José Nun: "Cristina Kirchner ya fue, no tiene chances de ir a las presidenciales”

El politólogo e intelectual aseguró que "se exageran las consecuencias" del resultado de las elecciones legislativas

Compartir
Compartir articulo
José “Pepe” Nun critica al kirchnerismo dentro de los movimientos populistas de la región (Foto de archivo).
José “Pepe” Nun critica al kirchnerismo dentro de los movimientos populistas de la región (Foto de archivo).

José "Pepe" Nun (82) deja la huella marcada del análisis histórico en cada respuesta. Sus palabras son filosas por momentos, más suaves por otros, pero siempre contundentes. El académico y politólogo toma distancia del kirchnerismo, a pesar de haberse desempeñado como secretario de Cultura durante la presidencia de Néstor Kirchner y Cristina Kirchner hasta 2009, cargo al que renunció al son de los tintes populistas que empezó a notar.

"No soy ni gorila ni antiperonista", se define entre una pregunta y otra en una entrevista con Infobae a dos semanas del primer paso antes de las elecciones legislativas de octubre: las primarias del domingo 13 de agosto.

Más allá del análisis de la coyuntura, Nun considera que la Argentina deberá atravesar por dos decisiones clave: la industrialización del país y la redistribución del ingreso. "La cuestión de la pobreza se debe dejar de esgrimir de derecha a izquierda, para plantear la responsabilidad que tienen los sectores más ricos de la sociedad", dijo de forma contundente, con la responsabilidad del Estado pero también de los empresarios.

-Se discutió mucho sobre la necesidad de tener o no unas primarias (PASO). ¿Tienen sentido en el contexto actual?
-Todo depende de la experiencia concreta. Y muestra que la Argentina hasta ahora no tienen sentido, es un gasto de plata inútil porque la política argentina está dominada por los personalismos. No hay partidos políticos suficientemente grandes y estructurados que permitan un debate ideológico e interno que se resuelva mediante la designación de uno u otros candidatos. Estas PASO no van a cumplir ninguna función relevante.

-¿Y qué le ocurrió a la Argentina que no tiene partidos políticos grandes y estructurados?
-La Argentina como tal se constituyó hacia 1880. En total, tenemos alrededor de 137 años de vida como país. Si a esos 137 años le resta 36 años de la república oligárquica anterior al voto universal y secreto, en la que no existía la democracia, los 35 años bajo dictaduras militares, y los 19 años de peronismo proscripto, esto le da 90 años. Quedaría menos de medio siglo, dentro de los cuales hay muchos años de populismo, que tampoco es un movimiento que tenga interés en el pluralismo de los partidos políticos. Perón lo decía en 1949: "los partidos políticos son un legado arcaico que tenemos que ir suprimiendo". Se va a dar cuenta que en el país no ha habido espacio ni tiempo para consolidar partidos políticos dignos de su nombre.

-¿Usted cree que algún partido político dará ese debate ideológico en el futuro?
-Es difícil de contestar esa pregunta. El partido radical tiene un estructura territorial importante, pero está agonizando. El peronismo es un movimiento que no tiene interés, porque no es partidario de la democracia republicana y que establece nuestra Constitución. Y Cambiemos es un partido muy joven que aunque tiene expresiones territoriales amplias, son de muy poca consistencia y mucho menos ideológica. La respuesta es pesimista.

“Se exageran las consecuencias de estas elecciones, y no se advierte que cualquiera que gane lo hará por unos puntos”.

-Muchos votantes admiten que el kirchnerismo es corrupto e igual lo votarían en las elecciones legislativas. ¿Qué dice eso de la sociedad argentina?
-Es un tema que supera a la sociedad argentina, ocurre en muchas partes del mundo. Un partido que se asocia con momentos de distribución, porque han sido momentos de auge económico, aunque haya fracasado, queda en las creencias de ciertos sectores sociales de que puede regresar y otra vez distribuir. El peronismo se ha disgregado en diversas fracciones, y la que estuvo en el poder es la Unidad Ciudadana. En los últimos años de su gobierno, el país estuvo estancado y la pobreza creció de un modo sorprendente. Pero queda en muchos sectores vulnerables la idea de que de todas maneras, si pueden tener algún poder, harán algún tipo de distribución.

-¿Esta idea predomina en todo el país?
-No, se ha empequeñecido tanto que está casi exclusivamente referido al conurbano bonaerense, y como usted sabe, las encuestas les dan popularidad a la ex presidente Kirchner en esa zona. Entonces, son grupos vulnerables, excluidos que tiene por lógica preocupación su supervivencia, y dicen: "el tema de corrupción no me interesa, la justicia tampoco, me interesa poder tener un techo y darle de comer a los míos, y si no lo consigo ahora apuesto a que los de antes me lo puedan dar". Ésta es una parte de la explicación.

