Mónica Gutiérrez: "Estas elecciones son el principio del fin del cristinismo... pero no sé si del kirchnerismo"

La periodista analizó para Infobae el escenario luego de las legislativas del 22 de octubre. “Muchos gobernadores e intendentes que acompañan a la ex presidente están esperando que entre al Senado un poquito debilitada”, afirmó

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"El resultado de las PASO robustece a Cambiemos, le dio aire", aseguró Mónica Gutiérrez en diálogo con Infobae. Durante la entrevista, analizó el escenario post electoral, cuánto influirán en los resultados los casos de corrupción y qué papel tendrá Cristina Fernández de Kirchner si se convierte en senadora. Además, examinó el vertiginoso avance de las tecnologías, su peso en los medios de comunicación y el uso -o abuso- que hacen de ellas los políticos argentinos.

-¿Qué ocurrirá después de las elecciones?

-La polarización contrapone dos modelos, uno que ya está en retirada. Estas elecciones son el principio del fin del "cristinismo", no sé si del kirchnerismo… Porque a partir de aquí, cualquiera sea el resultado, salvo que hubiera un amplio margen a favor de Unidad Ciudadana, viene un proceso de desgajamiento. Mientras Cristina Fernández de Kirchner esté en un espacio de poder, con sus características personales, con esa manera de comunicar, de ejercer la centralidad que ella tiene en la comunicación, va a ser difícil que el peronismo se reorganice, se ordene y encuentre un nuevo liderazgo… Por ahora no lo hay.

-¿Cómo fue ejercer el periodismo durante el kirchnerismo?

-Para mí fue uno de los peores momentos de la democracia, y excluyo totalmente la dictadura. Fue muy duro sobre todo a partir de 2008 -pero no empezó allí- cuando se produce el conflicto con el campo y empieza a generarse la tensión de la grieta, en términos ideológicos, tan maniqueístas, tan de enfrentamiento. Y los medios empezamos a quedar dentro de esa dinámica. Y ejercer el periodismo en una sociedad tan polarizada y enferma de tensiones es muy difícil, sobre todo cuando desde un sector del poder te van acorralando y te impiden ponerte en el lugar de periodista profesional, que es el de mirar desprejuiciadamente lo que va pasando. La primera función del periodista no es opinar, estamos para mirar, contar, informar y, en tal caso con herramientas privilegiadas que nos da el contacto con los protagonistas y actores del poder, dar un escenario donde la gente pueda interpretar con su propia mirada e ideología lo que está pasando. Fue muy difícil.

Ejercer el periodismo durante el Kirchnerismo para mí fue uno de los peores momentos de la democracia

-¿Ahora cambiaron las cosas?

-En los últimos dos o tres meses fue un horror de nuevo. En la última semana, con estas novedades de las encuestas, aflojó un poco. Pero el nivel de tensión de los últimos meses fue casi igual al de 2015. La relación con los actores del poder sí es más fluida con este este gobierno. Pero nunca la relación con el poder de turno es buena del todo, porque hay una tensión entre el periodismo -cuando está cumpliendo su rol- y el poder. El periodismo funciona como una suerte de contrapoder, pero cuando las reglas del juego permiten un periodismo profesional es una cosa y cuando terminás acorralado con el enfrentamiento, es otra.

-¿Cómo se imagina el rol de Cristina Kirchner como senadora?

-Dependerá mucho de los números, de con qué fortaleza entre al Congreso. Muchos de los que hoy están contenidos no quieren que Cristina entre ganadora al Senado. Muchos gobernadores e intendentes que acompañan están esperando que entre un poquito debilitada. Porque quieren recuperar algún tipo de liderazgo para el peronismo. No hay un líder que despunte, porque si lo hubiera, las cosas serían diferentes. Hay que concederle a Cristina una centralidad que tiene que ver con su poder muy fuerte de comunicación.

Muchos gobernadores e intendentes que acompañan a Cristina están esperando que entre al Senado un poquito debilitada

-¿Cristina cambió su manera de comunicar?

-No, no, no mucho. Bueno, ustedes la tuvieron aquí en Infobae. En la entrevista con Luis Novaresio fue más parecida a Cristina que nunca. Se mostró tal cual como era. Cristina tiene mucho dominio de la pantalla, de la cámara, de la comunicación, de la entrevista.

-¿Y Cambiemos?

-El resultado de las PASO lo robusteció, lo habilitó hacia adelante, le dio aire, el acompañamiento de muchos votos. Creo que se encontraron con un panorama bastante más complejo del que pensaban. Se dieron cuenta de que no era tan fácil manejar la situación y producir un cambio en este país que tenemos. No solo las condiciones económicas, también por la corrupción… Donde tocás, salta un nido de corrupción. No solo de los funcionarios del gobierno anterior: son los funcionarios, los empresarios, los policías, los sindicalistas… Da vergüenza. Los escenarios que se van abriendo ya ni nos sorprenden.

