Esquí y snowboard en un clásico argentino de la temporada de nieve

El Cerro Catedral es uno de los preferidos de los argentinos para los deportes de invierno. Servicios y aventura para toda la familia

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El cerro Catedral es un desafío para todos los esquiadores y un clásico del esquí en Latinoamérica. A tan sólo 20 kilómetros de la ciudad de Bariloche y a 1.030 metros sobre el nivel del mar; se viste con sus mejores blancos con la llegada de las primeras nevadas para los fanáticos de los deportes de invierno y la aventura.

Dentro de las modalidades de esquí, se practica el freestyle y el snowboard que cuentan con un área especialmente diseñada con bumps y rails para demostrar sus habilidades. El cerro Catedral es desde hace años el escenario de las más importantes fiestas de la nieve y competencias internacionales. Entre ellas se destaca el lanzamiento de cada temporada con la bajada de antorchas, un espectáculo nocturno que cada vez gana más adeptos.

Para aquellos que practican del esquí y el snowboard, "en la nieve la sensación es única y es muy recomendable". Un poco de abrigo, guantes y casco, para sobrellevar el frío y estar protegido es lo que se recomienda para vivir esta experiencia de manera segura y completa. "Cuando te empezás a deslizar, lo disfrutas. Te ves ahí con toda la nieve y querés subir temprano y bajar último", comentan los apasionados de estos deportes.

Los paradores ofrecen un ansiado descansando con una vista increíble que nos permite seguir soñando entre tanta blancura. Bariloche se muestra inigualable entre sus lagos y las montañas. Otros de los servicios que ofrecen los paradores son: restaurantes de primer nivel, lockers, locales con venta de indumentaria y souvenirs, servicio médico en la base del cerro, teléfonos públicos y acceso a Internet.

También hay ski rental, con una escuela de esquí, four trax y snow cats. Si de disfrutar en familia o con amigos se trata, las pistas nevadas esperan para la diversión y la aventura. El esquí y el snowboard son dos pasiones que se juntan para vivir a pleno la magia blanca de Bariloche.