Luego de que en junio el Mercosur firmara un acuerdo comercial con la Unión Europea, la asociación de países sudamericanos compuesta por Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay alcanzó otro pacto de libre comercio, ahora con la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA por sus siglas en inglés), integrada por Suiza, Islandia, Liechtenstein y Noruega.
El acuerdo, que se firmó esta tarde en la sede de la Cancillería en el barrio porteño de Retiro, fue celebrado por el presidente de Brasil Jair Bolsonaro a través de un mensaje publicado en sus redes sociales: "Concluimos hoy las negociaciones sobre el Tratado de Libre Comercio entre el MERCOSUR y la AELC (Suiza, Noruega, Islandia y Liechtenstein), que tiene un PIB de $1,1 mil millones y es el noveno actor comercial más grande del mundo. Otra gran victoria para nuestra diplomacia de apertura comercial".
"El tratado cubre temas tanto arancelarios como otros propios del comercio en el siglo XXI. Se incluyen cuestiones de naturaleza regulatoria, servicios, inversiones, compras gubernamentales, facilitación del comercio y cooperación aduanera, obstáculos técnicos al comercio, medidas sanitarias y fitosanitarias, desarrollo sostenible, competencia, defensa comercial y propiedad intelectual", informó la Cancillería en un comunicado.
En esa línea, el ministro de Relaciones Exteriores Jorge Faurie sostuvo: "Este acuerdo con la EFTA facilitará nuestras exportaciones a un mercado de altísimo poder adquisitivo de unos 14 millones de habitantes, donde el PBI per cápita de las cuatro naciones figura entre los más elevados del mundo".
Lanzada en contraposición a la Comunidad Económica Europea en 1960, también estuvo integrada por Dinamarca, Gran Bretaña, Portugal, Austria, Finlandia y Suecia, pero todos esos países abandonaron el grupo para integrarse a la Comunidad Económica Europea o a la Unión Europea entre 1972 y 1995.
Con este acuerdo, el Mercosur apunta a consolidar su relación con las naciones europeas, sobre todo para estar en el radar de países que, juntos, son el octavo inversor a nivel global. Entre otros objetivos, la alianza de países sudamericana apunta a abrir más mercados para productos agrícolas e industriales; integrarse a distintas cadenas globales de valor; aumentar las exportaciones de servicios; y atraer nuevas inversiones.
En diálogo con Infobae, el secretario de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería, Horacio Reyser, quien fue el jefe negociador de la Argentina, aseguró que "este acuerdo es clave para el Mercosur y la Argentina en su proceso de inserción internacional y fortalecimiento de la competitividad de nuestras economías". "Los cuatro Estados de la EFTA son economías abiertas y desarrolladas con flujos comerciales que son sustancialmente más altos de lo que cabría esperar de un mercado con reducida población: en 2018 importaron bienes y servicios por más de USD 530.000 millones y registraron exportaciones por más de USD 630.000 millones", detalló.
En esa línea, Reyser consideró que "el eje de la negociación estuvo no sólo en lograr apertura de mercado para nuestra oferta exportable (carnes, vinos, miel, maíz) sino también con fuerte foco en la atraer inversiones. Las inversiones provenientes de EFTA se concentrarán, entre otras industrias clave, en los sectores minero, manufacturero y de energía".
"Las inversiones son un aspecto muy relevante de este acuerdo. Suiza es el sexto inversor mundial y Noruega posee el mayor fondo de inversión del mundo, el Government Pension Fund of Norway, basado en regalías petroleras", concluyó el funcionario.
En principio, la liberalización de productos de bienes industriales se dará de forma rápida, aunque cada país tendrá una cuota diferente que se negociará en los próximos meses. Para la Argentina, estos cuatro países ocupan el 10° puesto en cuanto a exportaciones anuales.
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Histórico: se firmó el acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea