Adepa premió a Magdalena Ruiz Guiñazú y Norma Morandini

Las periodistas reivindicaron el rol del prensa, la verdad y la libertad de expresión

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Norma Morandini, Gustavo Mohme (SIP) y Magdalena Ruiz Guiñazú (Maximiliano Luna)
Norma Morandini, Gustavo Mohme (SIP) y Magdalena Ruiz Guiñazú (Maximiliano Luna)

El presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), Gustavo Mohme, llegó el jueves a Buenos Aires. "Su país nunca deja de asombrarme", se rió al abrir la cena de la Asociación de Entidades Periodísticas (Adepa) en su duodécimo viaje a la Argentina. Por la tarde tendría una reunión a la que trató de llegar temprano y se tomó un taxi. Le avisaron que los universitarios marchaban en el centro y tuvo que bajarse tres cuadras antes de su destino. Caminó ("no hay problema, dije, en Perú lo hago") y mientras caminaba pensaba si cambiaba dólares antes o después de la reunión. Mientras se decidía se largó una lluvia torrencial sobre la Ciudad. "Este país es más grande que sus problemas", celebró a pesar de la tarde agitada antes de contar que recibió un llamado de Venezuela, desde el diario La República, contándole sobre el cierre de diez medios independientes.

Todo eso lo dijo Mohme en la cena que tuvo lugar en Pur Sang, en Quintana casi esquina Montevideo, en el marco de un íntimo encuentro en el que las periodistas Magdalena Ruiz Guiñazú y Norma Morandini recibieron el Premio de Honor Adepa 2018.

Mujeres las dos, compartieron una charla moderada por Carlos Jornet, director de La Voz del Interior e integrante del Consejo Ejecutivo de la asociación.

La charla entre las dos mujeres, después de recibir el galardón, arrancó con una pregunta sobre la tan mentada 'grieta' en la sociedad y en el periodismo. "Ninguno de los presentes vamos a permitir situaciones como las que hemos vivido, nunca más", señaló Ruiz Guiñazú, reconocida por su trayectoria como periodista y en la defensa de los derechos humanos.  Morandini ya llegó emocionada: este jueves su madre hubiera cumplido años. "Soy lo que soy por ella", le contó a Hermenegildo Sábat, que llegó temprano. Incluso la cordobesa reveló que en parte buscó compensar a su madre por la pérdida de sus hijos, los dos hermanos desaparecidos de la periodista, Néstor y Cristina, secuestrados el 18 de septiembre de 1977. "Aún así no nos hemos resentido", dijo sobre ella y sobre su mamá de origen árabe que además no pudo estudiar.

Morandini arrancó en la universidad en los 70 ("me formé ideologizada", remarcó) y Ruiz Guiñazú sólo logró permiso familiar para escribir a los 17 en la revista Acción Católica. No la dejaron empezar en policiales.

"Me hace feliz ver la cantidad de mujeres que hay en las redacciones", celebró la cordobesa mientras seguían la presentación periodistas como Lorena Maciel y las integrantes de Adepa Nidia Povedano (del diario Río Negro), Ramona Maciel (de La voz del Pueblo de Tres Arroyos) y la titular del Ente Nacional de Comunicación (Enacom), Silvana Giudici, entre otras.

(Maximiliano Luna)
(Maximiliano Luna)

Morandini, que también fue senadora, hizo autocrítica sobre sus banderas de juventud. "Las revoluciones sociales terminaron en pesadillas totalitarias", subrayó y agregó que "el ejercicio de la libertad es que uno se apropie de la libertad. Decir lo que uno piensa no puede ser un acto de coraje sino de honestidad". Recibió aplausos que algunos tardaron en dedicarle porque estaban tomando nota de la frase en sus mesas, como el ex presidente de la entidad, Guillermo Ignacio, y Mariano Mohadeb, secretario de Medios de la provincia de Buenos Aires. Desde otra mesa la escuchaban el presidente de Adepa, Daniel Dessein de La Gaceta de Tucumán, y el secretario de Actas, Pablo Deluca de Infobae.

Entonces intervino Magdalena. "Hay cosas que van más allá del hedonismo, son una obligación y no cumplir una obligación es un delito", sentenció sobre el rol del periodismo más allá de ideologías o posiciones personales.  En ese sentido pidió "reglas" y argumentó que "no es estar a favor de uno o de otro, hay que luchar por la libertad".

Sobrevoló la previa y la charla formal la cuestión de las noticias y falsas noticias en las redes sociales y en Internet. Morandini defendió el rol del periodista cuya credibilidad se pone en juego "y está obligado a la verdad". "Hay mucha irresponsabilidad", advirtió luego de apelar al compromiso en la profesión y de pedir un par de cosas. Una, "no utilizar la libertad para incitar a la violencia o al odio". Y la otra, "no utilizar el micrófono para asustar al otro". Toda una definición en un día lleno de rumores de cambios de gabinete y una estrepitosa subida del dólar.