Citan a indagatorias en Uruguay por la compra de un terreno vinculado al empresario Carlos Wagner

Lo ordenó la jueza Dolores Sánchez ya que la operación está sospechada de lavado de dinero. Entre los citados está Juan Pedro Damiani, el intermediario favorito de los argentinos para operar off shore

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La jueza contra el Crimen Organizado Dolores Sánchez citó a declarar a varios ciudadanos uruguayos relacionados con las sociedades que intervinieron en la compra de un terreno de 7.000 m2 en Punta del Este, por parte de Decavial Uruguay, una firma vinculada a Carlos Wagner. Fue a pedido del fiscal Luis Pacheco, quien investiga la operación por posible lavado de dinero. En nuestro país, esta compra-venta también quedó en la mira del juez federal Sebastián Casanello, en el marco de la investigación de la ruta del dinero K.

La convocatoria a declaración indagatoria alcanza, además, a Juan Pedro Damiani, el titular del estudio uruguayo que actuó de intermediario, y ex presidente de Peñarol. Como principal cliente del bufete panameño Mossack Monseca en el Río de la Plata, Damiani es el preferido de los argentinos para operar offshore.

El terreno, ubicado en la parada 8 de playa Brava de Punta del Este, fue embargado preventivamente el 24 de septiembre pasado, según reveló el periodista Nicolás Delgado en el programa Todo pasa, de Oceáno FM. Identificado con el padrón Nro. 10.665, está ubicado muy cerca de la torre Trump, en una zona muy cotizada por tener autorización para construir edificios de más de 20 pisos.

Según información del Banco Comercial de Montevideo enviada por la Justicia uruguaya en respuesta a un exhorto del juez Casanello, el predio fue comprado por Decavial Uruguay SA, controlada por la constructora Decavial SAICAC, de la cual Wagner es dueño del 30% de las acciones

El vendedor fue Jaguar Capital LLC, una firma registrada por Mossack Fonseca inicialmente en el estado norteamericano de Nevada y luego redomiciliada en Panamá, con la intermediación de Damiani.

juan pedro damiani peñarol 1920Juan Pedro Damiani, titular del estudio uruguayo que actuó de intermediario.

Decavial Uruguay realizó la compra a través de otra sociedad de la que es dueña, Dubris SA, con el objetivo de llevar adelante la construcción de un hotel condominio cinco estrellas– el Beelive Brava Tower & Hotel- que finalmente no se concretó.

Las revelaciones de la causa de los cuadernos en Argentina y la declaración como arrepentido de Wagner – admitiendo el pago de coimas a funcionarios del anterior gobierno para adjudicarse obras públicas-, reactivaron la investigación en Uruguay sobre esta operación de la compra del terreno en Punta del Este.

En este expediente, Wagner ya fue procesado por el juez Claudio Bonadio como miembro de una asociación ilícita que recaudaba pagos ilegales de beneficiados con los contratos del Estado.

Carlos Wagner. Su declaración como arrepentido reactivó la investigación en Uruguay por lavado.
Carlos Wagner. Su declaración como arrepentido reactivó la investigación en Uruguay por lavado.

La conexión con Helvetic

Por la operación, Decavial acordó en 2013 transferir a Jaguar Capital LLC la suma de USD 16,5 millones a una cuenta a nombre de su controlante, la firma Helvetic Services Group, en el LGT Bank del Principado de Liechtenstein, un paraíso fiscal en el centro de Europa.

Fue justamente la conexión con Helvetic lo que hizo que el nombre de Wagner apareciera mencionado en la prensa vinculado a la ruta del dinero K en 2014. Se trata de la misma sociedad que en los papeles compró SGI, la financiera de Elaskar, cuando pasó a ser controlada por Lázaro Báez a través de su contador Daniel Pérez Gadin.

Registrada en Suiza, Helvetic es una sociedad vehículo utilizada como fiduciaria por distintos clientes argentinos para operaciones financieras e inversiones, a fin de  dificultar la trazabilidad del dinero y de que no se identifiquen sus nombres.

