Las negociaciones entre la Casa Rosada y la administración porteña en torno a la coparticipación federal, que la semana pasada tuvieron su punto más álgido cuando el Gobierno nacional decidió filtrar públicamente que la rebaja en la porción que recibe la Ciudad estaba decidida, entraron en estos días en un compás de espera. “Stand by”, explicaron fuentes de ambas gestiones.
El paréntesis en las conversaciones, que por ahora se mantienen por canales institucionales entre el ministro Eduardo “Wado” de Pedro y el jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, pero que también cuentan con otros interlocutores, le da aire a ambas administraciones para afinar el lápiz. “Queremos una quita conversada”, resaltaron este mediodía desde el entorno del Ministerio del Interior. “Si no, lo hubiésemos hecho por decreto en diciembre”, agregaron.
Esta semana, de hecho, Silvina Batakis, la secretaria de Relación con las Provincias del Ministerio del Interior -encargada de monitorear las cuentas provinciales-, y el ministro de Economía local, Martín Mura, habían avanzado en la concreción de un encuentro que, al final, pospusieron para la semana próxima, según confiaron colaboradores de los dos funcionarios. Batakis y Mura ya habían tenido un par de reuniones.
Similar panorama para De Pedro y Rodríguez Larreta, que desde el primer encuentro que tuvieron a solas, a mediados de diciembre -en la previa de la firma del acuerdo fiscal-, quedaron a tiro de teléfono y WhatsApp. Después tuvieron una segunda reunión, a principios de mes. Volverían a verse la semana próxima. El primer acercamiento, durante la campaña, fue impulsado por Sergio Massa, de estrecho vínculo con el jefe de Gobierno, en un asado que compartieron en el quincho de la casa del presidente de la Cámara de Diputados, en el Tigre.
Pero el parate en las negociaciones tiene otra arista. Este jueves, la Ciudad colocó en el mercado local, $9.400 millones a través de un bono en pesos 2022 (BCD22), destinado a la amortización de deuda de este año, un “mix de monedas” implementado por el Ministerio de Hacienda para achicar los compromisos en dólares. Tanto desde la administración porteña como desde el Gobierno nacional entendieron que no debían haber ruidos entre ambas gestiones por el tema coparticipación mientras Rodríguez Larreta salía al mercado local. “Al Gobierno también le convenía que nos vaya bien en la colocación”, explicaron fuentes locales.
Aún no está definida de cuánto será la quita que Alberto Fernández planea para la coparticipación de la ciudad de Buenos Aires, que Mauricio Macri incrementó por decreto días después de asumir del 1,4% al 3,75% antes del traspaso de la Policía Federal a la órbita porteña, el argumento por el que Rodríguez Larreta rechaza la rebaja. En la sede de la calle Uspallata, en el barrio de Parque Patricios, dicen que el 1% de quita es “demasiado”.
En el 2019, el Gobierno local recibió algo más de $80.000 millones por ese concepto, y tenía previsto embolsar más de $120.000 millones para este año.
A diferencia de la semana pasada, que la discusión escaló en los medios después de que se filtrara la confirmación por parte de la Casa Rosada, desde ambas administraciones metieron en estos días el tema en el congelador. Mientras hacen cuentas.
Rodríguez Larreta busca la solución en la estructura de su propio gobierno. Y, por caso, en el embolso que sumará este año con la firma del nuevo acuerdo fiscal, que suspendió el de Macri del 2017, y por el que la Ciudad recaudará por Ingresos Brutos casi $20.000 millones.