Un nuevo video muestra cómo viven los narcos extranjeros en cárceles argentinas

Durante una requisa en la celda de César Morán de la Cruz, un conocido y violento narco de la Villa 31, encontraron gran cantidad de celulares y chips

Compartir
Compartir articulo

El video, que hay que mirar con atención, muestra el escondite de celulares para manejar la organización desde la cárcel

Al menos nueve celulares, chips para teléfonos y cargadores fueron hallados en la celda de la cárcel de Devoto donde se encuentra alojado el reconocido narco César Morán de la Cruz, alias "El Loco César", durante una requisa ordenada en el marco de la investigación por el crimen de una mujer en la localidad de La Reja, en julio pasado.

Fuentes policiales aseguraron que la inspección fue realizada en la celda 10 del pabellón 5 del Complejo Penitenciario Federal de la ciudad de Buenos Aires, en Devoto, y participaron efectivos de la policía bonaerense junto a personal de Homicidios de la Policía Federal.

infobae

Allí permanece alojado "El Loco César" (39), un capo narco de la villa 31 de Retiro, a quien se lo acusa de haber ideado el crimen de una mujer. Según la denuncia, contrató a tres sicarios, quienes se confundieron de víctima y terminaron matando a María Belén Peralta, a principios de julio pasado en La Reja, partido de Moreno.

El narco que tenía los teléfonos es investigado por un homicidio

Según las fuentes policiales, en el doble fondo de un armario que se hallaba dentro de la celda fueron encontrados nueve teléfonos celulares, gran cantidad de tarjetas de diferentes empresas telefónicas, cargadores de celulares y auriculares.

infobae

La sospecha de los pesquisas es que de algunos celulares pudieron haber salido las llamadas a los supuestos "sicarios" que asesinaron "por error" a Peralta.

La Unidad Funcional de Instrucción 2 del Departamento Judicial Moreno-General Rodríguez, a cargo del crimen de Peralta, cree que "El Loco César" contrató a los sicarios para matar a una mujer a quien acusaba de haberle presentado un hombre a su pareja.

Sin embargo, como la víctima también se llamaba María, los sicarios se confundieron de vivienda y asesinaron de cuatro disparos a otra mujer, y también hirieron de bala a su novio.

Este homicidio ocurrió en la madrugada del 6 de julio pasado en una casa ubicada en Alta Gracia al 3434 de La Reja, partido de Moreno, donde se hallaba Peralta con su novio mirando televisión.

Allanamiento a la banda de César en la Villa 31 – (Adrián Escandar)
Allanamiento a la banda de César en la Villa 31 – (Adrián Escandar)

En cierto momento, un hombre encapuchado rompió la puerta de chapa de la vivienda a patadas, ingresó a la casa y atacó a tiros a la pareja con una pistola calibre 9 milímetros.

Según los investigadores, la mujer, empleada en una tienda de ropas en San Miguel, recibió cuatro balazos que le provocaron la muerte en el acto, en tanto que el hombre, llamado Matías Creche (31), fue herido de dos tiros.

La droga de la banda
La droga de la banda

Los investigadores determinaron luego que el encapuchado actuó con compañía de otros dos hombres, y los tres fueron identificados con los apodos de "Bebe", "Pichi" y "Kimbo", todos ellos detenidos el 22 de agosto último tras varios allanamientos realizados en La Reja.

Además, los investigadores establecieron que uno de los detenidos estaba acusado de ser el autor de otro homicidio en la villa 31 de Retiro: habría matado a un supuesto "dealer" que trabajaba para "El Loco César", a quien torturaron durante cuatro días. Finalmente lo asesinaron por haberse quedado con dinero de la venta de drogas.

César Morán de la Cruz fue detenido en 2011 por la Policía y estuvo vinculado a varios crímenes, aunque sólo fue condenado por uno de ellos y por una tentativa de homicidio.

"El loco César" fue juzgado en 2012 ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 24 de Capital Federal que le dio 15 años de prisión por el asesinato de Beltrán Goicochea, quien se negó a vender drogas, y por el intento de homicidio de Espinosa Liñán.

Según relataron fuentes judiciales, varios testigos temían declarar durante el juicio, ya que habían sido amenazados por amigos del condenado.

LEA MÁS: Por qué el ciberdelito es más redituable que el narcotráfico