Antes de viajar a Europa, el Presidente monitorea desde Olivos la sesión de Diputados sobre la renegociación de la deuda

Alberto Fernández decidió quedarse hoy en la residencia presidencial de Olivos. Desde que llegó al Gobierno, es la primera vez que el Presidente concentra allí su actividad oficial. Pero antes de subirse al avión, a las 22:45, sigue de cerca la sesión que se desarrolla en la Cámara de Diputados, donde el oficialismo espera que se sancione el proyecto que amplía facultades del Ejecutivo para renegociar la deuda, que cuenta con apoyo de la oposición tras las modificaciones que había solicitado. Viajar con ese respaldo del Congreso era uno de los objetivos de Fernández.

A las 22:45, en efecto, el Presidente tomará un vuelo privado de Aerolíneas Argentinas que lo dejará en Roma en las primeras horas de la mañana. Viajará acompañado de su secretario de Comunicación, Juan Pablo Biondi, además del canciller Felipe Solá; la ministra de Justicia, Marcela Losardo; el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz, además de la primera dama, Fabiola Yáñez. El secretario de Culto, Guillermo Olivieri, ya está en Roma.

Bajo la atenta mirada de su amigo Daniel Rodríguez, que se desempeñó como chofer durante toda la campaña y ahora es intendente de la quinta de Olivos, Fernández arrancó la mañana con una larga reunión que mantuvo con el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, que es el encargado de monitorear la gestión y autorizar los movimientos de cada uno de los funcionarios, sobre todo los que difícilmente el Presidente tenga tiempo de atender. El equipo de comunicación presidencial se mantuvo en Casa Rosada.

En Olivos, el Presidente se dedicará especialmente a preparar el viaje junto al canciller, que hoy tampoco irá a su ministerio. Es que se trata de una gira especialmente importante, que arranca en el Vaticano con la visita al Papa, continúa en Roma, donde mantendrá un encuentro con el italiano Sergio Matarella; sigue en Madrid, con una reunión con el jefe del Gobierno Pedro Sánchez, más tarde en París, donde se entrevistará con Emmanuel Macron, y terminará en Berlín para ver a la canciller Angela Merkel.

Se trata de algo así como la presentación oficial del nuevo gobierno argentino en un momento delicado para el país, donde tiene que solicitar respaldo para la renegociación de la deuda heredada, al tiempo que deberá dar seguridades de que se trata de una nueva etapa del peronismo.

El viaje a Israel fue decidido a último momento y fue complejo en materia de agenda para el Presidente, pero especialmente positivo para el posicionamiento que la nueva administración necesita en estos momentos, según la interpretación que se hace cerca de Fernández.

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