Tres semanas antes que el Poder Judicial ordenara la captura y búsqueda internacional de Pamela Cabanillas, presunta cabecilla de organización criminal ‘Los QR de la Estafa’ —que operó en el pasado concierto de Daddy Yankee—, la joven compartió una opaca fotografía en su cuenta de Instagram.
Investigada por presuntamente clonar la página de Teleticket y generar entradas falsas con las que habría obtenido más de 85 mil soles, Cabanillas posó al lado de un tren eléctrico, con una leyenda que decía: “en algún lugar del mundo”. Fue el último 26 de enero.
En noviembre del año pasado, la Policía de España la intervino cuando pretendía hurtar ropa en una tienda de H&M en Madrid. La liberaron a inicios del mes siguiente porque se trató de un “delito menor”, informó la institución policial peruana.
Por esos días, la ‘estafadora de entradas para Daddy Yankee’ había aparecido en una entrevista con Panorama donde aseguró que no devolvería ni un sol de las ganancias que obtuvo. “Lamentablemente, no van a poder recuperar su dinero porque ya me lo he gastado”, indicó la joven, siempre desde la clandestinidad.
Sus fotografías de Instagram han sido eliminadas. Solo dejó dos publicaciones antes que se ordene la medida para que sea puesta a disposición del Noveno Juzgado de Investigación Preparatoria de la Corte Suprema de Justicia de Lima.
Prisión preliminar
Pese a su condición de prófuga, sobre Pamela Cabanillas pesa una orden de 18 meses de prisión preventiva solicitada por el Tercer Despacho Provincial de la Fiscalía Especializada en Ciberdelincuencia de Lima, por una serie de ilícitos cometidos entre marzo y octubre del 2022, cuando el concierto de Morat, Coldplay, Bad Bunny y diversos partidos de fútbol.
Los delitos que se le imputan son estafa, suplantación de identidad y falsificación de documentos, los cuales tienen una pena privativa de la libertad máxima de 8, 4 y 5 años, respectivamente.
También llamada la ‘Mommy Yankee’, ofrecía las entradas por redes sociales y aseguraba que su padre trabajaba en la Asociación Peruana de Autores y Compositores (Apdayc). De esta manera justificaba el bajo precio que ofertaba.
Se reunía con sus víctimas, mostraba su documento de identidad y los llevaba hasta su presunto domicilio. Tras realizar la transacción, bloqueaba a los agraviados para evitar reclamos.