A las 13 en punto, doscientos invitados especiales aguardaban la llegada del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, que está protagonizando una visita relámpago a Buenos Aires. Almagro ingresó con una sonrisa diplomática al salón Versalles del hotel Alvear, y aguardó en la mesa principal del almuerzo organizado por el Consejo Interamericano de Comercio y Producción (CICyP), antes de repudiar al régimen de Nicolás Maduro y su propensión a desestabilizar a América Latina y cometer infinitos actos de corrupción.
"Venezuela es uno de los países más corruptos del planeta", aseguró Almagro. En primera fila, con cara de preocupación, asentían Eduardo Eurnekian, Daniel Funes de Rioja, Fulvio Pompeo, Miguel Ángel Pichetto, Daniel Pelegrina, Adelmo Gabbi y Cornelia Schmidt, que por sus distintas actividades profesionales tienen que lidiar con las decisiones que Maduro ejecuta en Caracas.
Antes que Almagro llegará al hotel Alvear, todos los invitados conversaban sobre un tema particular: la fórmula peronista Fernández-Fernández. Y todos a su vez coincidían en la misma opinión: sorpresa total e incertidumbre electoral hacia adelante. "Final abierto. No se qué decir", apenas balbuceó un importante empresario cuando Infobae intentó conocer su pensamiento sobre la abrupta decisión que tomó Fernandez para designar a Fernández.
La cautela del poderoso empresario local se repitió cuando Almagro fue interrogado por los comensales invitados por el CCyP. El secretario general de la OEA sonrió con disimulo y contestó generalidades diplomáticas al hacer frente a una pregunta obvia que vinculó al kirchnerismo con el régimen populista de Maduro. "Ustedes están en un proceso electoral, y no corresponde que yo opine al respecto", explicó el secretario general de la OEA.
Al margen su posición cautelosa frente al escenario electoral, Almagro fue contundente respecto a la corrupción en Venezuela. "Todo el caso de Odebrecht en la región implicaron 800 millones de dólares (de coimas), un sólo caso de corrupción investigado en Miami –PDVSA– significaron 1.200 millones de dólares (en cohechos)", sostuvo el secretario de la OEA.
Antes de almorzar en la mesa principal con empresarios clave del país, Almagro desayunó con el canciller Jorge Faurie, y tomó café en la Casa Rosada con el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y Pompeo, secretario de Asuntos Estratégicos. Almagro tiene una posición firme respecto a Venezuela y apoya la re re elección de Evo Morales, una posición política regional que hace cierto ruido en la administración de Mauricio Macri.
Sin embargo, y pese las diferencias diplomáticas que esta situación produce entre el secretario de la OEA y el gobierno argentino, Macri ya decidió que apoyará su propia reelección como titular del principal organismo multilateral de la región. De hecho, el secretario Pompeo estaba sentado en la mesa principal junto a Almagro y lo elogió durante un breve contacto con los periodistas. "Su voz es muy importante para América Latina", dijo.