Según reveló el semanario Perfil en una investigación conjunta con el diario uruguayo El Observador, en los documentos de la Dirección de Catastro de Uruguay figura que Jaguar Capital había comprado ese terreno y otro lindero, en 2006, por USD 3 millones, y que el predio – ahora embargado- estaba tasado al momento de ser vendido a Decavial en USD 2 millones, una cifra muy inferior a los USD 16,5 millones acordados. Esa diferencia en las cifras es lo que activó las alertas ante una posible operación de lavado y/o de evasión impositiva.

De acuerdo a los mails entre Damiani y Mossack Fonseca revelados por el semanario oriental Búsqueda en los Panama Papers, la operación se pactó con un pago inicial de USD 1,1 millones, otro de USD 4,4 millones al momento de la escritura, y luego mediante el pago de 11 cuotas consecutivas e iguales de USD 920.000 dólares, y una más de USD 800.000. Según los investigadores, estas transferencias, al ser inferiores al millón de dólares, buscaban evitar las alertas bancarias ante posibles maniobras de lavado de dinero.

Según puso saber Infobae, del monto total, se llegaron a pagar USD 7,5 millones. Los pagos se interrumpieron luego de que Helvetic quedara implicada por la prensa en la causa de la ruta del dinero K.

Finalmente, la operación se concretó en 2016, cuando Dubris SA compró por los USD 9 millones restantes el paquete accionario de Shoreview Properties INC, la firma escindida de Jaguar Capital que se quedó con el terreno en la mira judicial.

Fuentes vinculadas a Decavial le aseguraron a este medio que el dinero inyectado por la empresa en Argentina a su filial uruguaya para la compra del terreno en Punta del Este, fue "todo en blanco". También señalaron que el pedido para transferir los fondos a una cuenta de Helvetic en Liechtenstein fue de Jaguar Capital, y negaron cualquier vinculación con Báez. Ante la consulta de quiénes estaban detrás de Helvetic, se negaron a informar los nombres.

La declaración de Damiani, si se decide a brindar explicaciones, podría develar el misterio de quien está detrás de Helvetic.

En la ruta del dinero K, Wagner está investigado y fue incluido en un amplio peritaje sobre su patrimonio, que alcanzó  a todos los imputados. Sin embargo, hasta el momento no fue imputado formalmente por el fiscal Guillermo Marijuán, ni citado a indagatoria.

En un escrito que presentó en forma espontánea en el Juzgado de Casanello, el titular de ESUCO manifestó que el presidente de Decavial Uruguay, Miguel Marcelino Aznar, había aclarado que ni él -por Wagner-, ni ninguna empresa de Báez tuvo relación alguna con Decavial Argentina.

Según analizan en los Tribunales Federales de Comodoro Py, a partir de su declaración como arrepentido del titular de ESUCO en la causa de los cuadernos, "hay sospechas sobre el posible origen ilícito de su patrimonio, y que podría explicar la compra de bienes en el extranjero, para la cual puso haber usado a Helvetic".

Fuentes de Decavial aseguraron a Infobae que Wagner "no tuvo ni tiene participación en el directorio" de la filial uruguaya de la empresa, ni de Dubris SA – la firma a través de la cual se concretó la operación inmobiliaria sospechada-, ya que es "un  accionista pasivo". Y, para intentar despegarse de ex presidente de la Cámara Argentina de la Construcción, agregaron que "ningún integrante de Decavial tiene participación en sus empresas".

Hasta ahora, ni Wagner ni Aznar, fueron incluidos en la citaciones hechas por la jueza Sánchez en la investigación en Uruguay.

Nueva torre de departamentos frente a la playa

El proyecto inmobiliario de Decavial para construir 28.700 m2 en una torre   en el terreno frente a playa Brava, ya fue aprobado por el municipio de Maldonado en diciembre pasado, y actualmente, está en trámite la desgravación impositiva para este tipo de emprendimientos. Ya no será un hotel de lujo, sino departamentos en 28 pisos en altura.

Sin embargo, el embargo preventivo dispuesto hace 10 días por la Justicia uruguaya, abre un interrogante sobre su futuro.

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