alta. A la espera de la finalización de los trámites en Cancillería, que incluyen exámenes médicos, el jefe de Estado aún no había firmado todos los decretos correspondientes. Es la razón por la que excepto Jorge Argüello, que está en Washington, los embajadores políticos siguen en Argentina donde quedaron varados tras la declaración de la pandemia por COVID-19 que obligó al cierre de fronteras en gran parte del mundo. En las distintas sedes diplomáticos están los encargados de Negocios o los embajadores de carrera designados por el gobierno anterior.

En ese contexto, en París quedó varado el embajador de origen radical Mario Verón Guerra cuyo traslado había decretado Alberto Fernández el 11 de marzo pero no llegó a concretarse. El mismo le confirmó a Infobae que tuvo coronavirus pero, aclaró, ya superó la enfermedad tras ser tratado y haber guardado reposo. También se contagiaron su mujer y una de sus hijas. “Están en etapa de recuperación, están bien”, señaló el diplomático que espera nuevo destino para cuando se levanten las restricciones mundiales.

En julio del año 2016 el entonces presidente Mauricio Macri había designado a Verón Guerra al frente de la embajada argentina frente a la Unión Europea, cargo que había ocupado el ex ministro de Economía Hernán Lorenzino. Dos años después fue el elegido para reemplazar a Jorge Faurie en París cuando el entonces embajador regresó a Buenos Aires para asumir como canciller tras una larga carrera diplomática.

Como Verón Guerra, en el consulado argentino de Madrid hubo también una funcionaria que contrajo la enfermedad, lo que llevó a cerrar tanto la embajada como el consulado con oficinas en el mismo edificio y mantener guardias mínimas. De todos modos la disposición adoptada para evitar contagios no impide la continuidad del operativo de ayuda a los argentinos que quedaron varados en España. Catorce días después de esa decisión los empleados siguen con sus tareas en la modalidad home office y la embajada se mantiene cerrada al público aunque se atiende on line. Algunos funcionarios políticos comenzaron a ir a la oficina durante algunas pocas horas y con medidas de sanidad e higiene estrictas. En el Colegio Mayor Argentino se mantienen alojados a argentinos que no pudieron regresar a la espera de que se reabran las fronteras y se retomen los vuelos.

El lunes frente a la comisión de Transporte de la Cámara de Diputados el ministro Mario Meoni informó, a requerimiento de los legisladores, sobre el operativo de repatriación de argentinos que quedaron por trabajo o turismo varados en diferentes países del mundo. Indicó que el plan se arma de acuerdo a las restricciones de Salud y que el lunes llegó un vuelo de Cancún y hoy llegará uno de Punta Cana. Para el miércoles está previsto un vuelo de Aerolíneas Argentinas que partirá desde Colombia.

Para los días siguientes se analiza la posibilidad de traer argentinos de países donde se dificulta más el operativo como Cuba, Ecuador y Costa Rica. Perú es otro país con máximas restricciones de circulación interna y área aunque se logró armar un puente aéreo desde Cancillería y el ministerio de Defensa. Tras varios viajes a Arequipa y Cusco, se planifica el rescate de quienes quedaron en pequeñas ciudades del norte peruano, gestiones en las que intervino directamente el presidente Alberto Fernández.