Exfuncionarios investigados por caso de espionaje “cuidaban a los prófugos” del gobierno de Pedro Castillo

“Quiero armar una vaina donde se pueda intervenir todo”. Con estas declaraciones, la Fiscalía de la Nación inició las diligencias correspondientes, el último martes 7, y detuvo preliminarmente a alias ‘El español’: ex mano derecha de Pedro Castillo.

Jorge Hernández Fernández fue abordado en su domicilio, en La Molina, por liderar un presunto intento de espionaje a los opositores del expresidente. Hasta el momento, al menos tres funcionarios y exjefes policiales fueron involucrados en este caso.

Dos de ellos son el exjefe de la Dirección General de Inteligencia (Digimin), coronel PNP en retiro, Jorge Cassanova Cubas; y el exedecán de Dimitri Senmache y Mariano González —exministros del Interior (Mininter)—, comandante PNP Engelbert Hugo Verástegui Díaz.

De acuerdo con el Ministerio Público, se pretendía crear un “grupo de contrainteligencia paralela” para espiar a la fiscal de la Nación, Patricia Benavides, el coronel PNP Harvey Colchado, jefe del Equipo Especial de Apoyo a la Fiscalía; congresistas, entre otros.

Consultado por Infobae, el exministro Mariano González señaló que durante su gestión ya se producían indicios en torno a esta denuncia. Detalló que separó a Verástegui y Cassanova, pese a la negativa del presidente y que, aun así, el primero de ellos solo fue promovido al Despacho Presidencial.

“Tras llegar al ministerio (4 de julio del 2022), dos días después se produjo un evento entre Verástegui y yo. (...) Me pidió que me comunique con una persona que no era parte del sistema de Inteligencia del Mininter y como ministro, por regla, sabía que los únicos canales de inteligencia utilizables eran los oficiales”, detalló.

—Durante su gestión como ministro del Interior, en el gobierno de Pedro Castillo ¿Encontró evidencias o elementos sobre un grupo paralelo de contrainteligencia?

Si bien Castillo ya había convocado a cierta gente, por ejemplo, a Jorge Casanova, Hugo Verástegui, entre otros, en ese momento, este grupo de inteligencia paralela recién estaba germinando.

Necesitaban capturar la [Dirección Nacional de] Inteligencia del Ministerio del Interior (Digimin), por eso habían puesto a Casanova como director de esta instancia, es decir, para que él tenga acceso a la información clasificada y a todo tipo de planes de inteligencia.

Creo que la tarea fundamental que tenían ellos, al inicio, era el cuidado de los prófugos (Fray Vásquez, Juan Silva y Bruno Pacheco —ya entregado a la justicia—). Es decir, saber qué es lo que pasaba con ellos, quiénes se les acercaban y toda una serie de actividades que también tenían otros colaboradores de Castillo.

—Usted retiró finalmente al edecán del Mininter de ese entonces, el comandante Hugo Verástegui —así como a Casanova— pero estos fueron repuestos en otras instituciones…

Sí, a los dos días fui a Palacio de Gobierno y le reclamé a Castillo. Le dije: ‘Presidente, ¿cómo puede ser que prescindo de los servicios de este comandante (…) que creo que está caminando mal (y es derivado al Despacho Presidencial)?’. Él me dijo: ‘No, tranquilo, ministro, es buen muchacho y colaborador’.

Ese tono burlón me ayuda a entender que algo estaba mal. Y cuando retiré de su puesto a Casanova, como jefe de Inteligencia, fue peor. Se molestó y me dijo: ‘Él es mi amigo’. Le respondí que él no sabía nada de inteligencia y no tenía preparación.

Luego traje a Vallejo Mori (como su reemplazo) (...) y en el lugar más importante de la Digimin puse a Colchado. ‘¡Pero ese es mi enemigo! ¿Cómo lo puede traer? Es mi enemigo’, me reclamó el presidente.

—El expresidente nunca deslizó algún comentario o realizó alguna acción, durante esos días, que pudiese evidenciar un intento por formar un grupo paralelo de contrainteligencia…

No, pero con la experiencia que uno tiene se da cuenta de que algo no está bien. Por eso los retiré (a los mencionados) uno por uno. El tiempo me dio la razón, porque nos ha demostrado que sí andaban en malos pasos.

—Hay una fotografía del comandante general de la Policía, Raúl Alfaro, junto a ‘El español’ y otros involucrados en este caso. Él ha rechazado cualquier acusación…

Aprecio al comandante general, pero así sea una foto protocolar o anecdótica, hay una situación delicada. Me causa preocupación porque, en diciembre, estaba el mayor David Medina —conocido como ‘Aquiles’— quien era un investigador parte del Equipo Especial de Apoyo con Colchado y otros agentes.

Ese mayor fue dado de baja de manera injusta e inapropiada. Prácticamente, lo mandan a su casa cuando él investigaba el caso de los ascensos a generales, donde supuestamente pagaron a Castillo.

Teníamos conocimiento que Medina seguía estas investigaciones y que había varios generales que pretendían ser colaboradores eficaces. (…) Es decir, cortaron la investigación en un momento crucial.

Mi hipótesis es que esto se generó porque había información que no querían que llegue a la carpeta fiscal. Lamentablemente, el comandante general es quien firmó la resolución (del pase a retiro de Medina).

—¿Debería dar un paso al costado mientras duran las investigaciones?

Él tiene que ser claro y directo. (…) Tiene que acreditar que él ha realizado todos sus actos sin ningún tipo de presión. Porque estamos viendo que el señor Hernández, conocido como ‘El español’, tenía mucha influencia sobre Castillo.

La cercanía nace a partir de la amistad de Hernández con dos personas muy cercanas al expresidente: Hugo Verástegui y Fray Vásquez, este último sobrino de Castillo.

Creo que amerita, por lo menos, que el ministro del Interior y la presidenta Dina Boluarte conversen con el comandante general. Luego, ya es una decisión política la que les corresponde a ambos.