"Lo dije antes y lo repito ahora: las eliminatorias sin Messi eran como un cumpleaños sin torta", manifestó el máximo dirigente del fútbol sudamericano en declaraciones al diario La Nación.
Alejandro Domínguez enalteció a La Pulga, a quien consideró como la máxima atracción del camino a Rusia 2018, y analizó la ya declinada renuncia del rosarino a la Selección: "Creo que fue un momento dado donde las cosas no estaban bien pero, por suerte, se recompuso y va a haber torta en la fiesta de cumpleaños de las eliminatorias sudamericanas", destacó.
El dirigente paraguayo preside la Conmebol desde enero pasado, cuando asumió en el marco del escándalo de sobornos en la FIFA que terminó con la detención, entre otros, del hasta entonces titular del organismo sudamericano, Juan Ángel Napout, y en pleno desarrollo de la crisis del fútbol argentino que decantó en el nombramiento de la Comisión Regularizadora.
Sobre aquel desorden, Domínguez sugirió que está resuelto pero expresó una advertencia: "El fútbol argentino no tiene nada por qué preocuparse. Estamos en una situación impensada. A partir de ella la evaluaremos y encontraremos la mejor solución… pero los argentinos no tiene por qué preocuparse", dijo y añadió luego: "Si se da ese escenario (ndr: que la Comisión Regularizadora no logre estabilizar a la AFA) que supone la penalización para la Argentina, sin dudas se va a suspender el fútbol argentino".
Sobre la nueva dirigencia de la AFA, el directivo consideró: "La Comisión Regularizadora está prevista en el estatuto de la FIFA como una salida a situaciones como las que ha atravesado la AFA. Se ha constituido en el menor tiempo posible y lo que hoy estamos viendo es que tanto los dirigentes como los integrantes de esta Comisión Regularizadora están haciendo las cosas conforme las expectativas".
• UN CONSEJO PARA EL FÚTBOL ARGENTINO
En el marco de la política de la Conmebol, a su vez receptora de las determinaciones de la FIFA, Domínguez fue claro respecto al principal objetivo de la casa madre del fútbol: "Mi consejo es que nosotros tenemos, como dirigentes, la obligación de que la pelota no pare. Lo único que tenemos que saber es que todos los problemas tienen que solucionarse con el balón en movimiento. Un dirigente al que le ocurra lo contrario, fracasó. Por eso celebro que el fútbol comience".