Manifestantes echan a ministro de Economía en Huancavelica: “Se escapa del pueblo”

El titular del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), Alex Contreras, llegó hasta la ciudad de Huancavelica con el objetivo de participar en la instalación de la Mesa de Desarrollo Territorial de la región, en el que anunció un paquete para reducir la pobreza este 2023. Sin embargo, el alto funcionario y sus acompañantes se vieron sorprendidos con un grupo de manifestantes que lo esperaba afuera de un edificio gubernamental, con arengas contra el gobierno de Dina Boluarte.

“Dina asesina, el pueblo te repudia”, “Hay hambre, miseria, por culpa del Gobierno”, “Esta democracia ya no es democracia”, fueron algunas de las arengas con la que los huancavelicanos lo increparon. Ante esta situación, el ministro Contretas salió por la puerta trasera de la entidad, escoltado y casi huyendo, mientras los manifestantes gritaban “¡Asesinos, asesinos!”, en alusión a las 49 muertes producidas por el uso indebido y desproporcionado de la fuerza por parte de efectivos policiales y militares, según se ha documentado.

Los pobladores del Frente de Defensa de Huancavelica lamentaron que el ministro de Estado se fuera intempestivamente de la sede de la Dirección Regional de Educación —donde se encontraba reunido con otras autoridades—. “Lamentablemente, como siempre, se rehúye y escapa del pueblo huancavelicano. Lo estamos esperando y se está corriendo por otra puerta”, protestó uno de los asistentes al plantón.

Poco antes el ministro de Economía se había pronunciado en contra de las protestas.

“Las protestas y marchas en el país han afectado la economía, generando más pobreza. Como sociedad no podemos tolerar que más de nueve millones de peruanos no tengan lo mínimo”, expresó el titular del MEF.

Desde que estallaron las protestas sociales en el sur del país, los altos funcionarios del gobierno de Dina Boluarte han sido rechazados en diversas regiones del país. Esto también ha sucedido con la fiscal de la Nación, Patricia Benavides. Esto es una muestra del descontento con la gestión de turno, a la que se ha solicitado su dimisión, incluso antes de las muertes de más de 60 ciudadanos en menos de dos meses, 49 de ellos durante las protestas y la mayoría víctima de heridas producidas por armas de fuego de efectivos de la PNP y FF.AA.

Aún así la presidenta ha señalado que continuará con su gestión hasta el 2026.

Esto a pesar de que recientemente, el 3 de mayo, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) concluyó en su informe sobre la actuación del Estado peruano durante las protestas antigubernamentales que hubo graves violaciones contra los derechos humanos de los manifestantes y transeúntes. Esto porque, según el documento, la Policía y las Fuerzas Armadas de Perú recurrieron a un “uso desproporcionado, indiscriminado y letal” de la fuerza contra los ciudadanos.

La organización señala que debido al elevado número de muertes incluso, los hechos pueden constituirse como ejecuciones extrajudiciales y hasta masacres.

La CIDH afirmó que el uso excesivo de la fuerza y de armas letales dejó un alto número de muertos y heridos.

El mayor número de víctimas mortales se dio en el sur andino, por lo que el rechazo al gobierno en estas regiones es muy alto, desde que estallaron las protestas luego de que el expresidente Pedro Castillo intentase dar un fallido golpe de Estado al cerrar el Congreso.

“Hubo violaciones de derechos humanos graves que deben ser investigadas con debida diligencia y con un enfoque étnico racial, perpetuada por agentes estatales las muertes podrían constituir ejecuciones extrajudiciales”, dijo la presidenta de la CIDH, Margarette May Macaulay, en un resumen del informe.

Puno y Ayacucho son las regiones que mayor número de muertes registran y otro informe de Human Rights Watch también sostiene que las fuerzas policiales y militares son las responsables de las muertes, por lo que pide al Estado investigaciones céleres. Es más, en el caso de Juliaca evidencian que al menos 10 de 18 víctimas de heridas mortales solo transitaban por la zona sin participar directamente en las protestas.