El entusiasmo K, la primera semana de Fernández-Fernández y la búsqueda por empoderar al adversario de Macri

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En el peronismo buscan ’empoderar’ a Alberto Fernández como precandidato a Presidente (Nicolás Aboaf)
En el peronismo buscan ’empoderar’ a Alberto Fernández como precandidato a Presidente (Nicolás Aboaf)

"Se cortó el pelo", observa un amigo de Alberto Fernández. "No, no se lo cortó", discrepa un colaborador. Lo que cambió es la percepción. O será que efectivamente se cortó el cabello para las entrevistas que comenzó a dar sin descanso el mismo sábado 18 en que Cristina Fernández anunció que sería el precandidato a presidente. Arrancó con los medios amigos (Página 12, el programa radial de Eduardo Valés) y terminó en el set de TN. Después de una semana le sugirieron un cambio: menos estudios de TV y más contacto con la gente, premisa que vale tanto para él como para Cristina.

El ex jefe de gabinete de Néstor Kirchner pasó de operador a ponerse la 10. En el escenario de Ferrocarril Oeste, donde Juan Manuel Olmos organizó un locro para su agrupación, NEP, y juntó al peronismo histórico porteño más los aliados, Alberto Fernández posó con la foto de Diego Armando Maradona vistiendo la camiseta roja de Argentinos Juniors. Caballito y La Paternal son históricos adversarios y Alberto Fernández, hincha fanático del Bicho, destacó lo que no debe hacerse, que alguien haya entrado a un club con la camiseta de otro club.

Cuando el acto en Ferro terminó en la carpa VIP, un par de dirigentes hablaban sobre el riesgo de meterse con el fútbol. "Los de San Lorenzo no nos van a votar", se lamentó alguien que teme no volver a Boedo mientras recibe llamados del presidente Matías Lammens para unir a la oposición en Capital. Fernández quiere saltar la grieta e insiste en su discurso con tres cosas: generar empleo, luchar contra la pobreza y unir al peronismo con los no peronistas. De hecho destacó a un par de figuras, a su amigo el economista Guillermo Nielsen que sorprendió con su presencia y al ex ministro de Trabajo Carlos Tomada. En Merlo, Fernando Gray le regaló a CFK una réplica de un colectivo de la línea 165 que hicieron los trabajadores que llevan 40 días sin actividad. Será, como dos años atrás cuando el intendente le obsequió un par de zapatillas Adidas, un símbolo del debate que quieren dar.

Cristina Kirchner, Fernando Gray con la réplica del colectivo 165 y Alberto Fernández
Cristina Kirchner, Fernando Gray con la réplica del colectivo 165 y Alberto Fernández

Antes, en Caballito, el fútbol le dio al precandidato presidencial la metáfora perfecta y recordó que fue justamente en el estadio de Avellaneda y Martín de Gainza donde Argentinos mandó a la B a un grande. Se refería al triunfo de Argentinos Juniors frente a San Lorenzo en 1981. ¿Será que el 'grande' hoy es Cambiemos?

Hubo quien entendió las palabras de Fernández como una señal. Hasta hubo quien mostró cómo se le ponía la piel de gallina cuando sin renegar del pasado de la década K en el cierre del discurso el precandidato dijo: "Vamos  a hacerlo otra vez, otra vez volveremos a poner a la Argentina de pie" y agregó que "no lo voy a hacer yo, lo vamos a hacer con Cristina y con todos ustedes. Hoy empezó". Los presentes se pusieron de pie y aplaudieron a rabiar al mismo hombre que dos veces les armó partidos en contra. El uso de la primera persona del singular dejó en claro que Alberto Fernández ocupó su lugar, no el de Cristina, y que ya no es operador sino precandidato. Fue parte de lo que trabajó en lo semana y la línea que tendrá.

En los últimos siete días muchas cosas cambiaron. Hubo kirchneristas que el fin de semana pasado confesaron haberse atragantado con la noticia que dio Cristina Fernández de Kirchner. Ante Infobae uno de ellos hizo un gesto con la mano sobre la garganta al describir lo que sintió a medida que avanzaba el video donde ella anunció el pedido a Alberto Fernández para ser precandidato a presidente. Del mal trago pasó a defender la jugada y hasta la calificó como "magistral".

