Mañana se concretará la transición en algunos ministerios: la mayoría de los nuevos funcionarios asumirán sin haberse reunido con los salientes

Santiago Cafiero, el ya designado jefe de Gabinete de Alberto Fernández, no autorizó a los próximos ministros a tomar contacto con los funcionarios salientes para que accedan a la información que ya les tienen preparadas y se saquen las dudas que puedan tener sobre los aspectos centrales de la gestión, pero todo indicaría que algunos encuentros ya están acordados y aprobados.

La transición entre equipos salientes y entrantes nunca se concretó porque no había ministros designados y, ante la incertidumbre de quiénes se podían hacer cargo, lo razonable era que se esperara la confirmación oficial del próximo Gabinete. Pero luego de realizado el anuncio, en varios casos los nuevos equipos tomaron contacto con los salientes y ya hay citas concretadas para el lunes, aunque muchos le aseguraron al próximo jefe de ministros que arrancarían “de una, sin reuniones previas”.

Es el caso del Ministerio de Transporte, el Ministerio de Seguridad y el INADI ya se tuvo contacto con los funcionarios que se van y entre hoy domingo y mañana lunes se reunirán oficialmente en sus respectivos despachos. En otros no fue así, aunque existieron varios contactos informales donde se trabajó a fondo, aunque no se lo quiere reconocer.

De este modo, trascendió que Mario Meoni ya tiene cita acordada con Guillermo Dietrich y Sabina Frederic con Patricia Bullrich. También en Interior y Obras Públicas hubo contactos con Eduardo “Wado” De Pedro, Gabriel Katopodis y María Eugenia Bielsa, que serán las tres áreas en las que dividirá el ministerio que dirigió Rogelio Frigerio, pero no hubo foto ni se lo quiere hacer trascender.

Ambiente es otro caso donde ya hubo contactos, pero no se formalizó reunión. De todos modos, se conoce quiénes podrían ser parte del equipo que acompañará a Juan Cabandié, entre los que estarían Sergio Federovisky y Rodrigo Rodriguez Tornquist como futuros secretarios de Estado, aunque nadie quiere dar confirmaciones porque tienen la orden de no adelantar nombres hasta después de que asuman.

En el caso de Agricultura, hasta ayer a la tarde tampoco había acordada ninguna cita todavía, pero se descuenta que Luis Basterra irá acompañado de Carlos Miguel Milicevic, no se sabe si será secretario de Agricultura y Ganadería (virtual viceministro) o jefe de Gabinete del Ministerio. En cambio, se da por seguro que Gabriel Delgado, quien sonaba para ministro, aceptó hacerse cargo de un área estratégica para el desarrollo regional, la Dirección General de Programas y Proyectos Sectoriales y Especiales (DIPROSE), también conocida como ex PROSAP.

En el caso de Seguridad, trascendió que la ex ministra Cecilia Rodríguez formaría parte del grupo de confianza de Frederic, quizás como jefe de Gabinete y también que el actual defensor del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires y ex legislador porteño Gabriel Fuks sería parte importante, ya que fue el responsable de coordinar los equipos técnicos de Fernández en el área de seguridad. Se supo, incluso, que siendo oposición en la Legislatura, Fuks trabajó activamente en el diseño de la ley de traspaso de la Policía Federal a CABA.

En rigor, Cafiero y el actual jefe de Gabinete, Marcos Peña, nunca dejaron de hablar vía WhatsApp y coordinando distintos aspectos operativos del traspaso, la jura presidencial, detalles de la “botonera” que deja el Gobierno saliente. También el vocero de Fernández, Juan Pablo Biondi, mantuvo distintos encuentros con Jorge Grecco, el saliente secretario de Medios de Comunicación, tal como pudieron constatar los periodistas acreditados en la Casa Rosada.

Parece claro que ambos, Cafiero y Biondi, se mueven con una libertad que no tienen los demás funcionarios del próximo Gobierno, seguramente por su vínculo permanente con Fernández, que los hace estar confiados y no tener miedo a equivocarse. Los demás, en cambio, exhiben una cautela notable.

Quizás lo que vale la pena destacar es que en la mayoría de los casos la transición está siendo mucho más ordenada y prolija de lo que se sabe, aunque no se lo quiere reconocer y es siempre sin fotos, porque parte de lo que viene es marcar una línea de corte absoluto con el macrismo, para facilitar la diferenciación. Parece poco pero es lo posible en un país poco acostumbrado a los cambios de gestión democráticos entre partidos de distinto signo político y que, en líneas generales, se encuentran en las antípodas ideológicas.

Entre tantos ejemplos, otro encuentro será en el INADI, que durante estos años estuvo a cargo de Claudio Presman, un dirigente radical que desideologizó el organismo, profesionalizando la gestión a través de expertos por áreas temáticas y profundizando sus vínculos con organizaciones similares de prestigio en el mundo.

La designada para reemplazarlo, Victoria Donda, fue muy crítica con la gestión, como la mayoría del amplio espacio kirchnerista que -entre otras cuestiones- suele solidarizarse con la causa palestina, un alineamiento que está muy lejos del actual interventor del organismo. Sin embargo, la actual diputada se reunirá con Presman el lunes por la tarde, en una cita que ya está acordada.

Otros futuros funcionarios la tienen más complicada. Ginés González García no tiene contraparte, ya que renunció Adolfo Rubinstein y también su segunda, la directora de Salud Sexual y Reproductiva, Silvia Oizerovich. Aunque el ex ministro de Salud se maneja como pez en el agua en las oficinas del viejo edificio del Ministerio de Obras Públicas.

En el caso de Cultura, el que está complicado es Pablo Avelluto, que será reemplazado por Tristán Bauer. Tuvieron algún contacto vía WhatsApp, pero su impronta está definitivamente en las antípodas de la gestión saliente, al punto que el viernes estrenó el documental sobre los cuatro años de gobierno de Mauricio Macri, Tierra Arrasada, que fue estrenado en el Teatro Coliseo con gran éxito de público en una presentación que la tuvo a Cristina Fernández de Kirchner como protagonista. En principio, no pareciera que exista ningún contacto.

La pretensión del Gobierno entrante es que la foto entre Fernández y Macri y sus respectivos equipos, los que se van y los que llegan, se concrete en la Basilíca de Luján, donde bajo el paraguas de la Iglesia Católica Argentina y monseñor Oscar Vicente Ojea (quien pergeñó la idea) se garantice que la paz entre el 48% que votó al Frente de Todos y el 40% que lo hizo por Juntos por el Cambio se sientan parte de una misma familia, la Argentina, con necesidades urgentes que deben ser reparadas.

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