El regreso de Marcos Peña

Después de meses fuera de los medios, ya dio cinco entrevistas y en cualquier momento vuelve a dar conferencias de prensa. Confianza en el repunte de la economía y su visión de las próximas elecciones

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Marcos Peña retratado por Infobae en su despacho en marzo pasado(Nicolás Aboaf)
Marcos Peña retratado por Infobae en su despacho en marzo pasado(Nicolás Aboaf)

No le gusta explicar por qué se fue, ni por qué volvió. Pero, definitivamente, Marcos Peña encaró su paulatino regreso a la escena mediática que hasta la crisis cambiaria de agosto del año pasado lo tenía como protagonista cotidiano. Ordenado y sistemático como es, primero dio reportajes  a tres medios gráficos –entre ellos Infobae-, luego al programa de TV de Luis Novaresio  y ayer al de radio de Marcelo Bonelli.

No lo va a anticipar, pero está claro que en cualquier momento reaparece también en las conferencias de prensa que habitualmente se realizan después de las reuniones de Gabinete nacional, en Casa Rosada, donde hasta Mauricio Macri habló con los medios acreditados para poner la cara en momentos difíciles del último año.

Así fue, por ejemplo, después de que Boca y River Plate no pudieron jugar la superfinal de la Libertadores, un episodio que ocurrió a 72 horas antes de la realización del G20. Ese día se vio un Macri amargado frente a la sucesión de contratiempos. "Fue un día triste, frustrante", dijo. Sin embargo, su Jefe de Gabinete se mantuvo refugiado en su despacho del primer piso.

Pero hasta el 30 de agosto, Peña había tenido un alto protagonismo mediático. Ese día, por la mañana, abrió el seminario del Council of Américas que se realizó en el Alvear hotel, con una fenomenal concurrencia de empresarios de los más diversos sectores de la economía.  El día anterior, el dólar había trepado a $34 y desde el comienzo aceptó que el momento "es difícil", aunque en ningún momento se mostró derrotado ni agobiado.

El dólar terminó cerrando en $39, y aunque cambió el horario, el Jefe de Gabinete cumplió con su palabra de aceptar un reportaje público de Joaquín Morales Sola en la jornada "Diálogos para la Argentina", que el Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires realizó en el marco de su 105º aniversario. El día había sido intenso, al punto que tuvo que desmentir su propia renuncia.

"Los cambios son una definición del Presidente. Si creyéramos que eso puede ayudar, lo podría hacer, pero hoy no lo piensa", sentenció entonces, aunque el fin de semana siguiente hubo un tembladeral en el seno del Gobierno que llevó a la mitad el Gabinete y sacó de la cancha a algunos funcionarios, como fue el caso de Mario Quintana.

La última vez que Peña dio una conferencia de prensa fue el 30 de agosto de 2018. (Guillermo Llamos)
La última vez que Peña dio una conferencia de prensa fue el 30 de agosto de 2018. (Guillermo Llamos)

Fue ahí que decidió evitar el perfil público, un poco enojado con los medios, a los que juzgó cínicos y poco responsables con el contexto, pero también con la realidad, que le había demostrado que era más reacia a su optimismo de lo que había esperado. Sin embargo, no se deprimió, ni se enfermó, tampoco dejó de ir a trabajar en sus horarios habituales y siguió concentrando los hilos de la gestión, quizás con mayores responsabilidades de las que tenía antes de que Quintana y Gustavo Lopetegui abandonaran sus despachos de vicejefes de Gabinete.

Ahora está convencido de que lo peor ya pasó, pero no quiere decirlo porque la realidad lo contradijo en muchas ocasiones. No duda de que, muy lentamente, la inflación comenzará a bajar, el consumo a recuperarse y el dólar a estabilizarse. También de que la exportación crecerá, la confianza volverá y la incertidumbre se alejará, quizás por mucho tiempo. Es lo que le fue diciendo a los que mantuvieron reuniones con él durante los últimos días, aunque -por las dudas- se cuida en salud. ¿Y si lo peor no pasó?, piensa pero no dice.

Además, explica que de la elección del 2019 hay que ver la película. Las encuestas lo dan a Macri perdiendo en segunda vuelta, pero ese escenario no es distinto al que tuvo en esta misma época del año en el 2015, ni tampoco en el 2017. Por entonces las elecciones se perdían y, finalmente, se ganaron. Recuerda, una y otra vez, que las elecciones a Daniel Scioli fueron ganadas por menos de dos puntos y no cree que logren una diferencia mayor si no logran lo que sería el principal -y difícil- objetivo: ganar en primera vuelta.

Peña no menciona a sus interlocutores las ventajas que supone manejar los resortes del Gobierno nacional, pero cualquiera que lo escucha las da por supuesto porque ningún oficialismo tiene problemas a la hora de solventar una campaña. Más bien, deja traslucir que sabe que buena parte de las tensiones de campaña son un posicionamiento para el manejo de los fondos.

En la apertura del Council of Américas, 30 de agosto, dialogando con Rodríguez Larreta. (Foto: Maximiliano Luna)
En la apertura del Council of Américas, 30 de agosto, dialogando con Rodríguez Larreta. (Foto: Maximiliano Luna)

Y si está cansado del rol, no lo transmite. Uno de sus adversarios dentro de Cambiemos asegura que "Marcos ahora entró en modo campaña, que es su zona de confort, y ya no va a molestar a nadie". Otro se enfoca en el curioso hecho de que "los gobernadores, funcionarios y políticos que tienen mejor imagen son los que hacen lo que quieren, sin escuchar sus directivas". Un tercero reitera lo que tantas veces se dijo, que "si Marcos hubiera sido el secretario de medios y el jefe de campaña, y un político experto se ocupaba de la jefatura de gabinete, muchos problemas se hubieran evitado".

Hoy ya es tarde para lágrimas. El Gobierno fue lo que quiso o lo que pudo hacer Macri, que llegó a la Presidencia contra los pronósticos de los más expertos analistas, muchos de los cuales vuelven a poner en duda que repita la hazaña. Derrotar a los que los ningunean es el desafío que más le gusta a la mesa chiquitita en la que se transformó el Gobierno donde, por lo menos, están dejando asomar al ministro del Interior, Rogelio Frigerio.

Mientras tanto, le prenden una vela a "las condiciones externas". "Dependemos de que no se mueva ninguna pieza afuera", concluye un asesor muy allegado a Macri, que asegura que no se puede hacer más que esperar que no pase nada. Es algo que sabe todo el círculo rojo, por eso no se animan a cerrarle la puerta a nadie que se anime a domar el potro de la Argentina a partir del 10 de diciembre de 2019.