-¿Y la otra parte de la explicación?
-En el mundo de las creencias, no opera el racionalismo. Operan otras cosas. Y la prueba está en que los movimientos que periódicamente anuncian el fin del mundo, que es algo no opinable, la mayoría no se disuelve cuando la predicción no se cumplió. El análisis de las creencias es muy complejo. Y así como el tango es un sentimiento que se baila, el peronismo es un sentimiento que se vota y se vota de distintas maneras.

-Durán Barba aseguró que "el voto duro de Cristina Kirchner está vinculado al narcomenudeo". ¿Qué opinión le merece esa definición?
-Si lo planteó así, es un recurso pobre y condenable en una campaña política. Es poco noble porque identifica a los sectores más vulnerables del conurbano con el tráfico de drogas. Y aunque haya tráfico de drogas en el conurbano, el conurbano no es tráfico de drogas.

-¿Qué evaluación hace de Durán Barba como asesor?
-A los resultados me remito, hasta ahora le salieron bastante bien las cosas que propuso. Otra cosa es hablar de la política. La política y la democracia no se agotan en un acto electoral, de lo que se trata es de hablar de proyectos de largo plazo que pueda tener sentido para la gente hacia donde se camina el país, por qué se le pide sacrificio. Si se le pide sacrificio diciéndole que una situación es pasajera, que en unos meses estará mejor, no sirve para nada.

-¿Es un fracaso como república que los políticos se concentren en el resultado electoral de la provincia de Buenos Aires?
-Si hacen eso, efectivamente sería lamentable. Pero no creo que hagan eso. Todos mirarán a la provincia de Buenos Aires, que concentra el 40% de la población del país, pero no todos juegan ese juego. Los cordobeses, los mendocinos o los chaqueños no están pegados a lo que pasa en Buenos Aires y es significativo, porque se están exagerando las consecuencias de estas elecciones de medio término, y no se advierte que cualquiera que gane lo hará por unos puntos. Si el Gobierno gana por unos pocos puntos, se sentirá ratificado en lo que hace. De todas maneras habrá una parte de la población que seguirá sin estar de acuerdo en lo que hace.

-¿Y si es Cristina Kirchner la que gana por algunos puntos?
-Se va a sentir contenta, pero no irá mucho más allá de eso el reconocimiento. Logrará lo que se ha propuesto: tener fueros para no ir presa eventualmente.

-¿Cree que si gana Cristina Kirchner se puede establecer una presunción de ir por las presidenciales en 2019?
-De ninguna manera, yo creo que aunque gane por unos puntos Cristina ya fue, y de eso tienen mucha consciencia sus simpatizantes. No tiene oportunidad ni chance de ir a otra elección presidencial. El Gobierno eligió hace rato a Cristina como la adversaria ideal. Fue bastante alimentada su presencia por sectores afines al gobierno pensando que era una adversaria más fácil.

-¿Cree que el Gobierno pecó de inocente?
-Vamos a ver, vamos a ver. Todavía no está nada resuelto.

“La grieta existe, es lamentable pero cierto. Esperemos que haya un proyecto que unifique a la sociedad para que desaparezca”.

-Muchos candidatos se definen como peronistas pero en estas elecciones no se ven signos del partido desde lo simbólico, como el escudo del Partido Justicialista o imágenes de Perón y Eva Perón. ¿Por qué cree que se dio ese cambio?
-Hay mucho más cuidado. Nadie quiere hacerse cargo de las consecuencias que significa esa identificación, todas las oportunidades que perdió el país debido a ese populismo peronista. Y esto lo dice alguien que nunca fue gorila, que nunca fue tampoco peronista. Se corre el riesgo de ser interpelado acerca de Menem, se corre el riesgo de ser interpelado acerca de Cristina Kirchner. También es muy difícil que alguien haya ocupado lugares muy prominentes en el área política del gobierno kirchnerista y que ahora mire para otro lado, es casi una burla.

-¿Lo dice por los candidatos Sergio Massa y Florencio Randazzo?
-Todo el mundo tiene derecho a cambiar, pero deben explicar muy bien los proyectos alternativos que poseen. Y sobre todo, que se haga una autocrítica consistente y expliquen por qué se cambió de posición.

-¿Y usted ve esa autocrítica en ambos candidatos?
-Muy poco. Veo el arte de la elocuencia que desvía la atención y trata de sortear las preguntas incómodas.

-La palabra y la idea de una grieta se instaló con fuerza en los últimos años. ¿Cree que existe y es tan mala como dicen?
-La grieta es consustancial a la Argentina. En la época de Rosas en el siglo XIX, se hablaba de amigo y enemigos: se les quitaban las tierras a los enemigos y se repartían entre los amigos. En 1910, con el primer centenario, se publicó un extenso artículo en La Nación diciendo que lo que siempre caracterizó a la Argentina fue el espíritu de discordia, la división. Hubo yrigoyenistas y antiyrigoyenistas, antes eran mitristas y alsinistas, es algo que recorre la historia de nuestro país. Que la grieta existe es lamentable pero cierto. Esperemos que haya un proyecto que unifique a grandes sectores de la sociedad y que los encarrile en su sentido y demuestre su eficacia, irá despareciendo.