José María Vernet: "Hoy, Argentina duele"

El ex gobernador de Santa Fe analizó el estado de la política y la economía argentina a diez meses de la asunción del gobierno de Mauricio Macri

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-Pasaron diez meses de este gobierno, me gustaría que hicieras una pequeña evaluación…

-Yo creo que todos los argentinos, sin excepción, queremos que a Macri le vaya bien, porque hay una cosa que es la situación general del país. Los argentinos están asustados por cómo ha decaído el país. El problema es que no hay una oposición, no hay un sabotaje, no hay nada. Algunos dicen que hay una mala praxis, yo creo que no, creo que están montados sobre la campaña electoral y no sobre lo que la gente espera. La gente está esperando que le hablen del futuro, del proyecto estratégico de la Argentina, qué va a pasar con nosotros dentro de dos años, de cinco o de diez. No es todo estabilidad y control de la moneda. Qué va a pasar con la producción real, cómo se va a arreglar la balanza comercial.

-Ahora, vos decís "todo el mundo quiere que le vaya bien", pero hay sectores ligados al gobierno anterior que quieren que Macri sea rápidamente derrocado.

-Es un grupo que no quiere perder su protagonismo. El protagonismo en política tiene que ver con acertar. Cuando vos perdés una elección no acertaste, y cuando no acertaste tenés que volver a elaborar la idea hasta poder volverte a montar. No es fácil, te lleva un tiempo. Tampoco en ese grupo de oposición hay un proyecto estratégico, hay un estar, como si hubiera un padre grande que generara los ingresos de la familia. Lo que hace falta acá es ponerse a trabajar, estructurar, tener planes. No hay un debate estratégico de la Argentina… ¿cómo va a ser la reforma fiscal ? ¿o de eso no se habla?. Tenemos el blanqueo, tapa todo, pero el blanqueo es un acto de recaudación, es una recaudación de fondos del tesoro nacional por única vez. ¿Te va a definir eso el futuro del a política fiscal? ¿qué dato en política fiscal tenemos? ¿vamos a seguir pagando impuestos los pequeños comerciantes y productores, cuando los grandes grupos económicos tienen abogados, contadores, para andar pasando por los paraísos fiscales? ¿van a blanquear los grandes capitales? Estas son las preguntas que uno tiene y no hay respuesta.

-¿Cómo se reinstala en el país algún sistema que permita una planificación real y que sea mantenido como política de Estado?

-Mirá, en 1983 los cuadros técnicos del Estado nacional, eran cuadros serios y tenían planes estratégicos. Cuando se define ir a las economías de mercado, hay una cesión delegada del estado de dos elementos básicos: ceder a la actividad privada los monopolios del estado (la luz, el teléfono) y ceder la planificación a las empresas. Las empresas aprovechan lo que hay, no te planifican el futuro.

-En los últimos años se vio cómo las obras, como hechos políticos, se reducían y terminaban en la propaganda ¿Cómo se hace para crear una mayor relación de verdad entre la propuesta en el enunciado y el hecho real?

-Debería ser la praxis política. Yo creo que nosotros tenemos un fracaso cultural en cuanto a la cultura democrática. Nosotros hemos hablado mucho del sistema democrático, pero culturalmente hablando cada uno reservó, alimentó y engordó a su enano fachista en esta sociedad.

-Uno de los problemas más serios que yo percibo es el del Estado. La gente está muy preocupada por si gana o no Trump y lo que no sabe es que, independientemente de lo que el presidente quiera o deje de querer, EEUU es una estructura como un transatlántico que no permite que nadie cambie las cosas demasiado. Argentina, parece ser lo opuesto, tenemos un Estado donde todo el mundo puede cambiar lo que quiere…

-En los grandes imperios coincide el objetivo estratégico de la nación con la burocracia, el establishment, el empresariado, la clase política y en algunos casos con la aristocracia social. En nosotros nunca hubo una estructura de común acuerdo sobre el exterior del sector del establishment, del sector político y la Nación como geopolítica, entonces cada una de las personas buscan tomar parte del tesoro nacional.

-En Argentina se cree que la corrupción es solamente si te llevás plata en el bolsillo y no se concibe como tal el hecho de que una persona meta en el Estado a un montón de personas que no correspondía meter …

-A veces es más corrupto destruir un estado cargándolo de empleados que hacer un acto de corrupción pequeño. Vos no podés asaltar el estado como si fuera un bien cimarrón. Y todos necesitamos de él. En el peronismo nosotros decimos que nadie se realiza en un país que no se realiza. Hoy estamos viviendo una situación de angustias personales aumentadas colectivamente y una pérdida de fe en nuestras propias convicciones, que las llevamos a los extremos y entraron en un vacío.

-¿Cómo hacemos para que los gobernantes entiendan que lo primero que tienen que hacer es escuchar?

-El problema de las campañas, de hablar y de la deformación, nos lleva a un modelo de política no de cimientos fuertes, nos lleva a una cosa vaporosa. Borges decía: "algún día dirán hace 200 había un país que se llamaba Argentina…" Eso tiene algo de pre-concepción de la desaparición de una sociedad que no se terminó de armar, que se vivió bien, que se aprovechó pero que no se terminó de armar. Argentina duele hoy.