Donde tocás, salta un nido de corrupción. No sólo de los funcionarios del gobierno anterior: son los funcionarios, los empresarios, los policías, los sindicalistas… Da vergüenza

-¿Hay cambios en la Justicia?

-La Justicia se va acomodando un poco. Vino bastante lenta, temerosa… o cómplice. Empiezan a moverse un poco y ponerse en función de un tiempo nuevo. Este escenario a pocos días de las elecciones, con Amado Boudou en el banquillo de los acusados, con Julio De Vido en el banquillo, Ricardo Jaime pidiendo que le habiliten ver los partidos de fútbol desde la cárcel… es un escenario que meses atrás parecía impensable. Espero que esto no tenga que ver con este tiempo preelectoral.

"Angustia tecnológica"

-¿Cómo cambió el periodismo a partir de las nuevas tecnologías?

-Comprenderás que pasé por todas las tecnologías posibles. Cuando estudié comunicación lo que esperábamos era otra cosa. A mí me resulta fascinante. Soy muy curiosa de lo nuevo, de lo tecnológico. Trato de estar siempre actualizándome, pero hace dos o tres años sufro una angustia muy especial porque el ritmo de la innovación es tan vertiginoso, intenso, rápido, que es muy difícil seguir el tren. La comunicación ha cambiado y el mundo cambia a partir del cambio en la comunicación

-¿Cómo se alcanza la comunión entre el vértigo tecnológico y la rigurosidad periodística?

-Hoy tenemos herramientas y recursos que eran impensables, 10,15 o incluso 5 años atrás; y utilizar esas herramientas nos demanda una apertura muy fuerte, sobre todo a los que venimos de la etapa pre-digital. Tenemos que usar bien esas herramientas, optimizarlas sin perdernos en el fárrago de la informaciónTenemos que reubicar nuestro rol en esta nueva escena, donde se han roto los paradigmas del tiempo y del espacio, y descubrir la resignificación de nuestra tarea… Adaptarnos a una nueva manera de la información. Para no mirarnos el ombligo de los periodistas, la vida de la gente ha cambiado. La gente recibe la información de otra manera, la procesa de otra manera, quiere ser parte de la conversación, ser parte de los debates. A veces lo hace bien, a veces no sabe cómo hacerlo o se pierde en la crítica. El teléfono ha pasado a ser la primera pantalla. Hay generaciones de chicos que entran al nuevo mundo de la información sin pasar por el ordenador o por el iPad, entran directamente por el teléfono. Es que podés hacer todas las cosas de la vida: comunicarte con los que querés, con los que no querés, transmitir ideas, subir videos, pagar el banco, un café… El desafío es cómo ubicar nuestra humanidad con límites en ese nuevo espacio y tiempo. El riesgo más grande es para las personas hiperactivas -como yo- que tenemos que recuperar algunos tiempos muertos. Solo cuando hay tiempo de desconexión podés crear. Se crea cuando se desconecta.

– ¿Cuesta desconectarse?

-El teléfono es como un laberinto: entrás a ver un mail, pero justo entra un Whatsapp, o una alerta, y te perdés en el laberinto del teléfono. Sabés por dónde entrás, pero no sabes por dónde vas a salir… o si vas a salir. El tema no es desprenderse del teléfono, es recuperarse a uno mismo con el teléfono en la mano. Usarlo todo lo que necesitás sin que te coma la cabeza. Esto es propio de un tiempo tan disruptivo como este. Uno debe ubicarse en función de una nueva escena.

-Las redes sociales, las nuevas tecnologías, ¿cambian el poder de los medios de comunicación?

-Creo que se resignifican los espacios de poder. Las redes son un instrumento hermoso y valiosísimo, pero también corre mucha cosa que no sirve. Cómo discriminar la información cierta y valiosa de lo que no lo es. Las redes abren la posibilidad de comunicación a todo el mundo. Deja de ser vertical, es interactiva y eso la enriquece. Los medios también tienen su espacio en ese nuevo mundo. Es mucho más exigente para los medios y para los periodistas. Los medios están obligados a certificar la información. Un periodista no puede subir a su cuenta cualquier cosa porque está en juego su credibilidad y un medio está más obligado que nunca a ser fiel a la verdad, porque si no, deja de tener rol. Es un desafío hermoso el que viene, sobre todo para los empiezan ahora.

-¿Cómo manejan las redes los políticos?

-Los políticos se han pegado cada golpe… Es que la gente se engolosina con la comunicación, cree que todo es posible de contar, abre puertas a espacios íntimos que son inconducentes. Cuando cuentan el minuto a minuto de sus vidas, te enterás más de las vulnerabilidades que de las fortalezas.

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