El jueves 22 hubo reunión en La Cámpora porteña con una bajada para "todes", como les gusta decir. "Vamos con Alberto, todos militamos a Alberto", les dijeron y con disciplina partidaria los jóvenes y los no tan jóvenes prometieron alinearse, salir a pintar paredones y convencer a los no convencidos. En el microestadio de Ferro dieron su prueba de 'amor' y cantaron "vamos a volver" y "se siente, se siente, Alberto presidente". Estaban todos los matices del siempre dividido peronismo de la Capital, cuna del precandidato.

Aseguran en el PJ que la decisión de Cristina los alivió. "Se ordenó, hay distensión", aseguró alguien que percibe que tanto en Capital como en Provincia los diversos precandidatos serían tan flexibles como Cristina Kirchner  a la hora de subirse o bajarse de una fórmula electoral. Por eso una alianza amplia podría ser posible en territorio porteño y Axel Kicillof podría ser aceptado por los intendentes. Si ella bajó un escalón nadie tiene argumentos para abroquelarse a una posición.

Cristina, Gustavo Menéndez y Alberto Fernández en Merlo (Nicolás Aboaf)
Cristina, Gustavo Menéndez y Alberto Fernández en Merlo (Nicolás Aboaf)

Como un mandato del matriarcado K se aceptó sin discutir la decisión de la ex presidente. Una encuesta que mandó a hacer Fernando Gray, presidente del Partido Justicialista bonaerense, muestra que Alberto Fernández contiene todos los votos de Cristina Kirchner. Se la encargó a Julio Aurelio-Aresco que arrancó el sondeo el viernes 17. Todo lo que encuestó ese día y el siguiente lo tiró y en la consultora se reinició el trabajo nuevamente el domingo 18. Dos días después analizaban números que indicaban que el 100% se queda con la nueva fórmula K. En el entorno 'albertista' sienten, perciben, una ola  a su favor: están convencidos de que los que quieren a Cristina acompañarán sin dudar y que sumarán a algunos antimacristas.

De todos modos muchos prefieren ser prudentes y esperar una encuesta que se hará esta semana. Seguirán midiendo en próximos días cuál fue el impacto inicial aunque aún no se inscribió la alianza, ni los candidatos, ni se cerraron las listas.

No es todo lo que impacta. También lo que ocurre en la Justicia. En términos bíblicos el kirchnerismo buscaba que Cristina Fernández evitara poner la otra mejilla durante todo un mes. Sin embargo, Oscar Parrilli le confirmó a los intendentes de Merlo que este lunes la ex mandataria irá nuevamente al juicio por la obra pública que la tiene como acusada y sospechada de liderar una asociación ilícita. CFK pidió permiso para no asistir y el Tribunal se lo concedió con la única condición de atar su ausencia a su actividad parlamentaria. Nuevamente la acompañarán referentes sociales y por lo menos una docena de intendentes del peronismo de Buenos Aires. No irá el precandidato presidencial porque es testigo y está impedido de asistir hasta que declare en el juicio.

Cristina Kirchner durante el primer juicio oral en su contra (Télam)
Cristina Kirchner durante el primer juicio oral en su contra (Télam)

La decisión de Cristina llevó alivio a su tropa. Mientras esté en la fórmula la van a votar. En ese sentido incluso quienes en el peronismo alguna vez la enfrentaron dicen que debe estar, que no hay margen para que ella dé un paso al costado y descartan cualquier posibilidad de que Sergio Massa ocupe su lugar. "El kirchnerismo duro no lo quiere, no le suban el precio, si ella se corriera por él no lo votarían", alertan quienes escuchan versiones sobre un posible acuerdo con el líder del Frente Renovador y juran que Fernández-Fernández es la fórmula definitiva. No dudan.

Es cierto que Alberto Fernández no se da por vencido y que sigue apostando a pasar al ex diputado Massa a su bando. El precandidato conversó, conversa y conversará con los gobernadores del peronismo. Algunos le dicen en privado lo que quiere escuchar pero no harán pública su postura hasta superar sus compromisos electorales en sus respectivas provincias. El sanjuanino Sergio Uñac podría ser uno de los que engrosen esa lista.

A una semana del anuncio, Alberto Fernández empezó a empoderarse. Aunque habló de su felicidad por arrancar su campaña con Cristina Kirchner el 25 de mayo en Merlo, él la inició un día antes con intendentes del interior bonaerense con un asado en San Antonio de Areco. Y siguió en Ferro con el peronismo porteño donde hizo mucho para ampliar el espacio y buscar la unidad. En su mesa estuvieron representados todos los sectores, algo impensado un par de años atrás.

