Tragedia de Once: Julio De Vido será trasladado desde la cárcel la semana que viene para participar de la próxima audiencia

La Justicia requirió que Julio De Vido sea trasladado desde la prisión para afrontar la próxima audiencia por el juicio oral que se lleva adelante por la tragedia de Once.

El operativo tendrá lugar el próximo 1 de noviembre, fecha en la que fue fijada la continuidad del juicio. En esa audiencia comenzarán a declarar los primeros testigos del proceso.

El Tribunal Oral Federal 4 dispuso entonces que para esa fecha, Julio De Vido esté presente "con la finalidad de no frustrar la continuidad de la audiencia". Por lo tanto, pidió "el traslado a primera hora del 1° de noviembre".

De Vido no tendrá opción. Es que el TOC aclaró además que "para el caso de que el nombrado se niegue a ser trasladado, se disponga su traslado por la fuerza pública".

En las próximas horas se definirá si el operativo se lleva adelante desde el penal de Ezeiza, en donde está encarcelado actualmente, o si el traslado será desde la prisión de Marcos Paz. La defensa del ex funcionario argumentó que es necesaria la segunda opción ya que allí contaría con mejores condiciones, teniendo en cuenta que es insulinodependiente.

En la última audiencia, el ex superministro del kirchnerismo se había negado a declarar. Por entonces, desde el banquillo de los acusados indicó que lo hará "más adelante". Minutos antes, los jueces Pablo Bertuzzi, Guillermo Costabel y María López Iñíguez rechazaron la absolución de De Vido que había solicitado su defensa.

Por la tragedia de Once, De Vido está acusado por estrago culposo agravado y administración fraudulenta, delitos que prevén penas que van de tres a once años de prisión.

La tragedia ocurrió la mañana del 22 de febrero de 2012 cuando un tren de la línea Sarmiento chocó en la estación Once y provocó la muerte de 52 personas y dejó heridas a más de 700.

En un primer juicio el Tribunal Oral Federal 2 condenó a los ex secretarios de Transporte Ricardo Jaime, a la pena única de seis años de prisión, y Juan Pablo Schiavi, a ocho años; a Sergio Cirigliano, dueño de Trenes de Buenos Aires que tenía la concesión del servicio, a nueve años; a 17 ex directivos de esa compañía; y a Marcos Córdoba, el motorman que manejaba el tren, a tres años y seis meses.