Alberto Fernández busca sumar a Sergio Massa al espacio kirchnerista (Adrián Escandar)
Alberto Fernández busca sumar a Sergio Massa al espacio kirchnerista (Adrián Escandar)

Pronto, le piden, lideraría actos propios para no ser invitado sino anfitrión. Es el consejo de algunos importantes dirigentes: que deje de ir a actos de otros referentes y sea quien arme su propia agenda electoral. En eso está. Integrando sus equipos (del Grupo Callao), con los del Instituto Patria y hasta con los de otros precandidatos a presidente que desistieron de la contienda apenas hizo el anuncio CFK. Hasta Nielsen se sumó al acto en Caballito como gesto hacia él.

En ese contexto se destaca la figura de Felipe Solá. El diputado y ex gobernador pasó de  posible adversario a alfil más leal. Se juntaron el jueves y en una charla que duró casi tres horas conversaron sobre el discurso, la campaña y el futuro electoral. Solá devino en el más albertista de todos por lo que hay quienes auguran un premio a su generosidad: con dos años más como diputado nacional podría aspirar a presidir la Cámara baja o quien lidere la lista de diputados nacional. Claro que antes tienen que ganar.

En Ferro hubo sugestivas presencias. Estuvo uno de los tres secretarios generales de la CGT, central obrera que divide sus adhesiones entre el kirchnerismo, Juan Manuel Urtubey y Sergio Massa. "Van a estar todos acá", aseguró a Infobae Héctor Daer antes de probar el locro. Esta semana, el miércoles, hay paro. "No tiene que ver con Alberto, se definió antes", aseguró el gremialista aunque en el entorno del precandidato aseguraban que todo reclamo del movimiento obrero se va a acompañara.

infobae

En el 'albertismo' contaron que el precandidato sigue hablando con todos y que así como visita a Hugo Moyano (con quien compartió acto este sábado en Merlo), hablará con los demás jefes sindicales. Pero algo cambió, sostuvo Daer. "Ahora hay esperanza", le respondió entusiasmado a este medio el mismo hombre que un mes atrás no se atrevía a pronosticar el futuro.

De los radicales no dicen nada. A Massa algunos lo quieren y otros le desconfían. Incluso creen que más que la convención del Frente Renovador es él quien decidirá. Daniel Arroyo, ex integrante de ese espacio, ya está del lado K. Salvo que haya alguna gestión exitosa, en una semana el 'albertismo' podría superar el síndrome massista y dejaría de intentar convencerlo. Lo piden dirigentes que estuvieron en el Frente Renovador hasta no hace mucho.

Aunque toman con pinzas las encuestas hay quienes se entusiasman porque perciben apoyo a la fórmula K. Otros sugieren analizar los números con calma porque la foto de la semana pasada puede haber sido provocada por el impacto, tanto a favor como en contra, y porque falta inscribir alianzas, inscribir precandidatos y hacer campaña.

En Merlo, Alberto y Cristina arengaron a su tropa (Nicolás Aboaf)
En Merlo, Alberto y Cristina arengaron a su tropa (Nicolás Aboaf)

La primera semana fue de entusiasmo. "Estamos más organizados", se alegraba un intendente del Conurbano que no creyó en aquello de 'Unidos y organizados' y que se fue con Florencio Randazzo aunque antes de la elección que enfrentó al ex ministro con la ex presidenta volvió a cambiar.

Lo real es que se están integrando los equipos. Y hasta hay sorpresas. Hablan algunos que estuvieron en el Instituto Patria (espacio ultra K) de las coincidencias entre los comunicólogos de los diferentes sectores, unidos por el deseo de buscar una estrategia ganadora y en términos peronistas por el 'espanto' que les genera el macrismo.

"Los necesito", arengó Alberto Fernández a los jefes comunales bonaerenses. Lo hizo en primera persona del singular. Fue muy parecido su discurso en Ferro. Y lo mismo repitió Cristina Kirchner en Merlo al pedir a militantes y dirigentes que se pongan a trabajar en la campaña electoral.

Eso sí. Sugieren avezados dirigentes, a los que Fernández escucha, que salgan más a la calle, que hablen con la gente y que tengan menos de estos actos K. Terminó lo que sería una 'presentación familiar'.